MURCIA. Mª Ángeles Sánchez Rigal, la directora de la galería murciana Art Nueve, preparó un frondoso ramo de flores para la inauguración de la exposición Metales que sufren, de la pintora Alejandra Freymann, que tuvo lugar este jueves. Es la primera vez que lo ha hecho en los más de veinte años que la galería ha recibido el trabajo de un sinfín de artistas, pero también es verdad que nunca antes había tenido que celebrar un evento con aforo reducido y manteniendo la distancia social con sus invitados. Pero se trataba de la primera exposición que inauguraba la galería tras el confinamiento -reabrió manteniendo la de Pablo Albaladejo- y tenía que festejarlo como se merecía: con toda una jornada con la presencia de la artista para recibir a los amigos de este espacio dedicado al arte y darles la bienvenida con la sugerente y enigmática obra de Alejandra Freymann, con una cerveza si se terciaba y, cómo no, con flores.
Metales que sufren -cuya cita con Art Nueve se ha visto retrasada por todo el asunto de la pandemia- , "es el resultado de una investigación pictórica de una idea robada a una ficción. Es una licencia poética de la que me sirvo para reflexionar sobre el paisaje", explica esta artista que cuando está sumergida en la lectura -no con toda, claro- imagina imágenes plásticas que más tarde plasma, en este caso, con una gama de azules y verdes. De hecho, el propio título de la muestra está inspirado en la novela El misterio de la habitación amarilla, de Gaston Leroux (y en un tratado que aparece en este libro sobre este tema). También en la idea literaria de George Sand de que el propio concepto de la existencia va ligada con el sufrimiento; "todo lo que vive, sufre", apunta.
En las obras expuestas de Freymann llama la atención la diferencia de tamaño de los formatos, con los que le gusta jugar. Todas ellas tienen como punto de partida la idea de un espacio en el que dialogan lo vegetal, lo mineral y lo metálico, con el rastro de la presencia humana. Con una carga de simbolismo, guiños y referencias a obras anteriores de la artista. Las piedras y demás elementos que aparecen en las pinturas de esta muestra parecen flotar en los espacios de colores planos; ni siquiera las sombras obedecen a las leyes naturales. Es parte del código personal que ha inventado la artista para sus pinturas/narraciones que plantea un enigma al espectador/lector.
Alejandra Freymann señala, por ejemplo, las ramificaciones que aparecen en varias de las obras y que son recurrentes en muchos de sus trabajos. Podrían ser ríos, raíces o vasos sanguíneos; elementos todos ellos que dan vida. Por su parte, el comisario de la exposición, David Barro, lo resume diciendo que “de inspiración literaria, la obra de Alejandra Freymann se vale de la pintura y el dibujo para generar singulares atmósferas donde lo figurativo y lo abstracto conviven en calibrada tensión”.
La pintora (española, méxicana, belga, 1983) es la quinta vez que expone en Art Nueve, donde una de sus obras tiene en esta muestra la oportunidad de dialogar con las de otros artistas habituales de la galería, como Sergio Porlán, Javier Pividal y Pablo Albaladejo.
Freymann recibió en 2018 el Premio BMW de pintura a la innovación. Ha expuesto en el Centro de Arte de Alcobendas, en la Casa Encendida y en el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander, entre otros. Su obra ha podido contemplarse en ferias nacionales e internacionales como ARCO, Maco, Swab, Art Basel Miami, Arte Santander o Frieze Art Fair, entre otras. Las colecciones más destacadas que poseen alguna de sus piezas son Deutsche Bank en Londres, Fundación Antonio Pérez en Cuenca, Fundación Cajasol en Sevilla, Torre Espacio en Madrid o el Museo de Arte Contemporáneo de Santander.