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EL BILLETE

Hablando de las pensiones...

Publicado: 02/02/2025 ·06:01
Actualizado: 02/02/2025 · 06:01
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Apenas cinco días pudieron mantener Pedro Sánchez y cía la trola de que la subida de las pensiones estaba en peligro. Nunca estuvo en peligro porque los jubilados son intocables y ningún partido partido se atreve a ponerle el cascabel al gato. El cascabel es cuestionar un sistema de pensiones insostenible e injusto. 

(Inciso: Sánchez volvió a meter en un paquete indisoluble, lo tomas o lo dejas, esta incuestionada medida social con el regalo de un palacete en París al PNV, que no al pueblo vasco. El PP debió ser coherente y anunciar que votará otra vez en contra, no por la subida de las pensiones, sino por la subida trufada con una operación inmobiliaria. Pero Feijóo se dejó una vez más la coherencia en casa y volvió a hacer el ridículo por miedo a seguir molestando al PNV, algo que para el buenismo es casi tan peligroso como cuestionar la subida de las pensiones, con lo majo y buen parlamentario que es Aitor Esteban cuando extorsiona al Estado).

Hablando de las pensiones, fue muy ilustrativa la entrevista que publicó El Mundo a Enrique Devesa, experto en pensiones de la Universitat de València y del Ivie, quien cuestiona el “generoso” sistema de pensiones español porque está “obsoleto” y “lleno de parches”. Y es injusto por su falta de equidad, con diferencias de hasta el 40% en pensionistas que han cotizado lo mismo en su vida laboral. Afirma que “hay que intentar que el gasto en pensiones no crezca tanto”, pero cree que ningún partido o gobierno lo va a hacer porque los pensionistas son ya casi 12 millones, y subiendo, y eso representa casi un tercio del censo electoral. Y subiendo. 

Devesa propone subir las pensiones según el IPC a las más bajas pero no las más altas –la máxima en 2025 quedará en 3.267 euros al mes–, y señala que imposible mantener un sistema en el que las pensiones suben en un año (2023) un 8,5% sin recortarlas de alguna forma para el futuro –para quienes ahora están cotizando, no para los ya pensionistas– como ya se ha hecho anteriormente con diferentes medidas como alargar la edad de jubilación, ampliar los años que se tienen en cuenta para calcular la pensión o poner más impuestos a la clase trabajadora.

Pareja de jubilados.
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Quienes pertenecemos a la generación baby boom española (nacidos entre 1958 y 1977, con entre 650.000 y 700.000 partos al año, frente a los 320.000 de 2023), tenemos asumida, o deberíamos tenerla, la penitencia del exceso de natalidad de aquellas dos décadas. Así como en la infancia y juventud derivó en una masificación en la enseñanza, en la vejez se traducirá en un empeoramiento de las pensiones que se irá articulando a medida que vaya creciendo el número de jubilados. De hecho, ya lo estamos pagando con esa ocurrencia llamada MEI, impropia de un gobierno de izquierdas.

El Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) es un parche más del sistema, obra del exministro José Luis Escrivá, hoy gobernador del Banco de España, que hizo lo posible por recortar las pensiones futuras sin que pareciera que las recortaba.

(Inciso: cuatro meses antes de la llegada de Escrivá al Banco de España, el anterior gobernador proponía un recorte de las pensiones mediante la reducción de la tasa de reemplazo, que es el porcentaje del salario que una persona recibe como pensión de jubilación respecto a sus ingresos previos como trabajador. El Gobierno no hizo caso, pero este será el próximo recorte a los pensionistas futuros, que no a los actuales).

José Luis Escrivá
  • José Luis Escrivá - Foto: JESÚS HELLÍN/EP

El MEI es un impuesto a los trabajadores y a sus empleadores, incluidos los autónomos, creado para llenar la llamada "hucha de las pensiones" de cara al sobrecoste que va a representar la jubilación de la generación baby boom a partir de ya mismo. Es un reconocimiento de que el sistema de reparto, en el que las cotizaciones de los trabajadores activos financian las prestaciones de los jubilados, no es sostenible. Y se crea un impuesto para tapar el agujero. Bien, es una solución, pero que no le llamen MEI porque de equidad intergeneracional no tiene nada, ya que unas generaciones pagan y otras no. Es un impuesto al trabajo, al margen de la cotización contributiva a la Seguridad Social, lo que significa que el agujero de las pensiones no ayudan a taparlo todos los españoles sino solo aquellos que trabajamos. 

Un señor o señora que vive de rentas no aporta nada a la causa, como tampoco aportan nada los jubilados, algunos con pensiones de 46.000 euros año mientras el sueldo medio en España es de 27.000 euros y el más habitual está en torno a 15.000. Hablan de solidaridad intergeneracional pero es solidaridad solo en un sentido. Los mileuristas que no tienen ni para alquilarse un piso pagan el MEI y los jubilados que perciben 3.200 euros al mes se libran porque a ver quién es el guapo que les da un pequeño mordisco a las pensiones con un impuesto. Esto es obra de un Gobierno de izquierdas, aunque puede que Escrivá no lo fuera tanto, con el beneplácito de los sindicatos, esos que un día se manifiestan contra la privatización de la Sanidad y al día siguiente lo hacen a favor de que se mantenga la sanidad privatizada para los funcionarios.

Lo más justo habría sido meter el MEI en el IRPF y que entre todos cubriésemos el agujero de las pensiones, cada uno según su capacidad. Con estos parches injustos el mensaje es muy claro: jubílate cuanto antes, si puedes, que los recortes siempre son para quienes vienen detrás.

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