El diputado de Podemos Víctor Egío, en la tribuna de la Asamblea Regional. Foto: MARCIAL GUILLÉN (EFE)MURCIA. Un murmullo recorrió los escaños de la Asamblea Regional cuando Víctor Egío se dirigía hacia la tribuna de oradores. Con rostro serio, el diputado de Podemos caminaba con una misteriosa bolsa en una mano y en la otra su habitual carpeta morada. "Ya que hoy me van a juzgar y me van a condenar en este pleno", arrancaba desde el atril, "me gustaría presentarme ante ustedes y contar mi historia". Eran sus primeras palabras en el día en que podía ser sancionado por un mes por el Parlamento autonómico. "Yo soy murciano como Carlos Alcaraz y español como Yamine Lamal", disertaba mientras extraía de su carpeta un póster del célebre futbolista de la Selección celebrando el triunfo de la Eurocopa con su hermano pequeño. "¿Esta es la invasión de la que ustedes nos hablan? ¿Puede haber algo más bonito que esta fotografía? Mírenla, no tenga miedo", espetaba mientras contemplaba la bancada de Vox.
"Mi nombre es Víctor Egío, el hijo de un albañil y una auxiliar de enfermería. Y yo no debería estar aquí, porque la Región donde yo nací lidera el fracaso escolar", proseguía el diputado, reflexionando sobre la pobreza que soporta la Comunidad murciana a todos los niveles, dijo, tanto económica como social y culteramente. "Si yo soy una excepción a esa regla inmisericorde es gracias a la disciplina que inculcó mi abuela, que me enseñó a leer y a escribir con tres años y me dio el poder de las palabras, que a veces puede ser más grande que el dinero y las armas", añadía.
Egío se enfrentaba a la propuesta de sanción de la Asamblea tras los hechos ocurridos el 26 de junio. En el transcurso de una votación, la presidenta del Parlamento, Visitación Martínez, había llamado al orden hasta en tres ocasiones al diputado de Podemos y, ante el caso omiso a las advertencias, ordenaba su expulsión del pleno. Sin embargo, el parlamentario se negó a abandonar el Hemiciclo. La polémica se zanjó en primer lugar con una suspensión temporal de la sesión, pero, tras la reunión de urgencia de la Junta de Portavoces para abordar el incidente, la Asamblea acordó suspender suspender definitivamente el pleno. La votación ni siquiera se llevó a terminar.
Una semana después, la Comisión del Estatuto de la Diputada o Diputado y de la Actividad Política analizaba los hechos. El órgano aceptó la propuesta de la presidenta del Parlamento, Visitación Martínez y pidió multar a Egío de sus funciones parlamentarias y la asignación económica durante un mes. El castigo se confirmó este mismo miércoles, votado por la propia Cámara, con 28 votos a favor de PP y Vox y el rechazo de 13 votos de PSOE y del Grupo Mixto (en el que se encuadra Podemos Izquierda Unida). "Cuando ustedes me atacaron, señores de Vox, atacaron a mi familia. Y lo haría cien veces más, porque eso está por encima de cualquier reglamento, tenga el coste que tenga y hasta las últimas consecuencias", se defendía Egío.
¿Qué sucedió exactamente el día del incidente? La Asamblea se disponía a votar el cambio de una norma cuando el parlamentario morado, levantado desde su escaño y con gestos de clara indignación, pedía intervenir por haber recibido alusiones personales del portavoz de Vox, Rubén Martínez Alpañez, quien en su anterior intervención en la tribuna comentó "la ausencia del diputado de Podemos durante seis meses" por una baja paternal. Una acusación falsa, pues fue padre el 18 de abril y, según sostiene, sólo estuvo fuera seis semanas por el permiso de paternidad.
"Guarde silencio, no está usted en el uso de la palabra", le insistió en varias ocasiones la presidenta, que quería seguir con la votación y, ante las quejas de Egío, le rogaba que no "impida el desarrollo normal de este pleno". El dirigente de Podemos se amparó en el artículo 93 del Reglamento de la Cámara para pedir la palabra y defenderse por alusiones personales. La presidenta no se lo concedió, pues el incidente ocurrió en el inicio de una votación. A la tercera llamada de atención, Martínez le ordenó que abandonara el salón de plenos. "Abandone este salón", decía entre protestas de Egío. "Márchese, señor Egío", le reiteró, sin que el diputado se levantara de su escaño. "Esto es muy grave: interrumpir la sesión", lamentaba la presidenta del Parlamento, que ordenaba la cancelación del pleno.
Ahora, el Parlamento, este 17 de julio, daba luz verde a la sanción con el apoyo de PP y Vox. Y Egío, que lo temía, lo lamentaba en su intervención en el atril: "Me pueden echar de esta Asamblea un mes, pero me quedo en los 45 municipios de toda la Región, en todas sus calles y plazas para seguir llevando la voz de las más de 30.000 personas que nos votaron. Me podrán atar de pies y manos, pero seguiré hablando mientras no me corten la lengua". Y agregaba: "Mi nombre es Víctor Egío y hoy voy a ser el primer diputado sancionado y expulsado en la historia de esta Asamblea. He sido condenado en un juicio sumarísimo por el diputado que me atacó por sus bulos y por las presidenta que no me dejó defender. Y nada de lo que yo haga vaya a cambiar". Y terminaba con un minuto de silencio y entonando duras denuncias "por esta Asamblea sometida al despotismo, vulnerada, violada, atropellada y deshonrada", concluía mientras sacaba unas cadenas de su bolsa, se las colocaba en sus manos y las alzaba al cielo de la Asamblea.
