MURCIA. Hace ya tres años que comenzó la pandemia, uno de los varapalos más duros que se han llevado los comercios en las últimas décadas. La covid-19 ya no ocupa portadas ni minutos en televisión, pero los comerciantes murcianos siguen metidos en el laberinto que supuso la aparición del virus, sin recuperar los niveles de ventas previos. Aunque la pandemia solo fue el inicio de una serie de vicisitudes que siguieron con la Guerra de Ucrania y su impacto en la inflación.
Así lo asegura a Murcia Plaza Carmen Piñero, presidenta de Coremur, una de las principales asociaciones de pequeños comerciantes de la Región. A las rémoras del coronavirus se les une problemas ya enquistados como la competencia de grandes plataformas y de los grandes centros comerciales de la periferia, se le suma ahora las subidas de precios, y sobre todo, de los intereses: "Este año empezó bien, pero cuando comenzaron las subidas se empezó a complicar".
En la situación de los comercios también influyen las obras que se están desarrollando en los últimos meses por toda la ciudad, pero ahora uno de sus principales problemas es el verano. No es un secreto que en Murcia en pleno verano no se queda mucha gente, y eso lógicamente pesa. "No es una ciudad especialmente turística, así que por ese lado tampoco hay razones para ser optimista", nos cuenta Piñero.
Así que muchas cierran en agosto, o incluso ya en la segunda quincena de julio. Y eso a pie de calle se nota. De las dos tiendas de la Floristería San Lorenzo, ambas en la calle Alejandro Séiquer (antigua Correos) una está cerrada ya hasta septiembre. Según su dueño, las ventas bajan hasta un 60% en verano.
Un poco más adelante se encuentra la Mercería María Luisa Hueso, una tienda de las de toda la vida. El hijo de la propietaria nos cuenta que su público es cada vez menor y de mayor edad, y que la cultura de la ropa de 'usar y tirar' les ha hecho mucho daño. Pero pese a todo este verano no echarán la persiana.
En la Plaza de Abastos del Carmen nos atienden los dueños del puesto "El Churra". Ellos que llevan toda la vida aquí saben mejor que nadie la bajada de clientes que han sufrido los mercados tradicionales. "Hace años, en verano incluso se llenaba, porque las cuatro tiendas que habían por el barrio cerraban".
Carmen Piñero confía que la situación mejore algo de aquí a final de año, aunque sus principales esperanzas están puestas ya en el año que viene. "Para que esto mejore es cuestión de incentivar con acciones directas". Coremur propone adoptar entre otras medidas bonos consumo, como han hecho otras comunidades. "Me duele ya la boca de decir: vamos a hacer bonos y otras iniciativas".
Y es que la respuesta de las administraciones para los comerciantes es insuficiente. "Este año no ha habido ferias en Murcia ciudad". Y por ello ya le ha pedido al concejal de comercio, Jesús Pacheco, medidas que les ayuden.