MURCIA. "Hola, soy Ginés", se presenta este murciano de 23 años cuando nos encontramos en la cafetería de un hotel de Murcia para charlar un rato sobre su nuevo disco, el segundo de estudio, que lleva por título Luna 18. Lo hace así intencionadamente. Porque con quien vamos a hablar es con Ginés Paredes Giménez, que es el nombre real de Walls, uno de los artistas que más está sonando en el pop español actual. A pesar de todo, no hay diferencia entre uno y otro, son la misma persona, asegura el músico, que insiste en la honestidad que le imprime a su trabajo. "Walls es un intérprete de lo que yo siento", explica. Llega con un poco de retraso y se disculpa varias veces, se muestra cercano y ofrece todas las facilidades del mundo para la entrevista (cuando ve que miro la grabadora de reojo, no duda en decir: "si hace falta te lo repito las veces que haga falta"; no fue necesario). Tiene cierta expresión de niño travieso que contrasta con su voz grave y con lo claro que parece tener las cosas. Además, aclara, "si mi madre me viera ir de flipao, me diría: ponte a quitar la mesa y cállate; me pondría rápido en mi sitio.".
Ginés estuvo promocionando su disco en Murcia, la ciudad donde creció, aunque su madre es de Lorca y su padre de las Cuevas de Reyllo (Fuente Álamo). Ahora vive en Madrid, pero dice conservar sus raíces -algún 'acho' durante la conversación lo atestigua-. Espera con ilusión su actuación en el próximo Fan Futura de Los Alcázares (26 y 27 de julio) y la gira por salas después de verano que lo traerá otra vez de vuelta a Murcia. "Hay que coger sitio todavía, pero yo creo que va a ser un lugar grande y bonito", adelanta. Esta fue la conversación que mantuvo con Murcia Plaza.
Si en tu primer disco, Los niños del parque, mirabas a tus orígenes, en este segundo álbum, Luna 18, te centras en el ahora, en tu presente y en todo lo que te está pasando. ¿Qué es lo que sentías la necesidad de contar?
Bueno, siempre intento ser lo más honesto posible a la hora de escribir. Intento hablar sobre lo que me está pasando y contarlo de una manera que haga posible que los demás puedan ponerse en mi lugar. No sé si es porque tengo duende o algo así, pero por suerte la forma en la que cuento las cosas hace que los demás empaticen y eso es genial. Puedo decir que es un disco honesto, que habla desde la sinceridad; espero que la gente pueda identificarse con mis problemas o mis circunstancias.
También se nota una mayor madurez, fruto de la experiencia que, a pesar de tu juventud, llevas acumulada...
Este disco es más maduro que Los niños del parque. A nivel musical cogí las carencias que encontré en este álbum y las intenté corregir. Probablemente, cuando saque un tercero le vea carencias a este nuevo. Pero creo que eso mola y es parte del proceso evolutivo de un artista. A nivel personal también es más maduro, porque al final, como te he dicho antes, soy un tipo honesto y Los niños de parque lo escribí con casi 4 años menos. Al ser tan joven, el cambio es mucho más drástico. En cuatro años se aprenden muchas cosas.
¿Qué es lo que te inspira para una canción?, ¿todo sobre lo que hablas son experiencias propias?
Si yo veo algo que me emociona, pues lo escribo y ya está. Creo que esas cosas no se pueden explicar con palabras, es algo que se siente. Y sí, todo lo que cuento es es cien por cien verídico, porque creo que esa es la gracia. Respeto totalmente esos proyectos en los que el artista es un personaje ideal, pero en mi caso Walls es solo un intérprete de lo que siento yo, Ginés. Así, cuando me bajo de un escenario no tengo ese síndrome del impostor, no siento que estoy haciendo algo en lo que no soy yo.
¿Recurres a la música también como una especie de terapia con la que desahogarte o espantar algunos fantasmas?
Sí, obvio, aunque como terapia creo que mejor ir a una normal, que tendrá resultados mejores. Pero sí, porque para mí la música es la cosa más importante de las menos importantes. También es verdad que yo soy partidario de que las cosas que le pasan a uno se tienen que tratar de manera profesional o con una conversación si es un problema con alguien. Ya no estoy en ese punto de escribir una canción para decirle algo a alguien, aunque a lo mejor sí para desahogarme yo en algún momento puntual.
¿Hay algún tema en especial en Luna 18 por el que tengas debilidad?
Yo siempre digo que La Sole es mi canción favorita, porque es la que está dedicada a mi mamá. Con este disco tengo la respuesta fácil, no me lo tengo que pensar mucho.
¿Tu madre cómo reaccionó al escuchar el tema que le habías dedicado?
Se emocionó mucho, la verdad. No me lo esperaba, aunque mi madre es muy, muy emocional. Tengo muchas ganas de cantarla en directo. Espero que no me cueste tragar cuando la cante.
¿Qué es lo que sientes cuando estás encima de un escenario?
Libertad. Porque es el único momento de mi trabajo en el que no pienso. Yo trabajo mucho antes de los conciertos para poder llegar ahí, ser libre y no pensar. La mejor sensación que he tenido en mi vida ha sido encima de un escenario.
¿Hay algún concierto que te haya marcado especialmente?
Precisamente uno en Murcia, en la sala Mamba!, en enero de 2023; hace más de un año de eso. Fue el fin de la primera parte de la gira de Los niños del parque y nos emocionamos mucho.
¿Sientes nostalgia de tus orígenes en el rap, de las peleas de gallos...?
No es algo de lo que reniegue. Me siento orgulloso de lo que he hecho y de lo que me ha hecho llegar hasta aquí. Puedo sentir nostalgia, pero prefiero vivir este momento.
¿En que se diferencia Ginés de Walls, la persona del personaje?
En nada. Soy súper honesto. Hablo de lo que vivo, porque no creo que tenga nada de lo que avergonzarme. Es música al final y creo que la música le quita hierro a las cosas. No es lo mismo decirte una cosa en persona que en una canción, como que lo romantizas un poco. Yo lo cuento todo... yo soy así.
Las redes sociales te hacen llegar a mucha gente, pero ¿te llegan a abrumar en algún momento?
He tenido la suerte de que he crecido con ellas. Solo tengo 23 años y pertenezco a esa generación que se ha ido desarrollando a la par que lo hacían las redes sociales. Solo hay una generación que está mejor en este tema, que es la que viene detrás de la mía, que ya ha nacido con eso. Me parecen una herramienta de la leche y que tienen un alcance brutal. Pero evidentemente, por tener tanto alcance, hay que tener cuidado con ellas, ya que está todo mucho más a la vista, también los comentarios negativos. Además está el tema de los estímulos cortos, ya que los formatos que están de moda te acostumbran a que las cosas sean rápidas, concisas y a dar un mensaje a veces poco elaborado. En este disco hemos trabajado un montón y puede ser que en poco tiempo te estén pidiendo nueva música, cuando antes con un disco girabas dos años.
Con solo 23 años y con tanto éxito, ¿cómo haces para tener los pies en la tierra?, ¿a qué te aferras?
Primero, yo no considero que sea una súper ultra estrella, pero si lo fuera al final me voy a morir como lo vamos a hacer todos; al final, no somos absolutamente nada. Aunque el ego es necesario para dedicarse a este trabajo, creo que lo tengo donde tengo que tenerlo. Y tengo un entorno, con mis padres... vamos, que si mi madre me viera ir de flipao, ya ves tú, me diría ponte a quitar la mesa y cállate; me ponía rápido en mi sitio.
¿Cómo te ves en el futuro, a dónde te gustaría llegar?
Seguir a sí. Tengo la suerte de que soy libre, me dedico a lo que quiero, vivo como me gusta y hago lo que me da la gana. Puedo venir a ver a mis padres si quiero... Evidentemente, a cuanta más gente llegue mi música, mejor, pero no hace falta ni decirlo. Nadie quiere que su música no se escuche y el que lo diga para hacerse el bohemio te está mintiendo. Quisiera llegar al máximo público posible, como al que hace carpintería le gustaría el mayor reconocimiento a su trabajo. Me gustaría que me conocieran, pero si renunciar a lo realmente importante, que es la gente, mi gente.
Podría decirse que eres un cantautor de estos tiempos, aunque a lo mejor es un término que te parece antiguo...
No, que va, me parece genial. Tengo ese toque de cantautor de componer con la guitarra, aunque a veces el nivel lírico sea diferente. En todo caso me halaga que se me vea así.
¿Cómo es tu forma de componer?
Depende. A veces voy al estudio con un riff de guitarra en la cabeza y con ideas -mira, las notas del móvil las tengo llenas de ideas, de la vida, de ir caminando y que te inspire algo...-. A veces compongo en el estudio y otras en casa, con cosas que se me ocurren en el momento o que traigo de antes. Hay días que me voy de vacío del estudio, pero eso para mí no es perder el día y forma parte del proceso. Hay que frustrarse, sino sería un aburrimiento.
¿Cómo es un 'ratico' perfecto para Ginés?
Hago deporte y entreno. Me gusta tocar la guitarra, pero si estoy de ocio ni temas míos ni componer, sino aprenderme un solo que me gusta. Le quiero dar mucha caña a la guitarra y la incorporo mucho en mis conciertos. Me gusta comer y cenar rico, irme con mi novia a beber un buen vino. Y, bueno, también me gusta mucho salir, pero si sales pierdes el día siguiente, así que tiene que ser un día que sé que no tengo nada al siguiente. Y aún así me siento mal, porque digo: acho, madre mía, un día tirado.