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entrevista al Librero, poeta y editor cartagenero

Vicente Velasco: "Vivimos la edad de oro de las editoriales, aunque sea una paradoja absoluta"

5/01/2020 - 

MURCIA. Hay un lugar en Cartagena, en la calle Pintor Balaca, donde se puede escuchar “el rumor de los libros, de centenares de ellos rodeando tu cuerpo, recibiendo la energía contenida en sus páginas”. Así se siente Vicente Velasco en su reino de papel y palabras, la librería La Montaña Mágica, que se ha convertido durante sus cuatro años de vida en todo un referente cultural en la ciudad portuaria. Porque este espacio no es sólo un negocio, que lo es, si no también un punto de encuentro para los amantes de la lectura, ya que es el escenario en el que se llevan a cabo cerca de un centenar de eventos anuales entre presentaciones de libros y autores, recitales poéticos, cuentacuentos y talleres literarios. No en vano, la librería fue galardonada con el Premio Mandarache al Fomento de la Lectura en 2017.

Vicente Velasco, por su parte, es un verdadero librero, como los de siempre, tras el cual se esconde un escritor -un poeta para ser más exactos- y ahora también un editor con La Estética del Fracaso, cuyo nombre ya hace que pensar. Si esto no es pasión por los libros… 

“Vamos disparados”, asegura el librero, para quien comienza un nuevo año cargado de proyectos. Anuncia, por ejemplo, que el 22 de febrero inaugurarán en La Montaña Mágica el Club de Lectura Ágora, que se va a reunir una vez al mes. “La asistencia será libre y el café, gratis”, apunta. Además, "vamos a llevar a cabo una votación democrática para elegir el mejor libro del año de ámbito nacional, que se le entregará al autor premiado por primera vez en febrero de 2021”. Contarán para ello, con el apoyo de las instituciones culturales de la ciudad. 

Vicente Velasco habla con Murcia Plaza de su vocación, de su negocio y de sus proyectos; que en realidad es todo una misma cosa.

pensé que si me tenía que arruinar, en vez de ser vendiendo zapatos, que fuera con los libros que es lo que me apasiona


¿Cómo se le ocurre abrir la librería La Montaña Mágica en Cartagena (allá por el 2016), con los tiempos que corren y con lo poco que se lee en España?

Cartagena no tenía una librería, ya que se quedó huérfana cuando cerró Escarabajal. Era un reto, porque todos los negocios a pie de calle son complicados y una librería parecía que más. No obstante, la problemática hoy en día es la misma para todos: hay mucha venta por Internet. Pero pensé que si me tenía que arruinar, en vez de ser vendiendo zapatos, que era a lo que me dedicaba antes, que fuera con los libros, que es lo que me apasiona. Concebí La Montaña Mágica como un lugar donde pasaran cosas, cosas culturales. Desde el minuto cero empecé a organizar eventos, recitales de poesía,… Y así hemos seguido estos cuatro años, consiguiendo que las personas que vienen se sientan como en casa. Muchos son lectores con los que tenemos una relación especial, que leen más allá de los best sellers.

¿Cómo consiguen organizar tantas actividades culturales relacionadas con los libros?

Al final, se nos conoce en el entramado interno de librerías, distribuidoras y editoriales de ámbito nacional. Nos proponen actividades porque somos la librería por antonomasia de Cartagena. Realizamos eventos culturales de manera repetida y llevamos a cabo una labor cultural-económica de apoyo a las editoriales, como es elegir, por ejemplo, la editorial del mes. Cosas así hacen que de cara a Madrid se nos tenga en cuenta. Fuera se nos conoce como la librería de Cartagena; eso es así.

Parece que no les va mal en un momento en el que, desgraciadamente, algunas librerías terminan cerrando

Nos estamos manteniendo. Las librerías muchas veces se cierran por cansancio. Se puede sobrevivir, pero genera mucho desgaste. Hay una parte que no se ve, que son las devoluciones, las peleas con los distribuidores,... Muchas librerías no atraen a lectores por no tener un fondo suficiente de libros. Nosotros contamos con un fondo amplísimo, tenemos de todo y eso genera un doble trabajo. La gente lo que quiere ver, y lo digo desde el punto de vista comercial, son artículos. Si van a comprar ropa, pongamos por caso, quieren ver un montón de ropa para poder elegir. Eso es de cajón.

¿Los libros electrónicos representan una amenaza para las librerías? ¿Resistirá el libro en papel?

Lo que hace daño a las ventas de las librerías es Amazon, no las descargas por Internet. Éstas últimas son un fracaso porque no hay una base lectora en este país, que es algo crónico. Si la gente no lee, tampoco lo va a hacer en digital.

Ahora mismo, y lo sé por clientes que vienen de fuera en vacaciones -de Francia o Dinamarca, por ejemplo-, España es uno de los países donde mejor se edita. Podemos estar orgullosísimos porque tenemos los mejores editores del mundo, las personas que más se preocupan en tema de edición. La razón es que como hay pocos lectores hay que atraerlos y ajustar los precios al mismo tiempo. Se hacen unas ediciones maravillosas, auténticos lujos. En ese sentido, vivimos la edad de oro de las editoriales, aunque es una paradoja total y absoluta.

Lo que hace daño a las librerías es Amazón, no las descargas por Internet, que son un fracaso

Y, por si fuera poco, monta una editorial. ¿Qué le llevó a poner en marcha La Estética del Fracaso?

Tenemos un concurso de poesía en la librería, que ya va por la cuarta edición, y al ganador se le publica un libro. Así comenzó la colección La Montaña Mágica. El año pasado también empezamos a publicar a algunos escritores locales. Además, cuento con un buen maquetador como es José Alcaraz. Me gustó la experiencia y decidí montar La Estética del Fracaso Ediciones, en la que ya hemos publicado a tres autores de ámbito nacional: Alberto Chessa, con un libro de poemas magnífico, Un árbol en otros, que posiblemente esté entre los diez mejores del año y opte a recibir el premio al mejor libro del año de poesía; Eugenio Castro, que es uno de los principales referentes del surrealismo vivo y que vendrá a visitarnos el 1 de febrero para hablar de Elocuencia de lo sepulto. Y David Sarrión, con otro libro muy bueno, Alpha Centauri.

¿Y cómo le está yendo como editor? ¿Qué le está aportando esta nueva vertiente relacionada con los libros?

Tenemos distribución nacional, pero es complicado, porque cuando eres pequeño y encima publicas vanguardia o surrealismo, menos casos te hacen. Luego está la pelea con la distribuidora para que, por un lado, no me cobren más y para que, por otro, me vendan los libros. Pero es bonito poder publicar textos que si no fuera por nosotros no verían la luz. Ahora vamos a hacerle un huequecico a algún autor de la Región. De momento, puedo anunciar que en febrero sacaremos un libro de poemas de la murciana Cristina Morano.

El nombre es como toda una declaración de intenciones ¿a qué responde?

Para empezar, a dar por hecho que no voy a ganar un duro con esto (se ríe), con empatar me conformo. El nombre de la editorial hace referencia a que son textos que guardan una estética: no tienen una vocación comercial, son de vanguardia,... Y al mismo tiempo a que si no fuera por editoriales como esta no se publicarían. 

Ya ha escrito tres libros de poesía. ¿Tiene pensado publicado un cuarto? ¿Se editará a sí mismo?

No, no, eso estaría feo. Pero este año publico un nuevo poemario con Chamán Ediciones que saldrá en mayo.

   

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