SAN JAVIER. Un problema que ha derivado de la pandemia y que no se ha resuelto aún es la falta de personal en la hostelería. Es algo que sucede a nivel nacional, pero que se agudiza en localidades en las que la hostelería tiene un peso importante como oferta de ocio. El verano supone un incremento poblacional en las localidades costeras del Mar Menor, que ve como la tranquilidad que suele reinar durante gran parte del año se interrumpe ante las llegadas de aquellos vecinos que usan durante el verano su segunda residencia y aquellos turistas que eligen la costa Cálida como destino para sus vacaciones. La hostelería, especialmente en esta época del año, precisa de refuerzos. ¿Problema? No hay gente que quiera trabajar en la hostelería.
"Es difícil encontrar personal, pero más complicado es encontrar profesionales de la hostelería", matiza Francesco Leggio, presidente de Hostesan, la patronal de la hostelería de San Javier y dueño del restaurante italiano Di Nous, en San Javier. "Nos conformamos un poco con lo que tenemos, pero falta gente para trabajar. Yo he tenido que cerrar algún día puntual porque no me daba con lo que tenía. Otros negocios más pequeños, en los que apenas son una o dos personas, quizá si tengan que cerrar su no encuentran gente para trabajar en su negocio", señala Leggio. "Es algo que sucede en toda España, no solo en la Región o en los municipios del Mar Menor", apunta Laura Mateo, secretaria de HosteAlcázares, la patronal de los hosteleros de Los Alcázares. “Somos el único sector que ha padecido tres cierres, y muchos trabajadores de la hostelería se han ido a otros sectores, como la logística, en empresas de paquetería, o a supermercados”, añade. "Ahora con la campaña estival, al cierre no conozco casos, pero sí muchos que han decidido no ampliar mesas pudiendo porque no les alcanza con el personal que tienen", señala Mateo.
Las razones para este déficit de trabajadores, que va camino de convertirse en estructural son varios según apuntan los hosteleros. "Cuando han tenido tiempo de vivir sin trabajar en la hostelería por la pandemia, han podido pensar. Entonces empiezan a ver que pueden disfrutar un fin de semana, una noche…Creo que falta formación profesional en la hostelería. Los trabajadores muchas veces no están mentalizados. Las condiciones laborales también influyen, porque la nómina no se toca desde hace diez años. Entonces es todo un círculo vicioso", cuenta Leggio. "Muchos estudiantes, que trabajaban de forma esporádica en la hostelería y ayudaban a paliar esta necesidad en temporada alta, ya no quieren trabajar. Prefieren terminar su carrera y disfrutar en verano", señala Mateo.
"Estamos viendo la manera de formar a gente que ha venido al municipio por la invasión de Ucrania. Gente ucraniana que quiere trabajar, y estamos estudiando cursos para que aprendan el idioma, que es básico en hostelería. Esta gente puede ayudar a paliar este déficit", cuenta Mateo mientras el verano aparece como una montaña muy alta de escalar para la hostelería.