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siete han quedado desiertos en los urrutias y punta brava

Ocho empresas ya cuentan con el 'ok' para montar sus chiringuitos y este sábado se instalan Rockola y La Cangreja

4/06/2021 - 

CARTAGENA. Este mismo fin de semana la playa del Galúa en La Manga y la del Cuartel en La Azohía podrán ver cómo dos de los chiringuitos más significativos de los arenales de Cartagena, La Cangreja y Rockola empiezan a emerger sobre la playa. Por fin estos dos establecimientos y seis más tienen la adjudicación definitiva y el 'ok' del Ayuntamiento para poder instalarse en la costa.

El proceso de licitación sigue su curso y está aún por terminar, ya que son un buen número los lotes que quedan aun por ser adjudicados. De momento, los que sí tienen el permiso para ponerse a funcionar son tres en la playa del Galúa, uno en la playa Calnegre, otro ubicado en la playa El Cuartel, Isla Plana, Barco Perdido (Marchamalo) y playa del Cavanna. En total, ocho empresas tienen por fin la seguridad de llegar, aunque algo justos, al inicio de la campaña estival.

Siete, los correspondientes a las zonas del Mar Menor como Los Urrutias, Punta Brava, Islas Menores e Isla Plana han quedado desiertos, como ya ocurriera en años anteriores. El estado del Mar Menor, la falta de bañistas y turistas no es un buen argumento para atraer a clientes, de ahí que los posibles licitantes suelan descartarlos de forma habitual.

En total, son 38 lotes los que deben ser adjudicados por lo que la prisa es más que evidente, una vez que el periodo de alegaciones ha concluido. Se espera que hoy viernes se vuelva a dar un nuevo empujón desde la concejalía de Contratación para que antes de concluir la semana esté prácticamente encarrilado el proceso licitador de los chiringuitos.

La historia se ha parecido a la que se produjo en 2017, en la anterior adjudicación, con denuncias por ilegalidades, retrasos, reproches entre políticos y unos hosteleros que no levantaron su persiana hasta mediados de julio de aquel año.

Recordemos que la polémica ha envuelto la puesta en marcha del pliego de condiciones. Los hosteleros reclamaron premura a la hora de convocarse, pero no fue hasta mediados del mes de abril cuando se puso en marcha, eso sí, con interrupción incluida porque algunos pliegos habían sido mal redactados. Los hosteleros explotaron, entonces, de impotencia: "Son unos inútiles", decía un hostelero con chiringuito en las playas cartageneras, en referencia a los encargados de dicha licitación. "Menudo desastre" añadía otro de los que estaba pendiente de iniciar los trámites y que ha visto cómo los errores se han ido sucediendo en cascada hasta el momento.

Posteriormente los licitantes calificaron de engorroso el proceso 'online' y la mayoría no terminaba de entender cómo se hacía un sorteo en caso de empate sin valorar primero los proyectos para decidir cuáles deben ser adjudicados acorde a su calidad. "Hemos observado que en algunos lotes hay cuatro personas que han pujado que tienen apellidos comunes, por lo que tienen más posibilidades que les toque que al resto. Esto no es una forma de hacer las cosas", decían entonces. Algunos, una vez adjudicados determinados lotes, llegaron incluso a impugnar el proceso algo que, de momento, no se ha producido.

La historia no ha terminado, este será, probablemente, el inicio del final de una crónica demasiado larga y agónica cuando de negocios y trabajo se trata. 

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