La casa que recuperó su esencia en la playa de Punta Brava: así brilla ahora 'La Teresica' a orillas del Mar Menor

MURCIA. Ejemplo de la arquitectura tradicional del Mar Menor, con un alma muy marinera y mucha carpintería -con la madera con la que se hacen los barcos- y un interior que impacta por su diseño actual y elegante. Así es 'La Teresica', una casa en la cartagenera playa de Punta Brava que ha recobrado todo su esplendor, sin perder un ápice de su esencia, gracias a la reforma llevada a cabo por el estudio José Manuel Chacón Bulnes Arquitectura, con sede en Cartagena, y Construcciones Marcarser.

Desde el estudio hacen memoria y apuntan que esta emblemática casa blanca y azul se construyó en 1935 sobre una anterior vivienda de pescadores, como la típica casa de veraneo de esa época, en primera línea de playa y con unas magníficas y relajantes vistas del Mar Menor. No obstante, esta arquitectura característica de la costa marmenorense se ha perdido en gran medida con los años -apunta Chacón Bulnes-, bien por las leyes que afectan al litoral o, sencillamente, porque los que llegaron después no conservaron la arquitectura tradicional de estas casas de playa.

No fue este el caso de los actuales propietarios, la familia Marín, que adquirió la casa en el año 2000 para rescatarla del estado de abandono en el que se encontraba. Al estar muy vinculada al mar, esta familia tuvo muy claro desde el principio que quería preservar la esencia de la vivienda. De hecho, Antonio, el cabeza de familia -y además constructor con oficio-, estaba convencido de que la solución pasaba por rehabilitar manteniendo el sabor de la antigua casa. "Así lo dijo. Así se hizo", señalan desde el estudio Chacón Bulnes. 

Apuntan que en la casa abunda tanto la madera -en cubierta como en carpinterías- como el cariño de la familia que ha tenido la sensibilidad y el acierto de recuperar un pequeño tesoro a orillas del Mar Menor. Una casa llena de plantas que además es agradecida, ya que cuenta con un porche orientado a la brisa de levante que cede un espacio de sombra para el cobijo y disfrute de familiares y amigos. Y donde cada atardecer es un pequeño milagro de colores. 

Además, hay que recordar que la playa de Punta Brava se ha convertido en los últimos años en una zona muy atractiva para los extranjeros, especialmente ingleses, que han comprado casa en esta tranquila zona, donde el tiempo parece haberse detenido.