MURCIA. Si la actual legislatura municipal en Murcia ha tenido un protagonista claro, quien ha estado en todas las salsas, ha sido Mario Gómez. Pero la vida política de quien fuera uno de los fundadores de Ciudadanos en la Región ya tiene fecha de caducidad: acabará tras las elecciones de mayo, como él mismo anunciaba esta semana.
El actual vicealcalde del Ayuntamiento de Murcia y concejal de Infraestructuras, Contratación y Fomento por Ciudadanos, asegura que necesita un descanso "para dedicarse a otras tareas y también para disfrutar de su hija, a la que no puede dar todo el tiempo que necesita" por sus responsabilidades. Lo hace tras dos legislaturas intensas y cargadas para él de alegrías, sinsabores, denuncias y una moción de censura de la que fue el gran animador.
No será el único concejal de la formación naranja que se vaya. También lo hará a la que Gómez señaló como su gran apuesta como candidata a la Alcaldía de la capital, Paqui Pérez, que este viernes hacía público que sigue los pasos de Gómez. Esta última lo anunció tras la victoria de la candidatura oficialista de Cs encabezada por Guasp y Vázquez en las primarias de Cs, y una vez que se había posicionado a favor de Edmundo Bal.
No será el único concejal de la formación naranja que se vaya. También lo hará a la que Gómez señaló como su gran apuesta como candidata a la Alcaldía de la capital, Paqui Pérez
Pero Gómez ya lo anunció antes de las primarias. El alcazareño comentaba en una entrevista a Onda Regional que tiene que emprender "otros proyectos por salud mental" y no descarta "echar una mano" si se lo piden desde Ciudadanos, pero aclara que su decisión es meditada y que tiene claro que abandonará la primera línea política.
Durante esta legislatura, Gómez ha sido protagonista de la política municipal murciana desde el primer minuto. Su pacto con los populares que daba la Alcaldía a Ballesta ya surgió viciado el 14 de junio de 2019, un día antes de la constitución del equipo de Gobierno del Consistorio, cuando el líder de la formación naranja lo rompió para salvarlo in extremis unas horas después.
Desde ese momento los desencuentros fueron continuos y desembocaron en continuos enfrentamientos verbales, acusaciones mutuas e incluso denuncias cruzadas en los juzgados. Las relaciones entre populares y naranjas se convirtieron en un tenso campo de minas que terminó estallando a favor de Gómez. Y es que su partido y el PSOE dieron un paso más y lograron el apoyo de Podemos para la moción de censura que hizo que Ballesta dejase de ser el alcalde de Murcia y acabó con 26 años de Gobierno del PP en la capital.
Gómez se convirtió en el 'detective' de los contratos municipales de la época del PP. Los escudriñó en profundidad desde la Comisión de Vigilancia de la Contratación, desde donde denunció, entre otros, el contrato municipal de las luces navideñas de Ballesta.
Precisamente, una denuncia de los populares contra el líder naranja por los presuntos delitos de infidelidad en la custodia de documentos y violación de secretos, que fue la respuesta a la investigación de los contratos del Consistorio a instancias de una denuncia de Gómez por posibles ilegalidades en la adjudicación de contratos por parte de sus entonces socios de Gobierno, lo dinamitó todo.
Con los populares, la tensión se desbordó cuando un jefe de servicio del Consistorio llegó a denunciar a Gómez por presunto acoso laboral y humillaciones. Una circunstancia que además llegaba después de que saliese a la luz un vídeo del líder naranja en el que se dirigía con un tono despectivo a los ediles del PP, Felipe Coello y Pilar Torres, en el que les decía en una reunión telemática que "si te gusta, bien, y si no, te la envainas".
Pero el golpe que a la postre sería definitivo para acabar con el pacto de Gobierno fue el encontronazo por la vacunación fuera de protocolo del entonces concejal de Salud, Felipe Coello, quien se mantuvo en el cargo más de mes y medio después de que saltase el escándalo, haciendo caso omiso a las peticiones de dimisión.
Gómez se convirtió después en pieza clave del NUEVO Gobierno local y denunció "la campaña de acoso" a la que aseguraba que está siendo sometido por parte del grupo municipal del PP
Cuando todo parecía en contra de Mario Gómez tras la dimisión de Felipe Coello y sólo un par de días después de un acto público en el que todos los ediles del PP en Murcia llegaban a unirse contra el portavoz local de Cs y aseguraban que era el problema a la gobernabilidad, el primer teniente de alcalde y concejal de Fomento le dio la vuelta a la situación. Se posicionó a favor de José Antonio Serrano y su apoyo dio alas a la moción de censura para acabar con Ballesta.
Gómez se convirtió después en pieza clave del Gobierno local y denunció "la campaña de acoso" a la que aseguraba que está siendo sometido por parte del grupo municipal del PP, incluso cuando todavía eran socios de gobierno.
Tal fue su apoyo a Serrano, que defendió con uñas y dientes la legitimidad del Gobierno local surgido tras la moción de censura de marzo de 2021. "Ballesta fue elegido como alcalde con los votos de Cs, porque con los suyos no alcanzaba la mayoría absoluta necesaria. Ahora el alcalde es José Antonio Serrano, también elegido por mayoría absoluta del pleno. ¿Qué hace más legítimo a Ballesta que a Serrano como alcalde?" se preguntaba, para insistir en que "la legitimidad en democracia parte de las leyes y no de los egos personales".
Con respecto a los motivos que llevaron al partido naranja a decidir cambiar su apoyo del PP al PSOE, insistió en que se basaban en el incumplimiento "desde el primer momento" del pacto firmado tras las elecciones, dado que los populares tomaban las decisiones "por decreto" y no por consenso, como estaba acordado.
En la última parte de la legislatura, el portavoz de Ciudadanos siguió en primera línea y mirando con lupa los contratos municipales, aunque no ha estado exento de polémicas, como las surgidas por las sillas en el Bando de la Huerta o Entierro de la Sardina, o recientemente el de la cabalgata de Reyes.
Lo que nadie puede negar es que el paso de Gómez por la política ha sido intenso. En su última etapa, y cuando era concejal en Los Alcázares dejó UPyD, su anterior partido antes de Cs, para ser concejal no adscrito. Ya con Ciudadanos llegó a ser delegado territorial del partido naranja, hasta que fue destituido por un escándalo por supuestas facturas electorales de su partido cargadas a la Asamblea Regional.
Tras formar parte del equipo de Gobierno de Ballesta (PP) en Murcia, luego de José Antonio Serrano (PSOE) y haber tenido dos intensas legislaturas, parece más que justificado el descanso y cambio de chip que desea tener Gómez, quien, no obstante, todavía tiene dos meses de actividad política, en los que, sin duda, se dejará sentir su garra política.