MURCIA. Dormir a la sombra de un porche junto a una piscina al ras, mientras los niños saltan en una cama elástica o persiguen una gallina que ha escapado del corral. Atravesar volando el jardín a toda velocidad gracias a una tirolina colgada de unas palmeras, mientras el perro de la casa participa del juego corriendo detrás. O tocar la batería mientras alguien sube por una escalera de corcho triangulado a recoger albahaca y naranjas de la huerta de la cubierta superior. Todos estos escenarios son posibles para la familia "llena de energía" que habita la casa proyectada por el estudio de arquitectura murciano Xpiral en el Mirador de Agridulce, bajo el nombre Vivir entre palmeras.
El arquitecto Javier Peña Galiano concibió esta vivienda -que ha recibido una mención en la categoría de Nueva Edificación en los Premios de Arquitectura de la Región de Murcia 2021- como una atalaya desde la que observar la ciudad de Murcia, "una infraestructura a colonizar, donde poder disfrutar del día a día teniendo como punto de fuga las vistas hacia el cambiante valle murciano".
Señalan desde el estudio de arquitectura que la casa cuenta con "una materialidad híbrida", ya que combina elementos naturales y artificiales, mezclando hormigón, corcho, policarbonato, PRFV, césped artificial y vegetación natural. De esta forma, el arquitecto ha configurado "espacios flexibles y cualificados que son transformados por los objetos de la familia que la habita".
Con la ciudad y las montañas de telón de fondo, la vivienda se presenta como una atractiva composición de volúmenes y combinación de tonos tierra con el verde del entorno, como exponente de la corriente de la biofilia, que busca conectar al ser humano con la naturaleza. Así, a los materiales se une una huerta en la planta superior, vegetación adaptada a las condiciones del terreno y unas altas palmeras, que se integran en la propia edificación y se convierten en unos habitantes más de la vivienda.