MURCIA. Drama con sangre. Este es el género en el que, después de darle muchas vueltas, dice Pepe Siscar que encuadraría Mute, su primer cortometraje profesional, que se ha quedado con el cartel preparado pero sin poder estrenarse estos días como estaba previsto. Habrá que esperar a que alguna de las fases de la ‘desescalada’ o de la ya ‘nueva normalidad’ permita celebrar “algo que sea especial” para ver la ópera prima de este jovencísimo guionista y director muleño, que con tan sólo 18 años ha conseguido que el actor Ginés García Millán y los cineastas Ignacio Martín Lerma y Juan Alcaraz hayan apostado por su proyecto.
“A quien le guste las historias oscuras, disfrutará con Mute”, señala Siscar, quien cree que su corto “no encaja en el terror, pero tampoco en drama; así que yo lo he bautizado como drama con sangre”. En este sentido, el director muleño adelanta que la cinta, que fue rodada en Mula el verano pasado, cuenta “una historia con la que muchos se podrán sentir identificados después del confinamiento que hemos vivido estos días”, ya que narra la historia de Mara, una chica de 16 años a la que da vida Emma López, que “se aisla y empieza a vivir en su propio mundo”. “He querido hablar del dolor, de la pérdida de la humanidad y ser crítico con el momento que estamos viviendo”, explica.
Pero, ¿cómo llega un joven muleño a embarcarse en un proyecto profesional como éste y con un actor consagrado como García Millán? Pepe Siscar cuenta a Murcia Plaza que todo comenzó con un corto casero que realizó con ¡13 años!, que llamó la atención del cineasta –además de arqueólogo- Ignacio Martín Lerma. “Contactó conmigo y se puede decir que se convirtió en mi mentor”. Él fue quien le animó a escribir el guion de Mute. “Yo ya sabía que al estar Ignacio produciendo el corto iba a tener un equipo detrás, pero después se fue sumando más gente y estoy súper agradecido a todos”.
Y es que para Pepe “estar rodeado de un equipo que es igual de creativo que tú y en el que fluyen las ideas, ha sido un lujo”. Lo del lumbrense Ginés García Millán, sigue explicando el director, “fue como decir, bueno, vamos a probar, aunque más bien como una fantasía. Pero le mandé el guion, le encantó y se subió al carro”. El autor de Mute también destaca la participación “fundamental” del cineasta Juan Alcaraz en el corto, ya que “durante el rodaje fue ayudante de dirección y en la postproducción se ha encargado del montaje conmigo”.
Este estudiante de Audiovisual en Madrid -aunque el confinamiento le ha pillado en Mula- está “súper contento” por como ha quedado el corto. “Hay escenas que me sorprenden porque en el rodaje se hacen cambios o surgen imprevistos que hay que solucionar y han quedado distintas a como yo las tenía en mente. Me han sorprendido, pero para bien”, dice el joven realizador, quien asegura que a pesar de ‘estrenarse’ con un equipo tan profesional “no estuve para nada nervioso, porque confiaba mucho en mí mismo y vi que la gente me apoyaba. Pero, claro, es algo que te impone; sobre todo el primer día, cuando rodamos con Ginés; pero salió todo de lujo”.
Además, el hecho de rodar Mute en Mula, “donde conozco a todo el mundo, me facilitó mucho las cosas y conté con el apoyo de mucha gente. El segundo día de rodaje, por ejemplo, tuvimos hasta cuarenta figurantes. Nadie se quejó de los horarios ni de nada”. Y es que Siscar tuvo que aprender a lidiar con los problemas habituales de un director de cine, como que se alargue una jornada o que la actriz que hace de camarera le tire los vasos encima a los actores y eche a perder el vestuario. “Le dije a la camarera que actuase como un toro, como con mala leche, y se lo tomo al pie de la letra. Cuando llegó a la mesa, lanzó los vasos sobre la mesa y salieron volando. ¡Lió una! A mí se me iba la cabeza, pero al final lo resolvimos y salió todo genial”.
Perfeccionista y tiquismiquis, como se define él mismo, el director muleño ha acabado hace unos días otro guion; “me quiero poner con la producción en cuanto presente Mute”. Prudente, prefiere no adelantar de qué trata esta nueva historia que ha escrito de “una forma más intimista, pero siempre dentro de esa línea surrealista que me encanta”; sólo deja caer que “creo que va a ser polémica; habla sobre la familia, los lazos de sangre…”; y hasta ahí puede leer.
Pepe Siscar está deseando ponerse otra vez detrás de la cámara, porque aunque “escribir me gusta mucho y los rodajes tienen momentos muy agobiantes, cuando te ves rodeado de un equipo, de un montón de parafernalia, las cámaras, la iluminación... Me lo paso súper bien”. De momento, y no es algo que puedan decir muchos directores a esa edad, ya cuenta con “una carta de presentación que es Mute, que me tiene que servir para decir: vale, puedo dar ésto, pero también mucho más. Y así poder seguir cumpliendo mi sueño, que es poder hacer cine”.