MURCIA. Un día después de que el Gobierno regional decretara el cierre de la hostelería, el presidente de la Comunidad comparecía ante los medios de comunicación. Lo hacía tras reunirse con el presidente de la patronal de empresarios y los principales representantes de la hostelería murciana. Fernando López Miras defendía que las restricciones se basaban en criterios "exclusivamente sanitarios" con el único objeto de "salvar vidas".
Antes de su comparecencia, el jefe del Ejecutivo tuvo que escuchar el grito de descontento de los hosteleros, que el miércoles se manifestaron por las calles de Murcia y Cartagena, y también de la propia Croem, que condenaba que señalara a la hostelería como culpable de la situación actual. Pero sobre todo Miras tuvo que escuchar la cascada de críticas que le dirigió la oposición: desde el PSOE y Podemos, que lamentaban que "no se habían hecho los deberes" y pedían un plan de rescate, hasta Vox, su socio parlamentario, que manifestó su oposición frontal a la decisión de clausurar los bares y restaurantes. "Miras es un auténtico cómplice de la ruina que sufren miles de familias", recriminaba Vox.
El presidente hizo referencia a estos reproches, sin mencionar a los partidos, durante su intervención en el Palacio de San Esteban. "¿Alguien, en su sano juicio, cree que un político tomaría una medida tan impopular si no fuera una cuestión de vida o muerte?", sostenía Miras. "Aquí no hay estrategias políticas. Y sinceramente, me avergüenza que representantes públicos de esta región todavía estén ocupados y preocupados de encontrar un rédito electoral de la situación de sufrimiento de tantas familias", afirmaba contundente antes de apostillar: "Lo digo alto y claro: por parte de este Gobierno regional no hay intereses más allá de salvar vidas y proteger a los murcianos".
El máximo mandatario regional reivindicaba así sus decisiones, en las que reiteró que sigue estrictamente las recomendaciones de los sanitarios. "Es una medida que nos duele, que no nos gusta", admitía. "Pero esto es una cuestión de vida o muerte. Así de crudo es", zanjaba. "La población debe saber a lo que nos enfrentamos; queremos evitar más fallecimientos y que se rompan más familias. No queremos que los sanitarios tengan que elegir entre salvar a unos o a otros".
El presidente también justificó el cierre alegando que otras comunidades también lo han hecho (Cataluña, Navarra, Asturias, Castilla y León, Galicia, La Rioja y el País Vasco). E igualmente citó que se ha llevado a cabo en otros países, como Alemania, Reino Unido y Francia. "Es nuestro deber hacer algo, media Europa está confinada. Otros países han tomado medidas más duras, a pesar de que presentamos datos más preocupantes", indicaba al tiempo que aprovechaba para pedir al Gobierno de España que tomara cartas en el asunto.