MURCIA. ¿Cuándo llegarán los Presupuestos? La pregunta se repite en todos los Consejos de Gobierno. La cuestión no es baladí: las cuentas de la Comunidad -la norma más importante de todas, que enmarca todo el proyecto político y económico de un Gobierno- aún no son una realidad en una época marcada por la crisis económica de la pandemia. 2021 es el año del relanzamiento tras el desastre del 2020; es el año de los fondos europeos y es el año de la recuperación. Pero el Gobierno regional está a punto de llegar a mayo con el Presupuesto de 2020, que elaboró antes de la irrupción de la covid.
Son eminentes. Es la respuesta que ha dado en las últimas comparecencias la portavoz del Gobierno, Valle Miguélez. La también consejera de Empresa anunciaba en marzo que en "apenas tres horas" habían desbloqueado la negociación que mantenían tanto PP como Cs por las cuentas. Sin embargo, de aquel anuncio hace ya un mes y el borrador todavía no ha pasado por el Consejo de Gobierno. Nadie se atreve a poner una fecha en concreto, porque todo depende de los últimos tecnicismos, pero varias fuentes del Ejecutivo señalan que podrán llegar esta semana o la siguiente.
Miguélez, por su parte, manifestaba públicamente que "en breve" tendrán los Presupuestos. "Estamos en la última fase, desarrollando las memorias justificativas", apuntaba al tiempo que indicaba que Función Pública da los últimos retoques. Desde la Consejería de Economía y Hacienda explican a Murcia Plaza que, "al margen de la negociación parlamentaria", en el ámbito interno "lo único que queda son una serie de trámites que resultan preceptivos antes de llevarlos a Consejo de Gobierno". Se trata de trámites como el informe de la Intervención, de Función Pública y las memorias detalladas de cada consejería.
Con todo, una vez que sean aprobadas por la propia Comunidad, comenzará el turno de la fase parlamentaria, pues para que las cuentas sean ratificadas deben ser autorizadas por la Asamblea Regional. Y eso requiere de un proceso parlamentario que se demorará, como mínimo, unos dos meses. Valga como ejemplo el curso pasado: el Presupuesto entró a la Cámara en enero y el pleno de aprobación se fijó a mediados de marzo, si bien la covid retrasó aún más el proceso y lo derivó hasta mediados de abril.
El tiempo apremia, pues solamente el techo de gasto está en vigor. Y también se hizo con retraso. Este primer trámite fue acordado a finales de enero en Consejo de Gobierno, con un límite de 5.378,5 millones de euros. Son casi 600 millones más que el año pasado, un 12,5%. A finales de febrero era validado en la Asamblea, con los votos del PP, Ciudadanos y el diputado leal de Vox. Eran los días previos a la moción de censura y nada hacía pensar que el Gobierno iba a saltar por los aires, tal y como sucedería poco después.
La moción, en efecto, postergó aún más este proceso, aunque la demora ya venía de lejos. PP y Ciudadanos no sellaron un acuerdo hasta el 18 de enero, tras una negociación marcada por los tiras y aflojas entre ambos socios de Gobierno. Sucedió lo mismo en 2019. Las primeras cuentas del Gobierno en coalición tampoco llegaron a tiempo en su primer año, pues el acuerdo -entonces a tres bandas, con Vox como socio parlamentario- se alcanzó también en enero-. Nadie obliga a un Gobierno a presentar las cuentas antes de cerrar el año -se prorrogan, como así ha sucedido en el Ejecutivo central, que ha ha estado dos años con el Presupuesto de Rajoy-, pero el objetivo de todo Gabinete es presentarlos en tiempo.
Lo que sí resulta menos complicado ahora es la suma parlamentaria. López Miras cuenta con casi todos los votos suficientes para sacar adelante el proyecto en la Asamblea, pues a los 16 diputados del PP suma los tres parlamentarios expulsados de Ciudadanos y los tres expulsados de Vox. Le bastaría con lograr el plácet de Alberto Castillo o el del diputado reconocido por Vox.