MURCIA. El primer fin de semana con la hostelería de la Región de Murcia cerrada para evitar los contactos sociales en la mayor medida posible y frenar el crecimiento de la pandemia ha dejado imágenes esperanzadoras para un sector que ha quedado muy tocado. Y es que hubo largas colas para recoger los pedidos en las puertas de muchos establecimientos de la Región.
Las comidas para llevar (take away) han pasado de ser un complemento en la oferta de la hostelería regional a ser su primera opción de subsistencia, y que permite a numerosos locales puedan seguir vivos pese a los golpes que han recibido. La opción de solamente servir "para llevar" no ha pillado tan desprevenida a la hostelería, que poco a poco ya iba implantando en su sistema esta alternativa. Sin embargo, todos coinciden en lo mismo: "El take away sirve, pero no salva".
Los restaurantes que ya tenían servicios de comidas para llevar antes de las medidas sanitarias han mostrado un nivel mayor de ventas que aquellos que se han visto obligados a implementarlo tras la orden de cierre. Y este fin de semana ha sido prueba de ello. "Fue bien el sábado y el domingo, pero en ningún caso compensa con lo que se facturaba antes del cierre", comentaba a Murcia Plaza el dueño del Restaurante Keki de Murcia, Sergio Martínez. Lo mismo contaba José Miguel Aguayo, de la Taquería Mexicana Ándale de Cartagena: "No ha ido mal, pero en comparación con lo que se hacía antes es peor, sin duda".
Y es que la hostelería, resignada, ve con ánimo la ventana que se abre con la posibilidad (para quien pueda) de ofrecer servicios de comida para llevar. Pero cuando llega el momento de comparar con lo que se hacía en condiciones de normalidad, los datos se desploman. Hasta un 80% de facturación ha caído en las ventas de El Parlamento Andaluz de Murcia, según explica su dueño, José María Rubiales, mientras que el nivel de ingresos en Keki Restaurante roza el 30-40% "en días buenos", destacaba Sergio Martínez.
O incluso se generaba un 25-30% de ingresos con respecto a la normalidad en el caso de la Taquería Mexicana Ándale. La gran ayuda que puede aportar el take away es la de cubrir costes como alquileres, salarios de trabajadores, etc. Pero en ningún caso nadie la ve como una manera que garantice la subsistencia. "De ninguna manera se puede vivir con esto solamente, el nivel de facturación es mucho menor", afirmaba rotundamente Ana Gallardo, dueña de El Manisero de Cartagena.
Aún así, la hostelería regional se muestra agradecida con la población, que sostienen que se encuentra "altamente concienciada" con la situación. "Todo el mundo tiene a alguien en su familia que vive de la hostelería, y la gente nos ha hecho grandes muestras de ayuda durante este fin de semana, porque entienden la situación y de que la hostelería está pagando por muchas cosas de las que no tiene culpa", decía Rubiales (El Parlamento Andaluz).
Desde los restaurantes comprenden que la experiencia de comer en casa no es la misma que se pueden llevar en su sitio, por lo que muchos han optado por adaptar la carta a la situación. "Muchos platos que servimos hay que comerlos al momento, porque en el plazo de tiempo que se tarda en llegar a casa ya no permanecen al 100% como aquí buscamos, y por eso hemos hecho una carta especial para servir a domicilio", explicaba Aguayo (Taquería Mexicana Ándale).
El take away es ya una opción que pasa a ser un complemento indispensable para todos los locales de comida regionales. Ninguno piensa volver a la normalidad sin él. Con las medidas sanitarias de la Región, solo pueden adaptarlo a su servicio. La expresión "para llevar" ha llegado con fuerza para quedarse definitivamente.