La cotizada está invirtiendo ingentes cantidades de dinero en dos proyectos de los que todavía no hay ningún tipo de retorno Reality Labs y Metaverso
MADRID. Allá por febrero del presente ejercicio, poco después de conocerse los resultados de 2021 de Meta y ante el desplome que se produjo en la cotización de sus acciones -y la avalancha de preguntas que nos hacían sobre la conveniencia de entrar o no en el valor después de semejante castigo-, escribimos un artículo en este diario donde justificábamos las dificultades pasadas, presentes y por llegar para Facebook. La misma que además acababa de cambiar su nombre por el de Meta Platforms.
Nueve meses después nos encontramos en una tesitura parecida. En lo que va de año, su cotización se ha dejado la friolera de un 70%. Desde muchos medios, nos preguntan si el nivel de cotización actual puede suponer una adecuada oportunidad de entrada teniendo en cuenta que, a pesar del fuerte castigo, la compañía presenta unos estados financieros que para sí quisieran muchas empresas industriales. El cierre de 2021 no fue malo ni mucho menos para Meta, todo lo contrario. Firmó un excelente ejercicio, pero el problema está en el crecimiento.
Y es que efectivamente, al publicar sus resultados anuales, la compañía declaró que los crecimientos futuros no mantendrían el ritmo que habían mantenido hasta entonces, especialmente en los años 2018, 2019, 2020 y 2021. Hasta ahora, la principal fuente de ingresos de Meta es la publicidad digital a través de sus tres grandes plataformas: Facebook, Instagram y WhastApp. Pero la competencia, una economía en desaceleración que hace bajar la inversión publicitaria, y un menor uso y demanda de sus plataformas por parte de los consumidores ha frenado en seco sus ingresos por esta vía.
Aunque Meta continúa experimentando un crecimiento de usuarios importante, muchos de ellos también interactúan en otras redes sociales como Snapchat y TikTok, que están captando más su tiempo y su participación. Por ejemplo, si comparamos el uso de Facebook por parte de los adolescentes desde 2014 hasta el presente ha experimentado una severa disminución, pasando desde el 71% a solo el 32% en 2022. Menos compromiso de sus usuarios significa menos publicidad y, por tanto, menos ingresos.
Pero no todos los problemas comienzan y terminan en el crecimiento de los ingresos publicitarios, ya que en paralelo Meta está invirtiendo ingentes cantidades de dinero en dos proyectos de los que todavía no hay ningún tipo de retorno y de haberlo tardará aún muchos años: Reality Labs, una división centrada en hardware y software relacionados con la realidad virtual incluyendo la comercialización de los auriculares Oculus Quest, y el Metaverso. En estos momentos, centrarse en la realidad virtual y la inteligencia artificial en los volúmenes de inversión en los que lo está haciendo Meta no parece ser la alternativa más inteligente.
El negocio del Metaverso gastó casi 4.000 de dólares en el tercer trimestre y más de 10.000 millones de dólares este año. En realidad virtual está camino de superar los 12.000 millones. Además, genera todo tipo de dudas respecto a cómo se podrá monetizar, pero es que las ventas de los dispositivos Oculus Quest Pro de próxima generación -1.500 dólares por unidad- está siendo un fracaso. De ahí que muchos analistas se pregunten abiertamente por qué Meta continúa invirtiendo miles de millones en tecnología que nadie quiere.
Afortunadamente, Meta viene de unos buenos ejercicios que le han permitido disponer de un balance tremendamente sólido, pero la caída de los ingresos por publicidad en sus plataformas y las inversiones en los dos segmentos citados están debilitando de una manera incuestionable sus números y, por supuesto, la generación de flujo de caja.
Como cualquier empresa se podría valorar Meta en base a su PER -relación precio/beneficio- estimado. Si comparamos este múltiplo con el promedio del sector, vemos que cotiza con un descuento en el entorno del 29% (11,20 veces frente a 15,70 veces del sector), pero en este negocio tiene sentido utilizar dicho múltiplo. Y aquí la comparación es terrible en contra de Meta: 3,9 veces respecto a 1,15 veces de la mediana del sector, es decir, un 236% más caro… Si este múltiplo de Meta cayera a la referida media del sector estaríamos hablando de un descenso adicional del 70% de su cotización en bolsa.
Todo esto hace que pensemos que o mucho cambian las cosas o los analistas que siguen el valor van a seguir revisando sus previsiones a la baja. Su precio objetivo ha pasado de 416 dólares en septiembre de 2021, a los 154 dólares en la actualidad. Lo que hemos detallado sobre Meta hace que seamos muy negativos con el, a pesar del descuento con el que cotiza.
Antonio Castelo es analista de iBroker