CARTAGENA. Noelia Arroyo ha vuelto a echar un capote a los vecinos que en estos días andan movilizándose en Cabo de Palos por la posibilidad de la construcción de un restaurante junto a la Cala del Salero. La alcaldesa fue clara a la hora de hablar del asunto cuando ha sido preguntada por los periodistas: "Siempre voy a pedir lo mismo a cualquier administración: no se puede imponer nada. Se trata de invertir y mejorar con lo que los vecinos quieren. Si no hay consenso y consideran que no es favorable para Cabo de Palos, se parará".
Está claro que cada día que pasa la opinión vecinal crece más, de ahí que hace tan solo tres días se produjera en el mismo lugar que se ha propuesto para dicho restaurante una protesta a la que acudieron un centenar de personas portando pancartas en las que se podía leer "Basta ya de ladrillo, queremos naturaleza", "menos hostelería y más ecología" o "Cabo de Palos no se vende".
"No plantemos una decisión que no sea de consenso y respeto absoluto al medio ambiente", apostillaba la propia alcaldesa, quien pedía primero escuchar la voz de los vecinos "y se estudia en este procedimiento si este proyecto cumple o no. Se tendrá que tomar una decisión que aun no se ha tomado. Sin consenso no hay porqué tener miedo ni incertidumbre", añadía Arroyo.
Díez de Revenga, consejero de Fomento, aclaraba que este proyecto "no toca dominio público marítimo-terrestre", a la vez que apostilló que desde la Consejería han dado el oportuno trámite "y ahora hay que valorar con detalle si el proyecto consigue restaurar una zona que a día de hoy está invadida por coches, contenedores de basura, autocaravanas y botelleo y convertirla en una zona ambientalmente, turísticamente y paisajísticamente más atractiva".
"Si cuando evaluemos el proyecto", prosigue Díez de Revenga, "estos objetivos se cumplen, escuchando las opiniones de todos aquellos que tienen que decir algo de esto, se autorizará Si no se cumplen, pues el proyecto no se autorizará. Vamos a evaluar con cuidado y con cariño".
Tras las palabras de Díez de Revenga, Arroyo añadía que: "No debemos precipitarnos. Desde el punto de vista de la Comunidad Autónoma hay que valorar si se acoge o no a los criterios de respeto medioambiental y recuperar una zona degradada. Desde el punto de vista municipal no se hará nada que no tenga el necesario consenso"