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'Los lagos de Norteamérica', libro murciano del año

Un premio valiente para un poemario nada complaciente de José Daniel Espejo: "Me siento muy bien leído" 

29/09/2020 - 

MURCIA. Escritor, activista, periodista, librero... pero si a José Daniel Espejo le dieran elegir entre sus muchas facetas dice que quizá se quedaría con la de cuidador, que es además desde la que ha escrito el poemario Los lagos de Norteamérica (editorial Pre-Texto), elegido Libro Murciano del Año. "Me parece extraordinario que el jurado haya asumido el riesgo de premiar un libro como este, que es bastante especial y de una estética minoritaria, lo que demuestra valor y un compromiso con la literatura", apunta el autor (Orihuela, 1975) sobre unos poemas "salvajes y viscerales" y con "una estética nada complaciente", en los que habla del autismo y del amor de un padre a un hijo.  

Lo hace, cuenta, mostrando "el lado oscuro" de la tarea del cuidador, sobre la que pesa "un fortísimo tabú". "Parece que los cuidadores no podemos decir toda la verdad, que tenemos que mostrar a la sociedad un relato de superación, decir que estamos luchando y esconder debajo de la alfombra la parte oculta de estos cuidados". Es por ello que, aunque escribió Los lagos de Norteamérica con el bagaje de un escritor y para hacer "literatura al cien por cien" -es su séptimo libro-, también era consciente de que era una obra "conectada con mi vida y "con la que me estaba poniendo en la parrilla".

Eso le generó a José Daniel Espejo "muchas dudas", porque al ofrecer con sus poemas "una visión del cuidador que no es bonita, mostrando las cosas que no se ven y muchos fantasmas personales", no sabía "qué iban a pensar de mí y cómo iba a entenderse lo que estaba escribiendo". No obstante, se muestra contento por cómo han respondido los lectores murcianos y por las interpretaciones que le han llegado de los poemas. "Me siento muy bien leído", asegura.

Tampoco esperaba el coordinador de la librería circular Libros Traperos que Los lagos de Norteamérica fuera a tener tanto recorrido, ya que anteriormente a ser elegido Libro Murciano del Año por el jurado de la Fundación Amigos de la Lectura, ya recibió por esta obra el premio Premio Internacional de Poesía Juan Rejano (Ayuntamiento de Puente Genil).

Esto no hace sino darle confianza en que existe un compromiso con la literatura que va más allá de apostar por libros de envergadura y que son éxitos editoriales. "La verdad es que estoy sorprendido, para bien, claro", asegura este murciano de adopción cuya vida gira en torno a los libros. Señala, además, que es "un honor" relevar como premiado a Miguel Ángel Hernández (El dolor de los demás), quien ha dicho sobre Los lagos de Norteamérica, que "es un poemario hermoso y terrible que se se clava en el alma y en la memoria".

Cabe señalar que si el lector quiere averiguar el porqué del título del poemario de José Daniel Espejo -que evoca paisajes abiertos y ecos de libertad- deberá llegar al último de los poemas de un libro que, en palabras de su autor, puede resultar claustrofóbico; y que según la presidenta de la Fundación Amigos de la Lectura, Encarnación García, solo se puede terminar con un silencio emocionado. 

La entrega del premio tendrá lugar el 7 de octubre en el Salón de Grados de la UMU, en un acto que como todo hoy en día tendrán aforo reducido. Sobre toda esta situación generada por el coronavirus, José Daniel Espejo cree que "la sociedad ha leído mucho más durante el confinamiento, teniendo como paradoja que las librerías estaban cerradas" y acaparando el mercado de ventas un gigante como Amazon. Por eso, aprovecha para reivindicar que las librerías sean consideradas servicios esenciales, como han hecho en Cataluña, y así, si existen más restricciones, puedan seguir abiertas como lo hacen los supermercados.

"Los murcianos nos han respaldado", dice, no obstante, refiriéndose a Libros Traperos, la librería solidaria que pronto retomará su actividad cultural y donde tiene su casa este escritor, activista, periodista, librero y cuidador, que escribe cosas como estas:

¿De qué habla esa música que habla de moverse,
amar todos los cuerpos y bailar en los tejados
pegarle fuego al mundo y hacer otro
más justo y luminoso? ¿A quién espera
quien confía en encontrarse con alguien, un día feliz,
y nunca separarse? No a mí,
no a mi hijo y a mí. Cuanto más
hermosa la fábula menos sitio
nos queda a nosotros en ella. Si a veces cantamos
pues nos sabemos la letra al oírla por la radio
es la vida de otros
la que cantamos.

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