MURCIA. Si la Justicia no lo impide, la Región de Murcia se adentrará en una nuevo escenario a partir de la semana que viene: la circulación estará prohibida en todo el territorio autonómico entre las once de la noche y las seis de la mañana. Únicamente se podrá salir a la calle por motivos justificados, como una urgencia médica o para acudir al puesto de trabajo. Así será a grandes rasgos el toque de queda que instaurará el Ejecutivo murciano y que requiere de la autorización del TSJ para su puesta en marcha.
Todavía se desconoce cuándo entrará en vigor la medida. El presidente regional, Fernando López Miras, señaló que, como muy tarde, los técnicos terminarían este sábado de redactar la orden. Una vez entregada al Tribunal Superior de Justicia, ya todo quedaría en manos del juez. Si la Justicia da su visto bueno, el jefe del Ejecutivo ya adelantó que su aplicación sería inmediata en toda la Región de Murcia: "Será inminente".
El toque de queda persigue un objetivo claro: frenar los contagios, disparados en la Región, y detener el avance del virus, imparable en las últimas semanas. Para ello buscará cortar de raíz las conductas indeseadas, que, según censuró López Miras, todavía una parte de la población sigue cometiendo.
El presidente puso un ejemplo claro de lo que pretende impedir con el toque de queda: "Evitaremos situaciones indeseadas, como fiestas en domicilios particulares o botellones en la calle como tristemente está sucediendo". Esa minoría, exhortó Miras, "tiene que dejar de jugar con la salud". Para el jefe del Ejecutivo esas conductas son "una absoluta irresponsabilidad", por lo que su Gobierno "debía actuar de inmediato". "Eso es lo que nos salvará de otras medidas más duras que ninguno queremos", indicó.
Esta semana se conocía que el 60% de los brotes detectados se originaron en un ámbito familiar y social. No en el seno de los núcleos familiares, sino en los encuentros entre hermanos, tíos y otros familiares, así como en las reuniones con amigos donde se relajan las precauciones y se produce el contagio. "No hay quitarse nunca la mascarilla, nada más que para comer y beber", aconsejaba Jaime Pérez, el portavoz técnico del Comité de Seguimiento de la Covid.
A lo largo de la pandemia los agentes de Policía han tenido que intervenir en la Región para disolver concentraciones prohibidas en parques y en casas particulares. López Miras avanzó que las fuerzas y cuerpos policiales (las Policías Locales, la Policía Nacional y la Guardia Civil) intensificarán sus controles para vigilar que se cumpla el toque de queda.
La situación es "muy grave", afirmó el presidente. "Pero desde el primer momento dije que no me iba a temblar el pulso si de salvar vidas se trataba", justificaba, aduciendo que "ni un solo motivo justifica que una persona pueda morir". La pandemia ya se ha cobrado en la Región 281 vidas humanas, de las que unos 130 víctimas fallecieron en la segunda ola.
La orden, detalló Miras, se ampara en la Ley orgánica de Protección de la Salud Pública y tendrá carácter temporal, como todas las normas que restringen derechos fundamentales como es la movilidad, si bien puede ser prorrogable. "Cuando se trata de la salud de los murcianos solo tenemos un límite: la Ley", apuntó.