MURCIA. Convertir un antiguo establo de Los Nietos Viejos, donde la familia guardaba los animales, en un edificio lleno de cultura y vida en este entorno rural de Cartagena, en un lugar de ensayo y de residencia para compañías escénicas y artistas, en sede de actividades y punto de encuentro vecinal... y en, si se tercia, en un refugio donde descansar. Todo esto y mucho más es La Cuadra, un proyecto cultural, coordinado por Carlos Cegarra, que parte de una iniciativa familiar y en el que colaboran amigas y vecinos. Para crear este espacio tan especial y con tantas posibilidades, se recurrió al estudio de arquitectura lumbrerense Un Estudio Propio, encabezado por Ana Belén López.
"En un principio, me pidieron un espacio para ensayar y hacer producciones teatrales, donde se pudiera pernoctar debido a su ubicación. Era un proyecto centrado en el cuerpo en dimensiones teatrales. La maravilla es que ahora ese cuerpo es múltiple. Nació de Carlos y ahora es de toda la familia", asegura la arquitecta, quien apunta que se trata de un proyecto de artesanía industrializada donde las respuestas técnicas acompañan a la herencia rural del entorno, el respeto ambiental, los oficios locales y la economía real.
Ana Belén López explica que sobre el muro original de mampostería encalado de blanco ahora se apoya un volumen nuevo de color verde, duplicando superficie en planta y volumen. Se ha creado así un gran espacio polivalente con una zona concentrada de servicios al fondo (cocina, almacenaje, lavadero, baño y una zona superior para dormir y trabajar).
Añade que La Cuadra, ubicada en la zona central de una parcela angosta, tiene un jardín disponible que se conecta con la casa original por un patio. En este sentido, destaca la atractiva (y mediterránea) relación de la vivienda con los espacios exteriores. El proyecto ha añadido, además, un porche elevado con una pérgola ligera que es una guía para especies vegetales trepadoras, completándose así el listado de espacios exteriores para el disfrute y la relajación.
En el interior, la estructura queda al descubierto, destacando la disposición ramificada verde claro, evocando lo vegetal, lo que intuitivamente calma, ya que "la cantidad de verdor de un jardín es proporcional a su carácter reparador", según apunta la arquitecta. El suelo es una tarima realizada con tableros de madera de pino de gran formato que "nos permite pasear recorriendo las betas de la madera".
Añade esta profesional que "el exterior es metálico, verde reseda y ligero, buscando un contraste deliberado con el entorno construido y contribuyendo al compromiso cultural contemporáneo sobre estética y sostenibilidad". Un ejemplo de esto son unos barreños negros que recuperan el agua contenida en el rocío para emplearla en el jardín durante el día; "una estrategia pasiva (sostenibilidad de nuestros abuelos) del uso razonable de nuestros recursos naturales".
Asegura Ana Belén López que "para la oficina es una satisfacción ver el proyecto tan vivo, con tanta plasticidad espacial. Se realizan desde actividades de un alto nivel cultural proyecciones, residencias internacionales, ensayos… hasta otras de gran calado social como los talleres de vecinas tejiendo, reuniones para ayudar al Mar Menor, cursos de atención sanitaria… Es una programación muy potente y responsable, dotan de cultura un entorno rural desde un edificio que participa del debate contemporáneo (estética y sostenibilidad). Y todo, desde una iniciativa propia".
"Este edificio cuida y acompaña a la familia y a los vecinos. Quiere ser cultura, y quiere hacerlo desde un entorno rural", concluye.
Por su parte, Carlos Cegarra, coordinador de La Cuadra, recuerda que se trata ante todo de "un espacio físico, un lugar donde llevamos a cabo actividades artísticas y culturales", al tiempo que recuerda que el proyecto nace con la vocación de abrirse al vecindario y convertirse en un punto de encuentro para propios y ajenos del pueblo de Los Nietos Viejos. Además, es la sala de ensayos y entrenamientos de la compañía Enkidu Teatro y quiere ser espacio de residencias para artistas y compañías escénicas.
Señala Cegarra, que en su corta trayectoria La Cuadra ya ha albergado residencias y eventos de compañías y colectivos de España, Argentina, Reino Unido y Polonia. "Una prioridad del proyecto es mantener un vínculo permanente con lo que ocurre más allá de nuestras fronteras nacionales y favorecer el intercambio de la población local con artistas y personas que aporten visiones y sensibilidades diferentes al pueblo", explica.
Como ejemplo de todo ello, apunta que "en el mes de octubre hemos realizado una colaboración con Complicité, una de las compañías de teatro más importantes de Europa. Junto con la proyección de su obra multimedia 'Can I live?' desde La Cuadra organizamos un encuentro entre vecinas, amigos y organizaciones de defensa del medioambiente y la justicia social".
Asimismo, en la actualidad se lleva a cabo un taller de costura en el que las asistentes tejen una decoración navideña para la plaza del pueblo. "Esta actividad supone una manera de recuperar el tejido vecinal a través de una actividad que recupera una tradición artesana doméstica y local", destaca Carlos.
"La Cuadra pretende, en definitiva, ser punto de encuentro entre lo local y lo internacional, lo artesanal y lo artístico, entre naturaleza y cultura. Un punto de encuentro intergeneracional donde explorar, desarrollar y celebrar el arte de estar juntos", resume.
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