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glass onion, los crímenes de la academia, los renglones torcidos de dios...

Elemental, querido Netflix: el cine de detectives lidera la plataforma en el inicio de 2023

15/01/2023 - 

MURCIA. El cine de detectives nunca pasa de moda. Desde 'El fantasma de la calle Morgue' (1954), basada en la novela de 1841 de Edgar Alan Poe que está considerada el primer relato de detectives de la historia, y con clásicos como 'Un cadáver a los postres' (1975); 'Diez negritos' (1978), adaptación de la reina del misterio Agatha Christie; la más contemporánea 'Seven' (1995); o las revisiones de Sherlock Holmes a cargo de Guy Ritchie (2009 y 2011) y del Hercule Poirot (de nuevo, Christie) del shakespeariano Kenneth Branagh, el género cinematográfico del 'whodunit' es, si se hace bien (no caben en esta lista telefilmes que se llamen 'Niñera Mortal' o una de sus infinitas variaciones, esos que Antena 3 compra al peso), uno de los más agradecidos del séptimo arte.

Por eso, y porque el 'Cluedo' suele ser uno de los regalos estrella en los recién pasados Reyes, no es de extrañar que sean películas (grandes películas, por cierto) del género detectivesco las que copen en el arranque de este 2023 el ranking de lo más visto en la plataforma de streaming por antonomasia, Netflix. El año comenzó con 'Glass Onion' (2022), la segunda película del director Rian Johnson protagonizada por el inclasificable detective Benoit Blanc tras la deliciosa 'Puñales por la espalda' (2019), como líder absoluta entre las preferencias del público español de la gran N roja. Esta semana, Blanc ha sido destronado (pasa al segundo puesto) por Augustus Landor, detective decimonónico en el Ejército yanki de 'Los crímenes de la academia' (2022), dirigida por Scott Cooper. Y en tercera posición se ha anclado 'Los renglones torcidos de Dios' de Oriol Paulo, basada en la novela de Torcuato Luca de Tena.

Las tres, cada una con su estilo (el humor irreverente de 'Glass Onion', la gravedad de 'Los crímenes de la academia' y la paranoia de 'Los renglones torcidos de Dios') son estupendas opciones para pasar un buen rato intentando averiguar quién lo hizo, aunque en realidad en las tres películas eso sea lo de menos y, como en aquel anuncio de cerveza de los años noventa, lo importante sea disfrutar el camino. Porque al asesino se le ve venir de lejos, pero en estas cintas el peso no recae en el giro final de los últimos tres minutos, sino en la atmósfera que nos lleva hasta ese momento. Y, para quien se quede con ganas de más, del mismo 'top ten' aunque algo más abajo forman parte también otras dos opciones rescatables, como la propia 'Puñales por la espalda', beneficiaria del tirón de su secuela, y la segunda parte de 'Enola Holmes' con la Once de Stranger Things (la terraplanista Millie Bobby Brown) como protagonista.

El misterio de Glass Onion

El último rostro de James Bond, Daniel Craig, regresa convertido de nuevo en el más-poirotesco-que-Poirot autoproclamado "mejor detective del mundo" (ejem), Benoit Blanc, para resolver el típico asesinado de luces apagadas en el salón de una mansión antes de que se produzca. En realidad, todo es una brillante luz de gas que oculta un misterio mucho más prosaico que el del asesinato (que sí se produce, aunque no como todos esperan), y de la que participan estrellas como Kate Hudson, inconmensurable como ex modelo venida a menos, un Dave Bautista que (siguiendo la estela de Dwayne Johnson) por fin ha aprendido a actuar sin maquillaje azul encima, o Edward Norton, probablemente el mejor actor estadounidense de su generación ('American History X', 'El Club de la Lucha', 'El ilusionista'...), que clava al 'malo' de la peli y, a la vez, presunta futura víctima.

La película cuenta cómo un millonario tipo Steve Jobs pero en idiota invita a todos sus 'amigos' a un fin de semana en su isla privada, para jugar a resolver su asesinato. Capa sobre capa, la historia juega con la metáfora de la cebolla (como Shrek), y el "mejor detective del mundo", que odia el Cluedo y no sabe jugar al Among Us, pero para compensar está casado (o al menos vive en concubinato) con Hugh Grant y exhibe un gran estilo dandy, se cuela en la fiesta para resolver el misterio de Glass Onion. Johnson, como en la primera película de Benoit, juega a destapar las cartas en un largo flashback a mitad de metraje, para que disfrutemos aún más el final, como en un capítulo de 'Colombo'. Atentos al papel estelar del cuadro más famoso del mundo.

Los crímenes de la academia

El otro 'mejor actor de su generación' actual, Christian Bale ('American Psyco', 'El maquinista', 'Batman Begins'), se convierte en esta cinta (cuyo título original es 'The Pale Blue Eye') en el veterano investigador August Landor. Reclamado por el Ejército de los Estados Unidos para resolver un crimen truculento ocurrido en la academia militar de West Point, allí entrará en contacto con un joven cadete y "poeta publicado", Edgar Allan Poe (ver el primer párrafo), interpretado magistralmente por Harry Melling, el odioso primo de Harry Potter. Diablos, si es que Melling se parece más a Poe, y no solo en el aspecto físico (espero que la cinta gane el Óscar al mejor maquillaje) en esta cinta que el propio Edgar. 

Total, que Bale y Melling se ponen a husmear en un West Point soterrado por la nieve para resolver el asesinato de un cadete que ha aparecido ahorcado y al que luego se ha extraído el corazón (el órgano más poético), mientras empiezan a sucederse los asesinatos con el mismo ritual y cada uno de ellos carga con sus propios fantasmas. La película te envuelve poco a poco en su extraordinaria atmósfera y en las interpretaciones del dúo protagonista, avanzando lentamente hacia la revelación final, que ni tiene ni pretende tener el impacto de 'Bruce Willis está muerto', porque lo importante es la nieve, la soledad, la opresión de los espacios abiertos, la desgana vital, la tristeza de Landor, el sufrimiento amoroso de Poe, la relación que establecen ambos y su desenlace. Sencillamente genial.

Los renglones torcidos de Dios

De las tres, esta es la película que lo tenía más difícil para resultar un buen producto, pues está basada en una archiconocida novela del nieto del fundador de Abc, y adaptar una historia literaria que muchos de tus espectadores ya conocen tiene dos complicaciones: la primera, que cuesta más sorprenderles; la segunda, que rara vez la película se va a parecer a las imágenes que se formaron leyendo el libro. Y, caramba, que son dos medios de expresión distintos y a veces hay ideas que no tienen traducción (y no deberían intentar traducirse). Teniendo en cuenta este punto de partida, el resultado es agridulce pero aceptable.

La cinta relata la historia de Alice Gould, una muy convincente Bárbara Lennie ('El desorden que dejas', 'El reino', 'Contratiempo'), investigadora privada que se hace internar en un hospital psiquiátrico para intentar resolver un caso de homicidio. La historia, arropada por un valor seguro como Eduard Fernández (al parecer, recuperado después de la DGT lo 'atropellase') o Loreto Mauleon ('Patria'), plantea la duda de si la protagonista es realmente una detective o sufre una enfermedad mental, algo a lo que después del libro pero antes de la película han jugado con mejor resultado cintas como 'Hipnos' (David Carreras, 2004) o 'Shutter Island' (Martin Scorsese, 2010). 

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