MURCIA. El empresario lorquino y aficionado del Real Murcia Enrique Roca ha entrado con muy buen pie en su casa, el rebautizado estadio Enrique Roca de Murcia, y uno de los nombres propios de la actualidad del considerado primer club de la Región puede presumir de que el equipo de su corazón sólo ha vivido satisfacciones en la casa grana desde que lleva su identidad.
No ha marcado ningún gol, ni ha dado una asistencia, ni ha parado un penalti. Ni siquiera ha saltado al terreno de juego… pero este empresario de 54 años y que gestiona negocios inmobiliarios ha caído de pie en el club del que es fiel seguidor. Todo ello tras comprometerse al pago de unos 600.000 euros por cuatro años, cantidad variable que se incrementará en el caso de que el equipo ascienda de categoría y abandone la Segunda División B en la que por ahora está.
El estreno del Enrique Roca, con encendido del cartel incluido, llegó el día en el que el Murcia conseguía un título nacional dieciséis años y medio después merced al triunfo por penaltis tras 1-1 en el partido y la prórroga ante el Club Deportivo Tudelano navarro en la final de la Copa Federación.
Eso ocurrió el jueves 7 de diciembre -hace justamente una semana- y apenas tres días después los granas volvieron a salir victoriosos en lo que era Nueva Condomina, esta vez en la Liga y ante el eterno rival, el Fútbol Club Cartagena. El 2-0 contra los blanquinegros y el trofeo copero son dos de las mayores alegrías que ha tenido un Murcia necesitado de las mismas últimamente y que, al menos por ahora, parece hacer cambiado la tendencia desde que disputa sus encuentros como local en un recinto con nueva nomenclatura.
Ni en Primera ni en Segunda División ni en Segunda B hay otro estadio de fútbol que tenga a un mecenas pagando por poner su nombre y apellido al campo.
En la máxima categoría están el Santiago Bernabéu, el Ramón Sánchez Pizjuán y el Benito Villamarín, que rinden tributo a ex presidentes del Real Madrid, el Sevilla y el Betis; y el Coliseum Alfonso Pérez que hace lo propio con el ex futbolista de Getafe.
Luego están el Wanda Metropolitano de Madrid y el Reale Arena de San Sebastián, que llevan nombres comerciales pero no de una persona física sino de empresas multinacionales, lo cual viene siendo más común en España y en el resto del mundo.
En Segunda nombres personales tienen los estadios Martínez Valero de Elche, Carlos Tartiere de Oviedo, El Molinón Enrique Castro Quini de Gijón, Heliodoro Rodríguez López de Santa Cruz de Tenerife, Ramón de Carranza de Cádiz, Carlos Belmonte de Albacete, Francisco de la Hera de Almendralejo, Anxo Carro de Lugo y Fernando Torres de Fuelabrada y en esa categoría el Deportivo juega sus partidos de casa en el Abanca Riazor.
En Segunda B se adaptan a ese perfil nominal los campos Alfredo di Stefano de Madrid, Álvarez Claro de Melilla y Pepe Ortiz de Gijón, en el grupo I; José Rico Pérez de Alicante, Antonio Puchades de Valencia, Dani Jarque de Barcelona y Camilo Cano de La Nucía, en el III; y Jesús Navas de Sevilla, Ramón Blanco de Cádiz, Vicente Sanz de Don Benito, Antonio Lorenzo Cuevas de Marbella y el propio Enrique Roca, en el IV.
Así pues, en las tres primeras categorías del fútbol español hay 25 escenarios que llevan nombre de una persona pero sólo en el caso del Real Murcia hay alguien que paga para que así sea. Es Enrique Roca, abogado, empresario y promotor inmobiliario que desarrolla la mayor parte de su actividad en la zona costera de Alicante y que es un hombre que quiere dejar su impronta en lo que hace. No en vano, en el centro de Torrevieja gestiona el edificio que también se llama Enrique Roca.