"Estos dos últimos años han sido decepcionantes en el Ayuntamiento de Murcia"

MURCIA. La candidata de la coalición Podemos, IU-Verdes y Alianza Verde a la Alcaldía de Murcia, Elvira Medina, tiene las cosas claras y no duda en calificar que "estos dos últimos años han sido decepcionantes en la Glorieta. Nosotras presentamos un paquete de 53 medidas para apoyar la investidura de Serrano y sólo de han aprobado 11", lamenta.

- Pregunta. ¿Es este 28M más difícil que nunca detectar quién o quiénes gobernarán en Murcia? 

- Respuesta. En Murcia no suele haber encuestas municipales, así que el único termómetro que tenemos es lo que vamos palpando estos días en la calle. Y nuestras sensaciones son muy buenas, nuestros actos se llenan y los murcianos y murcianas se acercan a nuestros puestos informativos. Se nota que quieren un cambio real para su municipio.

-P. ¿Cree que harán falta pactos de Gobierno?

-R. Posiblemente. Las mayorías absolutas parecen cosa del pasado.

Ha tenido que venir la huelga de los ‘coloraos’, a los que querían recortar el 42% de su salario, para que muchos se enteren de que la política de subcontratas de Ballesta, que Serrano no ha cortado, es un fiasco

-P. ¿Con quién sí gobernaría y con quién no?

-R. Evidentemente, nosotras estamos en las antípodas de la derecha y la extrema derecha. En cuanto al PSOE, el Gobierno central nos deja claro que juntas podemos hacer muchas cosas. Al PSOE le sienta bien pactar con una izquierda transformadora como la que representa nuestra candidatura, que empuja para que mejore de verdad la vida de la mayoría.

-P. ¿Qué va a aportar usted que otros no harán?

-R. Valentía. No tenemos deudas con nadie y no nos van a temblar las piernas para plantarnos frente a quienes se opongan a las transformaciones que este municipio necesita con urgencia. Sean macroempresas o sean quienes sean.

-P. ¿Cuál sería su primera medida nada más tomar posesión en La Glorieta?

-R. Lo primero que haremos será reunirnos con los agentes sociales para dar forma a unos presupuestos municipales. No es serio que no haya nada al respecto a las alturas de 2023 que estamos.

-P. ¿Cómo define el Gobierno de esta legislatura actual?

-R. Estos dos últimos años han sido decepcionantes. Nosotras presentamos un paquete de 53 medidas para apoyar la investidura de Serrano. De ellas, todas de vital importancia para revitalizar el municipio, se han llevado adelante unas 11. Muchas de ellas, a coste cero y obligadas por la pandemia. Consideramos que han sido dos años en los que se ha perdido la oportunidad de presentar un proyecto alternativo a la política de flores y circo de Ballesta. Con respecto a la parte de legislatura en la que él estuvo al mando…creemos que el agujero de 100 millones que deja en las arcas municipales por los pufos de los convenios de la zona norte habla por sí solo. Ballesta se las da de gran gestor y ha hipotecado para una década el futuro de Murcia. Su gestión ha sido nefasta.

-P. ¿Vive Murcia un estado de parálisis o, por el contrario, está en el momento ideal para despegar?

-R. Murcia necesita transformarse. Somos la séptima ciudad de España y tenemos un transporte público de tercera, unas pedanías olvidadas, un municipio cada vez menos transitable y unos jóvenes ahogados por los alquileres con el fantasma de las casas de apuestas mordiéndoles los talones.  

-P. ¿Qué asuntos son los que más le preocupan y cuáles son los en los que hay que actuar con urgencia?

-R. Los que mencionábamos en la anterior respuesta. Con respecto al transporte público, tenemos muy claro que ampliaremos la flota de autobuses y las frecuencias para articular todo el municipio, incluidas las pedanías y los barrios del sur. Además, el transporte público será gratuito: el plan de movilidad encallará si no fomentamos el uso de los autobuses. Por otro lado, remunicipalizaremos la gestión. Ha tenido que venir la huelga de los ‘coloraos’, a los que querían recortar el 42% de su salario, para que muchos se enteren de que la política de subcontratas de Ballesta, que Serrano no ha cortado, es un fiasco. Algo tan básico como el transporte de nuestros vecinos y vecinas no puede depender de los intereses de una empresa privada. No nos quedaremos ahí: recuperaremos servicios como el de la gestión de la ayuda a domicilio, el de la limpieza y cuidado de espacios públicos o la grúa municipal. Sabemos que es vital que el plan de movilidad triunfe, pero creemos que es necesario primero invertir y luego restringir. 

 -P. ¿Qué otras medidas tomarán?

-R. Apostaremos por los disuasorios y los conectaremos con la red de transporte público a través del sistema ‘park & ride’, que funciona en muchas ciudades europeas y que ofrece la posibilidad de aparcar y trasladarse al centro de estudio o trabajo de manera gratuita. El avance del tranvía hacia el sur también está entre nuestras medidas. Lo llevamos defendiendo desde hace años e, incluso, propusimos incluirlo en los Presupuestos Generales del Estado, una moción que el PSOE tumbó. Con respecto a las pedanías, esa apuesta por el transporte público permitirá que ningún murciano o murciana viva a más de un cuarto de hora de servicios tan básicos como una sala de estudio. La ciudad de los 15 minutos no es una utopía, y debe arrancar precisamente por la periferia. Tenemos un municipio cada vez menos transitable y especialmente azotado por el cambio climático. Por eso impulsaremos tres pulmones verdes con los parques metropolitanos de Barriomar, Joven Futura y Fica Verde. También crearemos bóvedas arbóreas, que permiten reducir hasta 15 grados las temperaturas, en las principales avenidas, y dotaremos de sombraje a los disuasorios y  carriles bici. Somos conscientes de que no todo el mundo puede permitirse tener el aire acondicionado encendido 24 horas al día. Por eso, instalaremos juegos de agua sostenibles en nuestros parques, para que jóvenes y mayores tengan alternativas para refrescarse cuando apriete el calor. También crearemos una inmobiliaria pública que corte de raíz las comisiones abusivas y facilite el acceso a la vivienda. Con respecto a los locales de apuestas, seremos tajantes: cerraremos todos los que podamos y, desde luego, no permitiremos que estén a escasos metros de colegios e institutos, como pasa a lo largo y ancho del municipio.

 -P. Los indecisos, el voto joven, el de las pedanías… ¿dónde puede estar la clave?

-R. Esperamos que no haya mucha abstención, que suele favorecer a la derecha. Estamos ante unas elecciones clave. De un lado, los que construiremos un municipio más amable, transitable, inclusivo y que cuide a sus jóvenes y mayores. De otro, los de las promesas incumplidas, los pufos urbanísticos, el hormigón, las flores, el circo y el odio.

-P. ¿Qué le dice a alguien que está pensando en no ir a votar?

-R. Cada voto contará y no podemos permitir que vuelva a la Glorieta ese nefasto gestor llamado Ballesta, y menos, de la mano de la ultraderecha. Le diría que sabemos qué necesita Murcia y cómo conseguirlo, pero que necesitamos su voto.

Esperamos que no haya mucha abstención, que suele favorecer a la derecha. Estamos ante unas elecciones clave

-P. ¿Cómo le gustaría que le recordaran de alcaldesa?

-R. Bueno, no es algo en lo que haya pensado demasiado. Si acaso, como una murciana valiente que dio un paso adelante en un momento difícil y que, apoyada por sus vecinos y vecinas, consiguió que este municipio fuera un lugar mejor para la mayoría.

-P. ¿Cómo se ha preparado física y mentalmente para esta carrera hasta el 28M? 

-R. Soy mamá de un bebé de 23 meses, y puedo decir que la conciliación es una campaña electoral continua. No he hecho nada especial, he ido al teatro, que es una de mis grandes pasiones. Tengo la suerte de vivir en un municipio en el que, hay que decirlo, la oferta teatral es de un gran nivel.

-P. Confiéseme una virtud, un defecto y una manía que tenga

-R. La virtud y el defecto van relacionados: me vuelco hasta el tuétano con aquello que defiendo y en lo que creo. Esa energía a veces se convierte en una vehemencia que, lo admito, no sienta bien a todo el mundo. Suelo llegar a los sitios 10 minutos antes de lo acordado. Es algo que yo considero normal y con lo que se bromea en mi entorno. Lo que se llama una manía, vamos.