CARTAGENA. La tradición del miércoles de ceniza, que se celebra este próximo miércoles, ha acarreado algunas modificaciones debido a la situación sanitaria derivada por la Covid-19. Desde el Obispado de Cartagena han establecido una serie de medidas destinadas a evitar el contacto entre los clérigos y los fieles. En las mismas recomendaciones, desde la Diócesis desaconsejan los besapiés o besamanos a las imágenes de culto, según han informado fuentes del obispado en un comunicado. El comienzo de la cuaresma viene marcado por la actual situación pandémica, este año, la imposición de la ceniza, que se realizará este miércoles, sufrirá algunas modificaciones para que los sacerdotes no toquen la frente de los fieles.
Según las indicaciones de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, una vez que se hayan bendecido las cenizas, el sacerdote dirá una de las fórmulas de imposición de la ceniza una sola vez para todos los fieles; al acercarse para recibir la imposición de la ceniza, los fieles deberán guardar en todo momento la distancia de seguridad, al igual que al ir a comulgar; y el sacerdote no realizará la señal de la cruz sobre la frente de los fieles, sino que dejará caer la ceniza sobre la cabeza de cada uno, sin decir nada.
El coordinador Covid-19 en la Diócesis de Cartagena, Manuel Guillén, ha hecho hincapié en subrayar que, en el momento presente, "el aforo permitido en todos los templos de la Diócesis de Cartagena es del 50%". Por este motivo, ha recomendado que los fieles y sacerdotes "deben mantener la distancia de metro y medio entre no convivientes, utilizar gel hidroalcohólico y llevar puesta mascarilla, cubriendo nariz y boca, durante todo el tiempo, retirándola tan solo para comulgar".
De cara a otras tradiciones como los besapiés, desde la Coordinación covid-19 de la Diócesis de Cartagena han recomendado que los diferentes actos de culto y actividades que puedan realizar las diferentes cofradías y hermandades se deberán aplicar las limitaciones anteriormente mencionadas, además de "sustituir el beso o contacto con las imágenes por un gesto de veneración".
También se recomienda que, para el rezo del Vía Crucis, los fieles permanezcan en sus lugares manteniendo en todo momento la distancia de seguridad. Guillén ha advertido que "se debe evitar cualquier acto en el que no se guarde la distancia de seguridad y suponga la retirada de la mascarilla".