Fotos: Página web Film Commission Región de Murcia
MURCIA. La Región de Murcia quiere ser plató de rodajes. Por muchas razones. Una de ellas es que representa una oportunidad de negocio. Y es que allí donde desembarcan los equipos de producciones importantes, con todo lo que conllevan, se produce una inyección económica de la que se benefician todos los servicios locales. No en vano, se estima que más del 30% del presupuesto de una producción va a parar a las localizaciones elegidas, a través de gastos directos, indirectos e inducidos. Además, las películas y las series son el mejor de los escaparates para dar a conocer una localidad turísticamente; sin olvidar, que la llegada de rodajes por estos lares fortalece la propia industria audiovisual regional. Todo esto se ha tenido en cuenta a la hora de crear la Film Commission Región de Murcia, que dispone de una página web en la que se pueden consultar directorios de empresas y de profesionales, los rodajes que han tenido lugar en la Región y los festivales de cine que se celebran, entre otras muchas cuestiones.
Quizá uno de los apartados más curioso sea el catálogo de localizaciones cinematográficas, que tiene vocación de seguir creciendo. De hecho, la Asociación de Profesionales y Empresas del Sector Cinematográfico de la Región de Murcia (Cinemur) ha convocado un concurso de fotografía con el patrocinio del Instituto de las Industrias Culturales y las Artes (ICA) para incorporar al catálogo y mostrar a las productoras y empresas aquellos rincones y emplazamientos de la Región que pueden ser escenarios en cualquier proyecto audiovisual.
Hay muchas localizaciones regionales que yan han enamorado a la cámara, como aquella Manga del Mar Menor casi virgen por la que se paseaba Julio Iglesias; no hace tanto, el Teatro Romano de Cartagena en La chispa de la vida; o un vacío aeropuerto de Corvera sirvió para las persecuciones del último Terminator, entre otros muchos títulos a lo largo de los años. A continuación, vamos a destacar solo algunos de los numerosos escenarios, como ejemplo, que aparecen en este catálogo en el que no faltan imágenes de bosques, playas, desierto, huerta o rincones históricos, donde poder trasladarnos a otras épocas, a otras coordenadas e, incluso, a otros planetas.
Este mural, bautizado como 'La mirada de un pueblo', ha sido pintado por el artista Jonathan Rodríguez, dentro del concurso internacional convocado por la Asociación LEADER Nordeste. Tiene una longitud aproximada de 60 metros, cubriendo 180 escalones y las paredes laterales. ¿Qué pensaría Almodóvar de esta localización?
Palacio de estilo tardo renacentista, construido en mampostería y piedra sillar en esquinas a finales del siglo XVI y comienzos del siglo XVII. Pertenecía a las familias hidalgas Gil de Alarcos y Palao de Alarcos.
Se rehabilitó para dependencias municipales, pero bien podría, en un momento dado, acoger cualquier escena de época.
¿Una de indios y vaqueros? No desentonaría en estos paísajes de Albudeite. La Serreta es el punto más elevado del término municipal, permitiendo al visitante obtener unas inmejorables vistas de todo el término municipal, así como de las numerosas ramblas, cárcavas y barrancos (bad-lands) que rodean el verde valle del río Mula sobre el que se asiente el pueblo.
Paisaje único el de las encañizadas, un modo de pesca tradicional utilizado en las lagunas litorales y muy antiguo (ya lo usaban los árabes en la Edad Media). La única que actualmente se conserva en todo el Mar Mediterráneo es la Encañizada de La Torre, situada en el límite sur del Parque Regional Salinas y Arenales de San Pedro del Pinatar. Un lugar lleno de magia para llevarlo a la pequeña o la gran pantalla.
Esculpido por el agua durante miles de años, esta ruta de senderismo fácil y corta resulta de lo más fascinante y misteriosa. Se trata de un pequeño cañón de entre diez y quince metros de altura, que alberga en su interior pequeños nacimientos de agua, formas calizas en sus paredes y algunas lagunas, convirtiendo este paraje en un paraíso natural de gran belleza que parece trasladarnos a la Prehistoria.
Puentes colgantes para sentir que se es, por un rato, Indiana Jones en alguna de sus aventuras. Y una leyenda. Se cuenta que en tiempo de Reconquista una joven cristina estaba prometida a un sultán, pero ella estaba enamorada de un lugareño con quien se escapó. El sultán salió tras ellos y acorraló a la chica en lo alto de la montaña, quien saltó al río. Salió milagrosamente ilesa, por lo que pudo escapar con su enamorado. De ahí el nombre de El Salto de la Novia.