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mi cuerpo, mis reglas / OPINIÓN

La mal llamada Ley Trans

25/10/2022 - 

MURCIA. El pasado martes, la histórica diputada y activista por los derechos de las personas trans Carla Antonelli se dio de baja en el PSOE, en busca de aire para poder respirar. Tal y como se han puesto las cosas de asfixiantes en ese partido para las personas trans en los últimos tiempos, ésta ha sido, aunque dolorosa, una decisión del todo comprensible. Me atrevería a aventurar que, tanto su decisión como su carta de despedida, las tenía meditadas hace ya tiempo, ya que prácticamente todos los hechos que refiere en ese texto nos los había contado el pasado verano, una noche que tuvimos la oportunidad de cenar en una terracita en Altea, después de haberla acompañado a dar una charla en uno de los auditorios de la ciudad.

No tengo por qué ocultar que en los últimos años yo he sido, en público y desde el activismo, una de las personas más críticas con ella. Siempre me pareció del todo incomprensible su sempiterna actitud de defensa a su partido a pesar de ser testigo de la cacería, acoso y cancelaciones que, desde el Gobierno de España y otros cargos de poder, el PSOE ha realizado y sigue realizando a las personas trans. Quizá lo suyo era incredulidad, quizá no podía asimilar ver esa maquinaria trituradora de personas en la que los gestores actuales habían convertido a la formación en la que ella, la que fue la primera mujer trans en el parlamento español, ha ejercido su militancia desempeñando su labor desde diversos puestos y cargos durante más de 40 años.


A día de hoy, que escribo estas líneas, el PSOE no se ha pronunciado oficialmente. No ha dicho nada sobre la salida de Carla. Nada en sus redes ni en las de la FELGTB. El silencio es total; silencio de cementerio. Nadie se ha referido a ello, ni una triste elegía a nivel particular para una persona icónica, una mujer que ha significado tanto en el partido y tanto ha hecho en su momento por llevarlo a la modernidad. Absolutamente nada.

Antonelli ha hecho muy bien apartándose de este ambiente decadente y viciado. ¿Y cual ha sido el detonante? El PSOE se ha aliado con el PP y Vox para retrasar la tramitación de la Ley Trans y disponer de más tiempo para cuestionar esa autodeterminación de género tan contestada por las feministas de su cuerda, por las fuerzas de la reacción y por muchos que ni siquiera sabéis por qué, pero que si la apoya Podemos, vuestro acto reflejo será siempre decir que, naturalmente, caca.

Los discursos de odio en España contra las personas trans se han agudizado desde los últimos cuatro años y provienen, en su inmensa mayoría, de las feministas apoyadas y financiadas por el PSOE, de las que que incluso Feijóo y la ultraderecha se han apropiado el discurso. El Gobierno de España, en la parte que le toca al PSOE, es en este momento el máximo responsable de propagarlos y de fomentar este odio tanto en sus propias filas como en medios afines, y de permitirlos en redes y hacer la vista gorda cuando quienes lo propagan son los partidos de la oposición, conculcando así los derechos e identidad de una parte de la sociedad española, todo ello por razones políticas y electoralistas.

¿Pero, a qué tanto escándalo? ¿Qué es esa famosa Ley Trans?

Pues, en principio, nada del otro mundo. Ni siquiera existe ya como tal. La Ley Integral Trans presentada hace casi cuatro años por la Plataforma Trans y que constaba de 30 páginas se ha reducido, tras un largo y tortuoso proceso de dilación, a no más de tres, integradas en una Ley Frankenstein denominada Anteproyecto de ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos LGTBIelaborado por los ministerios de Igualdad y Justicia, coordinado por la vicepresidencia primera y presentado en el Consejo de Ministros el pasado 29 de junio de 2021. 

Una ley mutilada, pero una ley más a gusto del PSOE y que incluso la FELGTB podría, de ser aprobada, presentar en sociedad como un proyecto suyo, obviando a sus verdaderos autores y opacando todo el trabajo que en los últimos años ha realizado la Plataforma Trans. Una táctica de apropiación en la que es maestro el PSOE: dilatar los procesos de elaboración de los proyectos presentados, afeitarlos de paso a su conveniencia y después, tras su aprobación, presentarlos en sociedad como suyos.

Los puntos más relevantes

  • Despatologizacion: En el año 2016 la transexualidad dejó de ser considerada una patología al ser sacada por la OMS de su catálogo de trastornos mentales. Su denominación actual es discordancia de género (no incongruencia, como se suele traducir habitualmente). No se podrá exigir hormonación, tratamientos, informes médicos o certificados de disforia para realizar el cambio registral de sexo. El acompañamiento psicológico será una opción, pero nunca un condicionante. 

En la España actual, después de seis años, las personas trans, según la legislación vigente, seguimos siendo consideradas enfermas.

  • Libre Autodeterminación de género: No se exigirán testigos, informes, demostraciones o decisiones por parte de terceros para reconocer la identidad de género de las personas trans.

Es el punto más contestado por las feministas TERF (Transexual Exclusionary Radical Feminist) del PSOE. ¿Y cuáles son las razones de este rechazo frontal a la autodeterminación de las personas trans? En principio, desde estos foros nada recomendables se argumenta que cualquier hombre, autodeterminándose mujer, podría acceder a las cuotas de paridad y a las normas de discriminación positiva para las mujeres en determinadas empresas e instituciones. 

Esta afirmación se despacha rápido y de ella se desprende la única conclusión lógica:

  • La autodeterminación de las personas trans no atenta contra los derechos de las mujeres, sino sobre una serie de privilegios adquiridos por razones ideológicas, en sí cuestionados y también del todo cuestionables.

El otro argumento sería la revenida leyenda urbana de los trans violadores en los baños de mujeres, de la que no existe ni una sola estadística, sino unas pocas noticias aisladas, en su mayoría fakes, que suelen utilizar siempre generalmente las mismas dos o tres fotos con los textos de la noticia cambiados. Una polémica artificial generada en UK y extendida a otros países.

Con respecto a la otra famosa polémica, la de las mujeres violadas por presas trans en las cárceles y penitenciarías, tampoco existen estadísticas, pero sí algún caso aislado. Y en este tema concreto no puedo dar otra opinión que la de afirmar que lo deseable sería contemplar cada caso en sí mismo. Naturalmente que las presas violentas o las que cumplen pena por violación deberían ser por lógica aisladas de las demás, pero insisto en que, mientras se vaya perfilando el encaje de las personas trans en sociedad, cada caso deberá ser contemplado con sumo cuidado. Y respecto a la mística feminista de los espacios seguros, mejor me reservo mi opinión y tiempo tendré de tratarla en otro artículo.

En general, se trata de argumentos demagógicos (mentiras y alguna pequeña realidad aumentada hasta lo indecible) que de realidades consistentes. Por otro lado, todos ellos se derrumban cuando constatamos que la autodeterminación de género lleva años permitida y regulada en las legislaciones trans y LGTBI de hasta quince comunidades autónomas españolas y, hasta ahora, excepto algún caso anecdótico de algún/a delincuente que busque en vano eludir o reducir pena cambiando su género registral, no ha pasado absolutamente nada. Ni siquiera ha disminuido el censo de mujeres cisgénero en estas comunidades a consecuencia de ese terrorífico 'borrado de mujeres' que estas señoras TERF nunca dejan de pregonar de forma tan estentórea y alarmista. De llegar la ley a buen puerto, España será el décimo país en Europa en entrar a formar parte del club de los países más avanzados.

  • Cambio de sexo en el registro: Sin informe médico ni psicológico a partir de los 12 años y con determinadas condiciones desde los 16 años de forma autónoma.

Que quede clara la expresión "en el registro". Y es que no se trata de hormonar a los niños como dicen algunos agoreros mal informados con toda su mala baba, sino de que su nombre pueda ser cambiado a su género real, previo cumplimiento de ciertos requisitos. Por otro lado, con los 16 años sigue habiendo polémica. Parece que a esa edad se está ahora mismo planteando que ya puedan votar y conducir automóviles, la legalidad española actual dispone que, con un permiso especial, pueden trabajar e incluso algunas voces se alzan en favor de que se cambie la Ley del Menor y la edad penal se pueda reducir a esa edad. En algunos países pueden ser enviados, incluso a los 15 años, a morir en guerras, pero resulta que con 16 años son demasiado inmaduros para tener clara su identidad y decidir sobre sus propios cuerpos. Para algunos, todas las personas trans somos inmaduras, no importa la edad. Sin comentarios.

  • Prohibición de terapias de conversión para las personas LGTBI: En España, la prohibición y punibilidad de las terapias de conversión está contemplada únicamente en la legislación de ocho comunidades autónomas. 

Con respecto a estas variantes de estos rituales de exorcismo medievales, no mucho más que añadir, imagino que estaremos todos de acuerdo en su erradicación. Solo comentar que destacadas feministas (sí, de ésas) se han alzado también contra este punto de la ley, argumentando que obstaculiza el "trabajo" de ciertas psicólogas que operan sobre menores trans basándose en esa doctrina new age de la abolición del género que os reseñaba en un artículo anterior. De nuevo, sin comentarios.

  • Menores intersexuales: En el caso de quienes presentan al nacer características físicas de ambos sexos, se prohíben las cirugías de modificación genital hasta los 12 años. 

Se supone que a partir de esta edad tienen clara su identidad de género y podrán decidir la naturaleza de su intervención quirúrgica o, simple y llanamente, si se operan o no. Muchos de ellos deciden no hacerlo.

  • Reproducción asistida: Garantiza a las lesbianas, bisexuales y trans con capacidad de gestar el acceso a las técnicas de reproducción asistida.
  • Sensibilización y formación: Promueve, además, medidas de sensibilización y formación especialmente indicada a prevenir la violencia LGTBI-fóbica, también de conocimiento y respeto a la diversidad.

Educación, educación y educación, que solemos decir. Una medida de primera necesidad que suele ser contestada tanto por las feministas TERF como por los mismos representantes de la reacción que abominan de todo aquello que huela a educación sexual. Con respecto al tema de los niños, sus argumentos son muy variados, desde ese clásico "a mis hijos los educo yo" hasta los que cuelan eso de la 'epidemia de homosexualización' a la primera de cambio. Incluso lo achacan la conspiranoica Agenda2030. Son los mismos que suelen basar su opinión en las homilías del párroco de la esquina, en el imán de la mezquita o en los chillidos de algún afamado telepredicador de Cochabamba... o en OK Diario, que en la práctica es exactamente lo mismo. Le tienen un pánico cerval a que sus hijos les vengan un día del cole explicándoles "aberraciones" tales como que los hombres y las mujeres son iguales y que tienen los mismos derechos o que todas las personas son exactamente igual de respetables.FOTO: I. Infantes/EP

El limbo legislativo

Hasta aquí, algunos de los puntos más importantes. Gracias a la influencia de esas benditas feministas del PSOE, que están en todo, se han quedado en el limbo legislativo temas como el las personas no binarias y la infancia trans, que sí, existe, aunque algunas defensoras a ultranza de la ciencia-ficción y  la abolición del género se emperren en negarlo.

El empleo tampoco se trata con la suficiente contundencia. Uno de los temas más importantes que debería contemplar una ley trans y LGTBI se queda en el limbo de los incentivos y las buenas intenciones. Esto sí es de pura vergüenza. Incluso aquella Ley Trans fantasma que hace un par de años registró Cs en el Congreso, y de la que nunca más se volvió a saber, era mucho más ambiciosa en este tema. Una lástima, aunque al menos esa acción puntual les sirve, desde entonces, para sacarla a relucir cada vez que votan en contra de alguna resolución en favor de los derechos de las personas trans o LGTBI. ¿O la registraron precisamente para eso? Mejor no quiero ser mala aunque, si así fuera, han tenido buenos maestros en esos políticos del PSOE que, cada cada vez que, sea cual sea el nivel y el ámbito emprenden una acción en contra de los derechos de las personas trans, sacan a relucir aquella Ley de Matrimonio Igualitario que aprobó otro PSOE en una época en la que la mayoría de los que ahora la esgrimen chupaban teta o biberón.

Desde que nos gobierna este bipartito pretendidamente progresista, que al principio de la legislatura prometió una Ley Trans por boca de su presidente Pedro Sánchez (ya en su mismo discurso de investidura), no se ha realizado ni adoptado en cuatro años ni una sola medida a nivel nacional efectiva o relevante para la vida y el bienestar de quienes integramos el colectivo LGTBI.

Sin Igualdad, ¿qué le quedaría de progresista al PSOE?

En estos momentos, Unidas Podemos no puede hacer mucho para continuar apoyando la Ley Trans y LGTBI, simplemente denunciar públicamente la sinvergonzonería y ese "sutil" maquiavelismo de elefante en cacharrería del que ha hecho gala el PSOE al unirse al PP y Vox contra una autodeterminación que ya está legislada y regulada en las leyes trans y LGTBI de quince comunidades autónomas, incluida la Comunidad Valenciana, con los votos, en su momento a favor y en absoluto reticentes, del PSOE.

¿Y qué es lo que ha cambiado ahora? Lo que busca ahora el PSOE, en este momento apoyado por el PP, es deshacerse de un partido para ellos molesto como lo es Podemos, intentando anularlo por todos los medios de cara a las próximas elecciones mediante un continuado descrédito y haciéndole oposición dentro de su propio gobierno, en este caso con la excusa de la Ley Trans y LGTBI, y utilizando a sus concienciadas feministas como obedientes perros de presa. Vox ya no es un problema mientras continúe en caída libre. La mayoría de los restos de su naufragio será en un futuro próximo reabsorbida por el PP.

Su otro objetivo es "recuperar" el Ministerio de Igualdad, el cual el PSOE considera desde siempre como algo suyo. Para ellos, su tradicional instrumento estratégico, del que se sirven con apropiación y manipulación de los movimientos feminista y LGTBI de nuestro país en pro de sus intereses, confesables y no. De paso, también como instrumento para su propia legitimación progresista, porque si no ¿qué le quedaría de progresista al PSOE? Lo hacen mediante la utilización de esa estructura servil y dependiente, extendida por toda España y conformada por plataformas feministas y LGTBI afines. Lo han hecho desde la época Zapatero, hasta que esta cartera fue asumida por Podemos.

Mientras tanto, PP y PSOE, en su afán de recuperar su siempre rentable bipartidismo, promueven una histérica campaña de desinformación contra esta Ley Trans en distintos ámbitos y medios de difusión. Una campaña compuesta por bulos y medias verdades para manipular la visceralidad de una, como siempre, fácilmente manipulable opinión pública. Hasta ahora, así es como están las cosas.

La pérdida de la ascendencia moral

Volviendo a lo de Antonelli, el pasado verano, mis compañeros de asociación y yo le lanzábamos la profecía de que el PSOE iba a hacer lo posible para estirar los plazos de aprobación de la ley, tal y como está haciendo ahora, para agotar la legislatura y, después, ya en la oposición, convertirlo en el caballo de batalla contra las pérfidas derechas que, con toda probabilidad, ocuparán por entonces el Gobierno de España.

Por mi parte, estoy segura de que el gesto de Antonelli va a ser más producente que otra cosa y espero que siga ejerciendo su inapreciable activismo trans desde otros foros ya mucho más libres y saludables. Con esta marcha, el PSOE y su tinglado dependiente que es la FELGTB, probablemente han perdido la poca ascendencia moral que les quedaba sobre la lucha LGTBI. Es de desear que todo este tortuoso proceso de la Ley Trans y LGTBI sirva para destapar máscaras de progresía y sanear el activismo, liberándolo, aunque sea solo en parte, de su dependencia política. Desearía, de verdad, que los colectivos y asociaciones que ejercen esta dependencia vayan convirtiéndose cada vez más en un residuo anecdótico, aunque sea éste un proceso que aún va a llevar mucho tiempo.

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