CARTAGENA. La alcaldesa de Cartagena, Noelia Arroyo, ha tendido la mano a la oposición para trabajar unos Presupuestos, los de 2023, en los que el país estará sumido en una nueva crisis, "un grave periodo de crisis económica del que va a ser imposible escapar", en palabras de la regidora. Por ello, en el discurso que cerraba el debate del estado del Municipio, aprovechó para lanzar un mensaje a todos los partidos representados en el Salón de Plenos: "estoy plenamente dispuesta a escuchar todas las aportaciones y propuestas que la oposición proponga, estudiarlas con imparcialidad y reflejarlas en el próximo presupuesto municipal".
El debate sobre el estado del Municipio ha dejado sobre la mesa el reconocimiento implícito de gobierno y oposición de que hay materias en las que están de acuerdo: Cartagena tiene un problema con la limpieza, el mantenimiento de las zonas verdes y la seguridad. Sin embargo, mientras desde la bancada de la oposición le recordaban a la alcaldesa la suciedad, la dejadez, la falta de mano dura ante las concesionarias, el abandono o la dejación de funciones en materia de seguridad, Noelia Arroyo se defendía replicando con el control al que se les ha sometido a las concesionarias, especialmente a Lhicarsa, el contrato en marcha para aumentar "y embellecer" la superficie de zonas verdes del Municipio o la apuesta del Gobierno municipal por incrementar los efectivos municipales (hasta 110 en dos años) y los medios para ellos (vehículos, prendas, etc...).
José López, portavoz de MC Cartagena, estuvo mucho más comedido y reservado de lo que todos podríamos haber esperado, aunque sí que soltó alguna perla como la acusación de ser "una pésima gestora, una mala política y peor persona" a Arroyo. Todo lo contrario que la alcaldesa, que sí iba preparada con la artillería pesada para recordarle a López los 620.000 euros ganados en los 11 años que lleva en la política. "Cobrando del Ayuntamiento un sueldo que no necesita. ¿Cuánto donó?, el primero, para la foto. No trabaja por amor al arte", le espetó. "No me voy a medir con usted ni en la confrontación ni en la bronca, porque en el barro siempre nos gana usted. Pero ni usted ni sus cómplices son gente decente ni trabajan por amor al arte", añadía en otra de sus intervenciones Arroyo. "Tiene tan poco que defender de su gestión", contestó López en un momento del debate, "que pasa su tiempo en provocarme: ¡qué triste debe ser el hecho de ser alcaldesa para esto!".
Pero estos fogonazos entre los pesos pesados de Gobierno y oposición no se convirtieron, por fin, en la bomba de humo de otras ocasiones que difumina el objetivo del debate. Arroyo volvía a mostrar que sus planes van más allá de mayo de 2023 y los hechos así lo demuestran: el plan de movilidad, el plan estratégico de turismo, la remodelación del puerto, la agenda urbana, el nuevo plan general o los anunciados 50 millones de euros en inversiones generadas en 2022 y 2023 vislumbran un proyecto a medio plazo, aunque López lo ve de otra manera y lo considera una manera de "presentar méritos con grandes titulares que se pagarán en diferido" y que deberán asumir ellos (MC Cartagena) si llegan al poder el año que viene, como están convencidos de que pasará.
Mientras que desde la oposición acusan al Gobierno de haber "devastado tanto en tan poco tiempo. Tres años de La Trinca nos dejan peor que nunca en la democracia, a niveles del siglo XIX en pleno siglo XXI", la regidora se defiende indicando que han "fijado el rumbo hacia una nueva generación industrial, con el hidrógeno verde o la industria Offshore. Hemos decidido liderar grandes proyectos turísticos nacionales, como el de Hispania Romana; hemos escogido hacer de Cartagena un lugar de investigación y desarrollo de tecnologías como el blockchain o la creación de contenidos digitales".
Probablemente cada ciudadano de Cartagena se haga una composición de lugar diferente. El corto plazo es el que manda y éste nos dice, y no le falta razón a quien lo denuncia, que la limpieza, seguridad, sanidad o contaminación son grandes problemas por resolver en el municipio y lo que los gobernantes proponen como soluciones (nuevos contratos, más control, más personal, etc...) a la oposición le parecen parches de segunda mano.
Este futuro que nos espera, tal y como ella anunciaba al comienzo de la información, no parece nada halagüeño. "No podemos esperar a que escampe para pensar en el futuro porque perderemos muchas oportunidades. Tenemos que desarrollar todos esos planes para resistir mejor la crisis y salir antes de ella. Nos acercamos a un grave periodo de crisis económica del que va a ser imposible escapar y en el que tenemos que poner todos los medios a nuestro alcance".
Turismo, industria y agricultura, tres de los sectores de los que vive Cartagena y su comarca, se verán afectados por esta situación, de ahí que la alcaldesa anunciase que el nuevo Presupuesto "deberá servir para mantener el pulso inversor y para ser un escudo social que proteja a los cartageneros que sufran dificultades en este nuevo periodo de crisis" y, para ello, pedía la implicación de todos los políticos del salón: "Como pasó con la crisis de la covid, los ciudadanos van a necesitar que trabajemos desde la unidad. Por mi parte, yo estoy plenamente dispuesta a escuchar todas las aportaciones y propuestas que la oposición proponga, estudiarlas con imparcialidad y reflejarlas en el próximo presupuesto municipal. Confiamos en contar con el mayor respaldo posible de este pleno para conseguirlo".