Pascual Salvador, José Ángel Antelo y Luis Gestoso, en 2019. Foto: MARCIAL GUILLÉN EFE)Apuesta por sus más fieles lugartenientes en la Comunidad y Murcia mientras se decanta por un fichaje para Cartagena
MURCIA. "¡¡Olé!! ¡¡Grande, Antelo!! ¡A por todas!". Así reaccionaba, eufórico, Luis Gestoso en redes sociales -donde Vox se mueve como pez en el agua- con un tuit aderezado con varios emoticonos de la bandera española ante la confirmación de lo que era un secreto a voces: el nombramiento de José Angel Antelo como cabeza de lista de Vox para la Comunidad. Al final no hubo candidatos estrellas, ni rimbombantes fichajes. Al menos, no en la Región de Murcia ni en su capital. Santiago Abascal lo fía todo a dos de sus más fieles lugartenientes en la Región, una plaza donde Vox tiene depositadas muchas esperanzas electorales. Un gallego afincado en Murcia desde que se convirtiera en el jugador emblema del equipo de baloncesto es el elegido para lograr el Palacio de San Esteban; un cartagenero de nacimiento con una larga trayectoria política en la Región es el designado para obtener la Alcaldía de Murcia.
Lejos de experimentos fallidos como el de Macarena Olona en Andalucía, Abascal premia así la dedicación y la disciplina de Antelo y Gestoso durante toda esta tormentosa legislatura. La Región, con aquella victoria en las generales de 2019, es el único territorio de España en el que Vox ha conseguido un triunfo en las urnas. Está señalada en los órganos nacionales como una de las zonas donde más calan las ideas de Vox. Cualquier visita de Abascal a Murcia es un éxito de convocatoria, con miles de asistentes en sus actos. Incluso se subió a un tractor al grito de "presidente, presidente". Pero la Región es también una tierra que ha dado quebraderos de cabeza al partido. En 2020 Vox se deshizo en la Asamblea, en medio de una contienda entre la dirección nacional y tres de sus cuatro diputados autonómicos. Los tres fueron expulsados, pero la Justicia decretó nula su expulsión y obligó a su readmisión. El conflicto, aunque ya soterrado, todavía permanece, pues Vox recurrió la decisión del juez.
Antelo y Gestoso permanecieron leales al partido en aquella crisis, lo que aumentó aún más si cabe la confianza de Abascal. Antelo llegó a comparecer en calidad de testigo en el juicio (al igual que Javier Ortega-Smith) mientras que Gestoso no dudó en salir en defensa del partido, arremetiendo contra sus antiguos compañeros. Aquella ruptura de 2020 marcó un punto de inflexión. Poco después Antelo se convertía en el líder regional al ser el único candidato que presentó los avales. Se confirmaba así el meteórico ascenso del concejal de Murcia que aterrizó como número tres en la lista tras retirarse del baloncesto profesional. Gestoso, por su parte, continuó ganando influencia y reconocimiento. La confianza con Abascal ya la tenía, pues conocía al presidente de sus tiempos de militancia en el PP. Ambos, acompañados también por el único diputado reconocido en la Asamblea Regional, Pascual Salvador (quien en 2019 fue el número uno de la candidatura autonómica), han encabezado los principales actos de Vox en este tiempo: anuncios, manifestaciones, reclamaciones y hasta disputas en redes (estas últimas en el caso de Gestoso, habituado a entrar en el cuerpo a cuerpo).
Gestoso es un político muy conocido en la Región. No en vano, militó en el PP durante treinta años y ocupó varios cargos en la Comunidad hasta que presentó su renuncia, harto de la deriva de los populares. "Me chirriaba la política antiterrorista de Mariano Rajoy", lamentaba entonces, indignado porque "el PP había hecho de trágala de todas las leyes ideológicas de la extrema izquierda". Dejó el PP en 2015, probó en 2019 con Ciudadanos pero poco después recaló en Vox, donde sintió que sus ideas sí encajaban. También su vehemente forma de afrontar la política, directa y desacomplejada, lo que ha llevado también a protagonizar polémicas en Twitter
Vox puede jugar un papel relevante en las próximas elecciones. Ninguna encuesta pronostica su victoria en la Comunidad ni en el Ayuntamiento de Murcia, pero todos los sondeos prevén un aumento considerable de la representación de Vox y coinciden en otorgarles la llave de la gobernabilidad. El último estudio demoscópico conocido, elaborado por Invymark y publicado por el diario La Opinión, pronostica 10 escaños en la Región y 7 concejales en la Glorieta. De cumplirse estas previsiones, Vox aumentaría su protagonismo en la política regional. A día de hoy, recordemos, se encuentran en la oposición tanto en el Gobierno regional como en la capital del Segura. En el PP ya sienten el pánico de un Ballesta obligado a entenderse a Gestoso para gobernar. Todavía resuena el precedente de Mario Gómez, en teoría más afín ideológicamente y cuya coalición acabó como el rosario de la aurora.
En la Región, Vox ha pasado por varias fases en su relación con el PP. Del entendimiento de los primeros meses, en los que propició (con una abstención y un preacuerdo) el primer Presupuesto de López Miras, se ha pasado a una labor más crítica hacia el Ejecutivo regional. El enfrentamiento más sonado se da en un foco especialmente sensible: el Mar Menor. El PP ha cuestionado con dureza los postulados de la Fundación Ingenio, a quien culpa de "perjudicar a la agricultura" y a quien tilda de irresponsables por "afirmar que la contaminación del Mar Menor sea por las aguas fecales" (así lo expresó el consejero de Presidencia, Marcos Ortuño). Sin embargo, desde Vox secundan las ideas de la Fundación y, de hecho, a raíz del choque con el Gobierno han acelerado sus campañas para pedir que sancionen a los Ayuntamientos ribereños, quienes a su juicio son "los verdaderos responsables".
Con todo, a pesar de los tiras y aflojas entre PP y Vox, Antelo reconoce que su partido es "muy previsible" para los pactos electorales y que la prioridad, ante todo, es "echar a Sánchez de sus políticas". El propio Antelo se ha reunido con López Miras, y además a la vista de todos (en una céntrica cafetería junto al Ayuntamiento de Murcia). "Nosotros hablamos con todos", aduce. Eso sí, desde Vox marcan a fuego una línea roja: la derogación de la Ley de Recuperación y Protección del Mar Menor. No es una norma cualquiera. La ley nació como fruto de la alarma que despertaron los episodios de anoxia y mortandad de pece. Y el texto fue consensuado entre PP, Cs y PSOE en lo que ha sido uno de los pocos consensos de la legislatura. Vox, al igual que Podemos (pero por motivos muy diferentes), se opuso, negándose a "culpar a la agricultura". Vox, asimismo, es el único partido que ha votado en contra de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que logró que una ley dotara de personalidad jurídica al Mar Menor y su entorno.
Otro caso distinto es Cartagena, donde Vox finalmente se ha decantado por un fichaje, Diego Salinas. El que fuera jefe de Cajamurcia en la zona de Cartagena durante varias décadas se enroló el pasado verano en la filas de Abascal. Su nombre se había situado en la pole position hace tres semanas, cuando el partido le nombró nuevo coordinador en la ciudad portuaria al conocerse que el presidente de Hostecar, Juan José López, renunciaba a entrar en política. Salinas, con más de cuarenta años de experiencia en el sector bancario, afronta el reto de ser decisivo en el complicado escenario electoral de Cartagena, con una gobernabilidad enrevesada e indescifrable por la fragmentación política que existe en la Corporación cartagenera.
Así las cosas, Vox comienza 2023 armado para las elecciones en los principales puntos de la contienda. Este es un año crucial para Vox. Si en 2019 fue la sorpresa y su llegada a la política, 2023 está marcado para ellos como el año de la consolidación. Y el momento de llegar al poder. O, por lo menos, como ellos afirman, es la oportunidad de acabar con el sanchismo. "Uno de los objetivos prioritarios de Vox va a ser acabar con el gobierno municipal de Pedro Sánchez y los comunistas que va a terminar, si no lo impedimos pronto, podemizando la ciudad y convirtiéndola en un foro de inseguridad ciudadana", sostiene Gestoso. Vox ya está en marcha.
