Foto: Area II de Salud de Cartagena.MURCIA. La sucesión de cifras de fallecidos desde que, hace un año, estallara la pandemia a nivel mundial, ha provocado que el hecho de que la Región haya cerrado con la escalofriante cifra de 365 muertos en febrero no haya movido una sensación generalizada de tristeza. A diferencia de la primera ola, en la que la irrupción del virus cambió por completo el modo de vida en todo el mundo. Entonces, el mundo en general, y la Región de Murcia en particular, se hundió en una tristeza inesperada. Todo se vino abajo.
En la Región de Murcia, la pandemia había sido menos letal que en otras regiones del país. Por poner un ejemplo gráfico, a 1 de noviembre, el número de fallecidos en la Región era de 338. Apenas cuatro meses después, la tercera ola ha elevado el número de fallecidos hasta los 1.483. Sin embargo, durante esos cuatro meses el debate público en la calle ha estado más centrado en la apertura o cierre de la hostelería, en como se afrontaría la Navidad o si habría público próximamente en los eventos deportivos. Mientras, la cara más agresiva del virus en la Región iba dejando tras de sí vidas humanas, cada vez en edades más tempranas.
Así, octubre, se saldó con 125 muertes, noviembre con 271, diciembre con 138 y enero con 344. Ahora, acaba febrero con 365 fallecidos. Sin embargo, había cierto hastío por la necesidad de afrontar un toque de queda, no poder acudir a los bares como hasta entonces o ver limitada al mínimo la vida social. Sin embargo, el aumento del ritmo de contagios tras la Navidad puso en alerta a todo el sistema sanitario y a la sociedad, que aceptó con resignación un nuevo confinamiento de facto, ya que estaban prohibidas las reuniones sociales de cualquier índole, siendo las diez de la noche la hora límite para estar en la calle y el cierre de toda actividad no esencial era a las ocho de la tarde.
Ahora, aplicadas con dureza las medidas más restrictivas desde que en mayo del año pasado se pudo volver a salir a la calle a determinadas horas, la eficacia de las restricciones ha sido evidente. La incidencia acumulada a 14 días por cada 100.000 habitantes en toda la Región es, a 1 de marzo de 2021, de 102,6 después de haber llegado a estar cerca de los 1.400 casos. El consejero de Salud ya advierte de la necesidad de seguir extremando la precaución ante la previsible llegada de una cuarta ola con una mutación del virus mucho más agresiva que sus versiones anteriores. La ciudadanía espera que la vacunación sirva de barrera para que no se tenga que 'volver' al mes de febrero.
