MURCIA. Luis Bernardeau (Murcia, 1975) es muchas cosas. Se podrá leer sobre él que es ingeniero, pintor, músico, poeta, activista de una cultura, padre, surfista... También es Omar Daf, su alter ego en el mundo del arte y con el que presenta la exposición Noise en el espacio expositivo Progreso 80 de Murcia, donde se podrá contemplar hasta el 29 de febrero.
Comisariada por Tomás Ruiz Planes, gestor de la sala murciana situada en la avenida del Progreso, la muestra ofrece un recorrido -que puede ser virtual desde la web de la galería- por la obra "de uno de los artistas emergentes más polifacéticos del panorama contemporáneo actual". Noise -apunta el comisario- "nos ofrece la oportunidad de conocer el estado musical que provoca su pulsión plástica sobre soportes sencillos y pobres, de acabado borroso y desdibujado provocado por la tensión del noise (ruido) de su entorno".
Destacan en la obra de Omar Daf marcadas texturas sobre el material trabajado, potenciadas por el uso de fuertes y llamativos colores que reclaman y nos devuelven la esencia de ese denominado arte psicodélico, según señala el comisario. "Arte en el que Noise se convierte en dulce melodía plástica, invadida por el color, la textura y la calma. Fuerte pulsión iniciada a partir de la escucha de sonidos, vibraciones que la obra de Omar Daf atrapa y con las que su trabajo se acompaña. Experimentaciones próximas a las diferentes variantes de rock, en las que asoman o despuntan la música surf, el garage rock, rock instrumental o el rock psicodélico a partir de la escucha de los grandes de este género; The Beatles, Pink Floyd, Deep Purple o The Byrds, entre otros".
De esta forma, la obra del artista murciano se torna sonidos, ruidos, texturas, sabores, colores y vibración, presentes a través de una estética a la que da forma los diferentes sentidos -oído, olfato, vista, gusto y tacto. Al mismo tiempo, tiene un componente reflexivo, de manifestación del alma. "Alma sonora, pictórica y cambiante de Omar Daf", señala el comisario de la muestra.
Recuerda Tomás Ruiz que "a finales de la década de los 60, como resultado de ricas y diversas experimentaciones a partir del uso de la música como nexo de unión de otras tantas manifestaciones plásticas -en ocasiones aliñadas y/o acompañadas por agentes estupefacientes o alucinógenos como el LSD- surgieron de manera pareja al movimiento hippie o contracultura, un movimiento antisistema desarrollado en EE UU y trasladado a Europa a través de Gran Bretaña. La distorsión y alteración de la realidad por medio del consumo de música y sus añadidos fueron confluyendo hacia manifestaciones libres y exentas de cánones impuestos hasta ese momento".
En ese contexto, Noise ancla "su raíz estética y filosófica en esta corriente que dimana de una concepción de la mancha, color y texturas asociado a las experiencias llegadas o percibidas por medio de la vibración, por medio del sonido, del rock".