CARTAGENA. Fernando López Miras ya es, oficialmente, el presidente de la Región de Murcia. No hubo sorpresas en la segunda sesión de investidura. En una votación celebrada in extremis, al borde de la repetición electoral cuyo plazo expiraba precisamente este viernes, el candidato del PP obtuvo la confianza de la Asamblea Regional para ser investido de nuevo al frente del Gobierno murciano gracias al respaldo de Vox. Ambas formaciones suman 30 de los 45 diputados de la Cámara, un apoyo muy por encima de los 23 de la mayoría absoluta. Ambos gobernarán juntos en coalición. Vox tendrá dos consejeros -Vicepresidencia incluida- con competencias, por un lado, en Fomento, y, por otro, en Seguridad, Interior y Emergencias, mientras que el resto quedará en manos del PP en un Gabinete que contará con un tope de once miembros.
El desbloqueo se produce sobre la bocina después de tres meses de nulo entendimiento entre el PP y Vox. Los dos partidos firmaron el acuerdo en la tarde-noche del pasado viernes, cuando faltaban apenas siete días para la fecha límite. López Miras buscó gobernar en solitario hasta el ultimo suspiro -"con todas mis fuerzas"-, pero finalmente cedió y compartirá Consejo de Gobierno con Vox, quien desde el minuto uno, sabedor de que sus votos eran decisivos, exigió entrar en el Ejecutivo. La formación que lidera José Ángel Antelo, el futuro vicepresidente de la Comunidad, tumbó el 7 y el 10 de julio el primer intento de investidura, al votar 'no' junto con PSOE y Podemos Izquierda Unida.
Desde entonces el choque se agravó. Los encontronazos se hicieron públicos tanto antes como especialmente después de las elecciones del 23J, con sus líderes nacionales, Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal, respaldando in situ en Murcia las posturas regionales de López Miras y Antelo. Vox rechazó la segunda oferta del PP -que proponía un senador y un miembro de la Mesa de la Cámara, un órgano que controla con tres puestos- porque tampoco le incluía en el Ejecutivo. Ninguno dio a su brazo a torcer, sin llamadas ni conversaciones en agosto, hasta que llegó septiembre. Y el clima cambió. Incluso las cúpulas nacionales, con la investidura de Feijóo por en medio, estrecharon lazos e influyeron sobre Murcia. Ambas fuerzas han tenido que ceder: el PP abraza a Vox después de tres meses negándose y Vox renuncia a la Consejería de Agricultura, su gran pretensión. Poco después, el pasado martes, los mismos representantes murcianos que se negaban el pan y la sal, Joaquín Segado y Rubén Martínez Alpañez, firmaban un pacto programático con 30 puntos.