MURCIA. El día que la Inteligencia Artificial sea capaz de hacer juegos de palabras y utilice el lenguaje con doble sentido; el día en el que pueda componer versos como este: "Tú tan tutú girando sin parar, yo tan yoyó que sube y baja, así dime tú a mí cómo vamos a encontrarnos". Ese día Juan Carlos Prieto se quitará la 'capa' (metafórica) de la poesía con la que ha estado volando estos años. Pero como no parece posible que puedan existir máquinas poetas (de momento), este autor alicantino, profesor de inglés en un instituto de San Pedro del Pinatar, seguirá componiendo sus "sudokus de emociones, sensaciones y pentimentos, construidos con palabras en lugar de números". Como prueba de ello, acaba de publicar su tercer poemario, Todavida (editorial ECU), con el que completa la trilogía que iniciaron Tontheridas y Sintimiento.
Los tres títulos de esta "antología de mis antojos" (como a él le gusta llamarla) son palabras inventadas que reflejan el tipo de poesía que hace el autor, en la que el lector tiene que jugar a adivinar. En en el caso de Todavida se refiere "a todas las vidas que nos tocan vivir dependiendo del momento 'vital' en el que nos encontramos. Pues la vida la concibo como un viaje de idas y venidas y de vidas y avenidas… En el libro hablo del pasar y del pesar del tiempo y de que el día menos pensado dejaremos de pensar, de sentir, de respirar y de vivir…", señala el poeta.
"La vida es algo serio que hay que tomarse de manera alegre", considera Juan Carlos Prieto, quien intercala en este libro poemas más nostálgicos con otros más irónicos y con juegos de palabras. Son en total 80 poemas en los que el profesor ha trabajado durante los dos últimos años, tiempo durante el cual también ha publicado, junto con otro profesor, el cuento El Profesor Aulatriste. Escribir es una necesidad para él, pero cuenta que lo hace sin prisas y que "va saliendo de forma natural".
Porque Prieto cree "firmemente en el poder de la poesía. Para mí es como un arma pero de 'construcción masiva'. El único tipo de arma que debería permitirse meter en las escuelas". Como docente, percibe que "cada vez a las nuevas generaciones les cuesta más leer entre línea y entender la ironía y esto es algo que la poesía ayuda a desarrollar. Los poemas hacen que uno tenga que dejarse llevar y mirar más allá".
En su caso, recuerda, "lo más bonito que me han dicho de mis poemas es que hasta con el más triste uno acaba con una media sonrisa". De hecho, la periodista Nieves Herrero, quien ha escrito el epílogo del poemario, señala "que el mundo es mucho más bonito a través de los ojos de Juan Carlos".
El joven escritor, licenciado en Filología Inglesa por la Universidad de Alicante, ha convertido su hobbie en oficio, mezclando en sus obras otras predilecciones como la música, pintar y viajar. De hecho, dentro de la que es su quinta publicación en tres años se encuentra una canción cantada por el mismo autor que se puede escuchar a través de un código QR.
Juan Carlos Prieto añade que seguirá contando emociones a través de su poesía nada tradicional. "Mientras quede tiempo por gastar y malgastar, trabajo por hacer y deshacer, dolor que perdonar, amor que dar, batallas que ganar y que perder, secretos que contar y que guardar y recuerdos por borrar y recordar, quedarán cosas por contar", afirma...Y mientras las máquinas no puedan sentir.
