Feijóo da vía libre a Miras para excluir a Vox

MURCIA. Murcia recibía en llamas a Aznar y Feijóo. Los termómetros disparaban más de 40 grados en el edificio anexo del Víctor Villegas y el ánimo popular se revelaba inflamado, entusiasmado tras el debate del pasado lunes entre su jefe de filas, Alberto Núñez Feijóo, y su gran rival a batir, Pedro Sánchez. Hubo un tiempo no tan lejano en el que la Región era una pieza clave de las grandes victorias del PP, como 1996, 2000 y 2011. Ahora los populares buscan reverdecer viejos laureles, para enterrar la travesía del desierto que acarreó el batacazo de 2019, cuando tan sólo aportaron tres diputados de los diez que manda Murcia al Congreso. 

Pero el caluroso acto del PP -entre abanicos por la falta de aire acondicionado- no sólo entrañaba un mitin de exaltación de Feijóo en su ruta hacia La Moncloa, también fue toda una demostración de que el partido, con su líder nacional a la cabeza, respalda sin fisuras al camino que Fernando López Miras adoptó desde la noche electoral del 28 de mayo y cuyo destino final tiene en vilo a toda la Región, pendiente de si habrá o no una repetición electoral. Quiere gobernar en solitario, sin Vox en su Consejo de Gobierno. Feijóo, antes de disertar sobre el manido mantra de acabar con el sanchismo, arropó sin dobleces al líder murciano y presidente en funciones de la Comunidad porque tras lo que sucedió en la fallida investidura (truncada por PSOE, Vox y Podemos Izquierda Unida) era "necesario traer un mensaje de responsabilidad y solidez a la Región".

El espaldarazo fue tal que el propio Feijóo negó que López Miras "haya mantenido su palabra" porque él se lo pidiera desde Génova: "Se creen algunos que el PP funciona como su partido. Se creen algunos que en Murcia manda la gente de Madrid". ¡No!, exclamó. "En el PP de Murcia manda la gente de Murcia y no la gente del PP nacional". Hay que recordar que López Miras anunció en la misma noche electoral su deseo de formar un Gobierno en solitario, antes de conocer la convocatoria electoral del 23J y antes de conocer que Génova estaba dispuesta a validar pactos con Vox en otros territorios como la Comunidad Valenciana y Extremadura.

El dirigente gallego, además, exigió a Vox que "cese" su "irresponsabilidad". De lo contrario, advirtió, "si el sanchismo y Vox quieren seguir bloqueando la Región de Murcia, lo pagarán en las urnas el 23 de julio". Y reivindicó que, frente a quienes "bloquean, está el PP, que garantiza la estabilidad" y frente "a los chantajes de las minorías está el PP de las mayorías". Aclamado con cánticos de "oa, oa, Feijóo a la Moncloa", terminó expresando su "orgullo" por el alcalde de Murcia, que resucitó tras una moción de censura, y también por López Miras, porque ambos "han ganado". Y a Feijóo sólo le vale la victoria: "Eso de qué bueno eres pero has perdido no es útil para los ciudadanos".

El mensaje fue meridianamente claro para López Miras, quien en su turno había cargado sin medias tintas contra la formación de José Ángel Antelo, culpándolo de pulsar el botón electoral. Tan crítico se mostró que aseguró que -en una frase que queda ya para la hemeroteca- su propuesta programática era "inasumible" e incluía "una barbaridad" como era, a su juicio, derogar la Ley de Protección y Recuperación del Mar Menor, el texto que el PP aprobó en 2020 con un consenso entre PSOE y Ciudadanos en pleno grito de auxilio de la joya medioambiental más estimada de los murcianos. "Quién nos iba a decir que Vox exigiría un precio por no votar junto con Pedro Sánchez y Podemos", comentaba el lorquino, que lamentaba que la Región "haya tenido que ser la primera en bloquear" una investidura en la historia de la democracia.

"La Región no es un laboratorio, en absoluto", subrayó también. "Es un espejo en el que se puede mirar España", incidía, pidiendo el voto útil para su partido en el 23J. El líder regional volvió a sachar pecho de que Feijóo haya visitado ya ocho veces la Región desde que tomara la riendas del PP nacional. Y también presumió de la implicación de Aznar, a quien ha traído ya en tres ocasiones a la Región en los últimos meses.

El PP murciano respeta a Aznar. Se nota. Y no sólo por las menciones reiteradas al Plan Hidrológico. El cabeza de lista murciano, el exconsejero Luis Alberto Marín, heredero de un puesto en la candidatura que ostentó el hoy desterrado Teodoro García Egea, abrió el mitin confesando que si se convirtió en "economista y liberal" fue por el influjo del expresidente del Gobierno. En su intervención, el candidato abogó por votar en masa, recriminó el "extraño pacto entre PSOE y Podemos" y defendió que López Miras "es una buena persona y a las buenas personas le pasan cosas buenas".

Y después apareció Aznar, que se preguntaba qué novedad podía decir en Murcia. Se arrancó con un "os quiero mucho" y un "puedes llamarme las veces que haga falta, Fernando" antes de trasladar un mensaje, que sí fue novedoso. Porque es noticia que Aznar, que siempre ha esquivado la confrontación con su antiguo pupilo Santiago Abascal, le lanzara un dardo implícito -o sea, sin nombrarle-: "No pongan palos en las ruedas" de Feijóo: "Si siguen poniendo palos en las ruedas de la bicicleta, la bicicleta va a seguir adelante y los palos se van a caer". Reclamó una "mayoría sólida y fuerte", convencido de que el PP la conseguirá. "Los que ponen palos se van a equivocar y los que se han equivocado de políticas se van a marchar", opinaba, optimista, antes de despedirse con un "¡viva el PP!" y un "¡viva España!".

¿Habrá repetición electoral? ¿O es todo un teatrillo como dice la oposición? Hasta el 7 de septiembre hay tiempo. Lo único cierto es que no hay acuerdo. Y si PP y Vox continúan sin ceder, no hay más tutía que volver a convocar a los ciudadanos a las urnas. De momento, en tiempos de campaña electoral, el PP no se baja: sigue con su plan. Y Vox tampoco cede. Su líder regional, Antelo, no cambiaba ni una coma de su discurso pronunciado apenas unos kilómetros de distancia, en el hotel NH Amistad, donde compartió un acto agrícola con el número dos de Abascal, Ignacio Garriga y el hombre con más poder institucional en Vox, el vicepresidente de Castilla y León, Juan García-Gallardo. 

El pulso se mantiene y el Gobierno regional sigue en funciones.