MURCIA. A las once de la mañana se acabó el suspense. Pedro Sánchez anunciaba su continuidad y ponía fin a los cinco días de retiro y reflexión que han sumido al país en un escenario insólito en su historia. La incertidumbre se mantuvo hasta el último momento, sin filtraciones, sin ninguna pista de lo que iba a suceder. Pero al final pasó que no pasó nada: que el presidente sigue. Pero sí ha pasado. Todos coinciden en que nada volverá a ser como antes. Esta pausa, revolucionaria para unos, irresponsable para otros, queda como un hito en la historia de nuestro país y el presidente añade otra muesca a su palmarés de golpes políticos y movimientos impredecibles sobre el tablero.
Nadie quedó impasible. Ni siquiera la prensa europea, que se prodigó en titulares que no dejan especialmente en buen lugar al presidente español (dos ejemplos: "bochornoso espectáculo de Sánchez", del alemán Der Spiegel; y la definición del The New York Times sobre "un progresista con reputación de superviviente astuto"). La Región de Murcia también se sobrepone al 'se queda' del jefe del Ejecutivo. Las opiniones varían en función el crisol con el que se mira. La decisión de Sánchez acentúa las brechas que ya existían: los convencidos de que había una estrategia detrás arremeten con fiereza mientras que los fieles del líder del PSOE se arremangan en su defensa, seguros de la decisión del presidente. ¿Fue una irresponsabilidad? ¿O un acto de valentía?
No obstante, sí cabe reseñar que existe en la Región un diagnóstico más o menos compartido de que han sido cinco días de interinidad que restan más que suman. Por ejemplo, el sindicato CCOO dejó caer que el tiempo para la meditación "quizá ha sido excesivo", como así admitía -en declaraciones recogidas por La Verdad- el secretario general de Comisiones Obreras en la Región, Santiago Navarro, quien, eso sí, para disipar dudas sobre su posición, valora que su permanencia se debe al apoyo de su gente, que se ha movilizado, y sostiene que "la democracia gana" frente "al bulo y la mentira".
Sólo una voz ha emitido su respaldo sin fisuras en la Región: el PSRM-PSOE, su partido. Con José Vélez al frente, los socialistas murcianos reivindican la "valentía" y la "empatía" de su jefe de filas, al "abrir una nueva etapa en España" con una decisión que marca un punto de inflexión, "un punto y aparte para regenerar la vida pública y la convivencia de todos los españoles". El secretario general del PSRM concluía que este lunes "perdía la mentira y el odio y ganaba España", y elevaba a la categoría de "acto revolucionario" el movimiento de Sánchez: "Durante estos días hemos visto a un presidente que ha demostrado con absoluta transparencia sus sentimientos y preocupaciones a todo un país, lo que ha sido una clara demostración de valentía y empatía. Sánchez ha convertido lo más humano en un acto revolucionario, algo poco habitual en política".
Muy distinto lo ve Fernando López Miras. El presidente regional, del PP, carga con dureza contra Sánchez y le acusa de "manipular" a los españoles por hacerles creer que "pasaba por una crisis personal". También le culpa de usar a su familia para "sobrevivir" en política. El mandatario regional afea el "circo bochornoso, lamentable e irresponsable" y avisa de que los siguientes pasos de Sánchez son la independencia del poder judicial y la prensa libre. En su opinión, "todo responde a una estrategia para coger impulso en las elecciones catalanas y europeas", pues "la paralización de todo un país se debía a su interés político y personal". Y para eso, "para ese viaje", apostilló, "no hacen falta esas alforjas".
Vox, miembro del Gobierno regional, disparó con fuego, con palabras similares al PP: "Es una reafirmación de su golpe contra la unidad, contra la convivencia, contra el Estado de derecho, contra la separación de poderes y la libertad de presa", recrimina José Ángel Antelo al tiempo que augura que "lo peor de Sánchez está por llegar". El vicepresidente de la Comunidad comparte con Miras que es una decisión que atiende a "intereses personales", que es un acto "de teatro indignante y victimista" que genera "bochorno internacional" y que Sánchez "busca salvarse a sí mismo". Y no sólo ello: piensa que su declaración matutina es "una amenaza a todo disidente" e incluso opina que "no ha tenido reparos para utilizar la figura del Rey". El líder regional de Vox, además, señala que su socio debería romper sus alianzas con el PSOE, porque, aduce, "la España que ha traído Sánchez es una España enfrentada por la izquierda".
Los empresarios murcianos tampoco ven con buenos ojos la actitud de Sánchez, aunque se expresan en otro tono, sin bronca. Para la Cámara de Comercio de Murcia, es una irresponsabilidad, porque genera "una situación de incertidumbre totalmente innecesaria". En palabras de su presidente, Miguel López Abad, los empresarios esgrimen que la actividad económica requiere de "estabilidad institucional para acometer nuevas inversiones, crear puestos de trabajo y generar riqueza". Sin embargo, apunta, "esa no es la imagen que nuestro país ha proyectado durante estos cinco días, ni interna ni externamente". A su juicio, se cierra "un capítulo estéril que no ha dejado nada en positivo". Desde la patronal Croem no quieren entrar a valorar "decisiones políticas". Aunque sí dejan claro que siguen reclamando "seguridad jurídica, estabilidad regulatoria y moderación para la actividad empresarial, como siempre". Es decir, a buen entendedor...
Una voz que ha llamado la atención por su posición es la de Podemos. El propio Pablo Iglesias hablaba de que "Sánchez ha hecho el ridículo". Los morados, que saben lo que es sufrir el lawfare, no dudaron desde el primer minuto en condenar "los ataques" hacia Sánchez. Pero, pasados los cinco días, se sienten decepcionados con la respuesta del jefe del Gobierno, cuya maniobra reducen a mero "golpe de efecto". Querían algo más que palabras. "Hoy somos muchos los que esperábamos más de esta comparecencia del presidente. Este país necesita medidas contra el lawfare y los bulos y no más golpes de efecto", reaccionaba la diputada de Podemos María Marín. A su parecer, "la democracia en este país está en peligro por la ofensiva de una derecha política, judicial y mediática que no acepta la democracia cuando ellos no ganan". Si bien se alegra de que el PSOE "reconozca el lawfare aunque llegue tarde", puntualiza que los socialistas "siempre miraron a otro lado cuando perseguían a Podemos". Por eso ahora "era el momento de pasar de las palabras a las acciones", pero eso no ha ocurrido.
Sánchez no ha dejado a nadie indiferente en todo el país, tampoco en la Región. Hasta los alcaldes se pronunciaban. La regidora de Cartagena, la popular Noelia Arroyo, opinaba que el máximo mandatario del país y su Gobierno salen debilitados y enfatizaba que al presidente le importa España "tan poco que se ha planteado abandonarla". Así lo argumentaba ella: "Se le ha pasado el enfado tras cinco de vacaciones y ahora nos anuncia un contraataque contra los que él identifica como los causantes, que son los jueces, la oposición y la prensa. Eso nos preocupa", incidía. "Sánchez sigue, pero no seguiremos igual".
La decisión del presidente depara muchas preguntas en el aire. Todavía se desconoce en qué consiste su misteriosa frase de "un punto y aparte". Está por ver cómo se traduce el llamamiento a "la limpieza, a la regeneración, al juego limpio", que proclamó en su comparecencia de la mañana. Por la noche, el presidente nacional, entrevistado en TVE, puso en la diana a los medios digitales "por lanzar bulos" y denunció el uso "espurio" de las redes sociales. Pero reconoció que no tiene ningún plan preconcebido para regenerar la democracia, más allá de prometer que propondrá "acciones para prestigiar la democracia".
Sánchez se queda. "Con más fuerza si cabe", como así anunció. Pero la Región (y España) quedan más polarizados si cabe.