CARTAGENA. Hay que dar un buen salto hacia atrás en el tiempo para rememorar los días de vino y rosas de este edificio ubicado en la cartagenera Plaza de la Merced: el Salón Sport, que abrió sus puertas en 1916, funcionando como plaza de abastos por las mañanas y como cine por las tardes, se despereza del profundo sueño de los justos al que lo castigaron sus dueños y que lo han mantenido en la nevera las administraciones. Tras ofertas y contraofertas, el Cine Central encontró padrino y ahora destino: en 2025 y tras un profundo proceso de restauración, rehabilitación y readaptación de usos, volverá a la vida transformado en un gran espacio que quiere ser el epicentro de las artes escénicas de Cartagena.
Costará 5,5 millones de euros este reto, financiado íntegramente por la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia. La inversión de la Comunidad a través de la Consejería de Presidencia, Turismo, Cultura y Deportes ya incluye una partida de 700.000 euros en el presente año, para iniciar la rehabilitación y adecuación del Cine Central como centro polivalente de actividades culturales. La licitación de las obras será el primer paso, sin marcha atrás, que sacará al Cine Central del olvido y maltrato al que fue sometido injustamente.
Los arquitectos Pedro Pitarch y Manuel Burgos actuaron de 'cicerones' para explicar qué nos encontraremos visitantes y habitantes de la ciudad cuando -si nada ni nadie lo impida-, el edificio abra sus puertas dentro de tres años. Han transmitido los urbanistas que el reto es convertirlo en un gran edificio multiusos, en el que salas, espacios, plantas y escenarios se conviertan en un 'condensador social' en el que tengan cabida las artes escénicas, talleres, conciertos, cine, exposiciones o trabajos en grupo.
El pragmatismo ha sido necesario en esta propuesta de Pitarch y Burgos, porque han tenido que recoger todas y cada una de las propuestas de los diferentes 'actores 'que serán protagonistas tras su inauguración. No había más remedio que readaptar continuamente este proyecto para cumplir con todas las expectativas y lograr el mayor rendimiento de todos los espacios.
El nuevo Cine Central contará con una planta baja que tendrá dos accesos: Plaza de la Merced y Plaza Risueño. La sala principal tendrá unas butacas retráctiles, con la restauración plena de la platea y el primer palco, junto con una segunda cabina técnica, además de 6 camerinos y planta baja y planta partida. También se planifica una cantina que tendrá acceso a la Plaza Risueño.
El actual edificio de viviendas se repartirá en diferentes salas polivalentes para acoger talleres, aulas de estudio y de lectura, trabajos en grupo. Mientras, el segundo palco, con capacidad para 75 personas, servirá como sala para eventos y pequeños conciertos, además de charlas.
Pitarch y Burgos han propuesto una nueva planta con espacio para uso de las asociaciones y que contará, además con cuatro salas de música y grabación; un especio, además, polivalente para danza, exposiciones, etc..., que estará comunicado con el hall de entrada. Como elemento añadido, una cubierta peatonal y accesible que se recupera como una plaza más dentro del actual edificio.
El presidente de la Comunidad Autónoma, Fernando López Miras, resaltó que el camino hasta la presentación del proyecto "ha sido largo", porque, por un lado, "se han seguido minuciosamente todos los pasos para garantizar una correcta adquisición y rehabilitación, con transparencia y participación", y además, "porque nos hemos asegurado de que el proyecto fuera acorde con la historia de un edificio emblemático". Precisamente por ser los autores "del mejor proyecto", el presidente trasladó su enhorabuena a los arquitectos Pedro Pitarch y Manuel Burgos de Andrés, cuya propuesta fue elegida entre las 29 que se presentaron.
En su intervención, López Miras también subrayó que durante los trabajos para dar forma a este proyecto "hemos contado con la participación y el impulso de la alcaldesa, Noelia Arroyo, que nos ha recordado siempre que el Cine Central es uno de los proyectos más anhelados por los cartageneros".
Esta propuesta ha logrado extraer "un gran rendimiento a todos los espacios del edificio, respetando la identidad del antiguo cine y consiguiendo que sea capaz de acoger actividades simultáneas y de adaptase a usos diferentes" como ha señalado la alcaldesa de Cartagena, Noelia Arroyo.
Arroyo ha aprovechado su locución para resaltar "el talento de estos jóvenes arquitectos y también de su capacidad de escuchar. Quiero agradecer especialmente el tiempo que han dedicado a escuchar a los especialistas y creadores de las artes escénicas de Cartagena y el interés que han puesto para encajar en su trabajo el mayor número de propuestas posible".
La rehabilitación del Cine Central se iniciará de forma complementaria a la remodelación que impulsa el Ayuntamiento en la plaza de la Merced, conocida popularmente como El Lago. Este enclave, donde comparten espacio el Museo de Arte Moderno, el Palacio de Aguirre, el Cine Central y los restos arqueológicos de la antigua ciudad púnica y romana, se convertirá en la plaza de la Cultura, y dinamizará la vida social y económica del casco histórico.
"Estamos trabajando de la mano del Ayuntamiento y de su alcaldesa para seguir transformando Cartagena y para devolver su esplendor a antiguas construcciones", explicó López Miras, quien agregó que uno de los objetivos de esas labores es "obtener la declaración de Patrimonio Mundial de la Unesco".
Como otro ejemplo dentro de esa "hoja de ruta" para proteger el patrimonio histórico de Cartagena, el presidente señaló las labores de la Comunidad para recuperar el Pórtico del Teatro Romano. En este sentido, trasladó que "buscamos que cada cartagenero y que cada visitante conozca también esa historia, que sienta la cultura de esta gran ciudad y que se adentre en el paso del tiempo a través de cada uno de sus monumentos".
El Salón Sport abrió en 1916, funcionando como plaza de abastos por las mañanas y como cine por las tardes. Poco más de una década después, en 1927, se inauguró como Gran Salón Sport, aunque durante la Guerra Civil, concretamente en 1938, se le rebautizó como García Lorca en honor al poeta. Contaba Alfonso Santos en un reportaje publicado por Murcia Plaza hace dos años y medio que cuando ganó el bando franquista "no hizo falta que nadie le dijera al empresario que cambiara el nombre". Como el régimen no aceptaba las denominaciones extranjeras, finamente, el cine terminó llamándose Central (al igual que el Hotel París de la ciudad pasó a llamarse Hotel España, por ejemplo).
Santos detalla que este singular edificio, situado entre las plazas de la Merced y de Risueño -cuyo interior es de estilo neo barroco y art decó- ocupa unos mil metros cuadrados y tiene una capacidad para 1.400 personas. La planta baja, donde se encuentra la entrada general y las butacas de patio, contaba por entonces con cinco grandes puertas de salida a la plaza de Risueño y calle Don Roque; también disponía de elegantes aseos para hombres y mujeres. "Debajo de la pantalla se hallaba la concha para la orquesta, artístico detalle del salón", describe este cartagenero, al tiempo que señala que "al primer piso se subía por tres escaleras, una de ellas amplísima, de mármol blanco". En esta planta se hallaban los palcos y las butacas de preferencia; también los guardarropas, el salón de espera, los lavabos y el tocador de señoras, entre otros servicios... Al segundo piso, también de butacas de preferencia, se accedía por otras dos escaleras cortas y anchas.
Igualmente, destaca que "el vestíbulo era elegantísimo, con suelo de mármol blanco y gris; zócalo y paredes con artísticos relieves, fondo azul y decorado interior a base de ornamentación y columnas estilo renacimiento italiano con grandes cuadros. Una autentica joya que se nos fue".
