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El alcalde Serrano: el médico de Urgencias que soñaba con rescatar a las pedanías olvidadas de Murcia

26/03/2021 - 

MURCIA. El doctor José Antonio Serrano, un hombre austero con un talante tan discreto que apenas levanta la voz, toma el bastón de mando del municipio de Murcia. Serrano acaba de hacer historia al derribar el muro infranqueable para el PSOE, contra el que se han estrellado tantos líderes del socialismo murciano durante casi tres décadas: el Ayuntamiento de Murcia, el feudo intocable del PP desde 1995. El flamante alcalde, que tiene 62 años, ha dedicado toda su vida a la Medicina, cuya labor ha desempeñado en la primera línea de fuego. Conoce bien los estragos del coronavirus, pues es el jefe del Servicio de Urgencias del Hospital Morales Meseguer. Ahora dejará la bata blanca para entregarse en cuerpo y alma a La Glorieta.

dio su primer gran mitin ante sus vecinos de puente tocinos y arropado por pedro sánchez

Padre de dos hijos, Claudia y Daniel -que han seguido sus pasos sanitarios, si bien con matices: ella estudió Medicina y ejerce en el Hospital Virgen de La Arrixaca; él cursa Veterinaria-, Serrano (1 de junio de 1959) se crio en una familia sencilla y humilde de la pedanía murciana de Puente Tocinos, donde dio el estirón "saltando entre acequias y corriendo entre limoneros" -como así relatan quienes le conocen-. De pequeño ayudaba a sus padres en el negocio familiar -una tienda de ultramarinos- y también trabajó en una conservera del pueblo mientras se sacaba la carrera de Medicina. Aunque comenzó su carrera profesional en La Arrixaca, Serrano siempre ha estado vinculado al Morales Meseguer desde la apertura del hospital. Él mismo puso en marcha, junto con un equipo de facultativos, el Servicio de Urgencias. Además, en los noventa ejerció como médico en Lima, donde intervino en una epidemia de cólera que asoló a la capital peruana. Y también fue director médico del antiguo Hospital de la Cruz Roja de Murcia.

Baloncesto, Sabina y viajes, muchos viajes

El baloncesto es su gran afición, cuyo amor ha contagiado a toda su familia. En sus años mozos jugaba como ala-pivot e incluso llegó a competir con la selección murciana. El deporte es importante en su día a día: le gusta perderse con la bici por la huerta de Murcia hasta tropezarse con Beniel y Orihuela. Su tesis doctoral gira en torno a la Medicina del Deporte. También es amante de la gastronomía murciana: le encantan el mondongo y el arroz con habichuelas. Otra de sus pasiones es la música; especialmente es un fan reconocido de Joaquín Sabina, por quien siente devoción, tanta que procura no perderse sus conciertos en la capital murciana. De hecho, en el pueblo todavía recuerdan al grupo de jóvenes del Centro Juvenil que en 1985 logró traer al célebre cantautor con La Mandrágora. Entre aquellos entusiastas se encontraba el propio Serrano.

Pero, ante todo, lo que más le gusta es viajar. Desde muy joven aprovechaba cualquier oportunidad para echarse la mochila al hombro. A lomos de su moto Bultaco, se recorrió España. Para poder permitírselo, se buscó la vida trabajando como camarero en Ibiza e incluso recogiendo fruta en el campo. Años más tarde amplió sus aventuras por el mundo. Latinoamérica es su debilidad. "Le apasiona", describen desde su entorno. "La visitó recién casado. Se fueron a la aventura, sin importarle dónde comer o dormir". Otro viaje que recuerda con cariño fue su escapada por Europa en un Seat 1.500 junto con otros cuatro amigos. "Viajábamos con una nevera portátil llena de comida y un camping gas. Dormíamos en el coche", rememora.

José Antonio Serrano y Lola Jara. Foto: MARCIAL GUILLÉN (EFE)

Militante desde 1996, en su casa siempre se ha respirado socialismo por los cuatro costados. Su esposa, no en vano, es Lola Jara, una histórica integrante del PSOE. Su abuelo, además, fue preso durante la dictadura de Franco. Él se afilió en los años de esplendor del PP, cuando Aznar, Valcárcel y Cámara desembarcaban en las instituciones. Su implicación en el PSOE, no obstante, siempre ha transcurrido en un segundo plano, lejos del protagonismo. Durante mucho tiempo colaboró con los temas sanitarios del partido -de hecho, fue secretario de Sanidad en la era de Francisco Abellán-, pero su nombre era desconocido para el gran público. En 2018, animado por Diego Conesa, dio el salto de su vida política: se presentó a las primarias para la Secretaría General local y poco después era elegido candidato a la Alcaldía de Murcia. Un médico para hacer frente al también médico José Ballesta.

Su primer gran acto, junto con Pedro Sánchez

Fue precisamente en su pueblo, en Puente Tocinos, donde recibió el bautismo de fuego político: allí dio su primer gran mitin ante sus vecinos. Y lo hizo arropado por todo el socialismo regional y con un escudero de lujo, el presidente Pedro Sánchez, que respaldó al entonces candidato, en una de las pocas visitas que ha realizado a la Región de Murcia desde que mora en Moncloa. En aquella fría mañana de enero de 2019, Serrano tomaba la palabra en la carpa del Recinto Ferial y citaba a todos los alcaldes socialistas de Murcia del pasado. Toda una declaración de intenciones; el mensaje era muy claro: había que recuperar la Alcaldía del principal municipio de la Región.

Sin embargo, Serrano no ganó las elecciones, aunque mejoró los resultados del partido (logró el mejor apoyo desde 2007) y se quedó a dos concejales de ser la primera fuerza. Intentó el asalto a la Alcaldía a través de los pactos, pero fue imposible: Ciudadanos se aliaba con el PP y Ballesta revalidaba el Gobierno local. El PSOE quedaba relegado, otra vez más, a la bancada de la oposición. Con todo, esa experiencia le ha venido bien al socialista para conocer, sin la exigencia de una responsabilidad ejecutiva, las dinámicas del Ayuntamiento: el día a día, los plenos, los pasillos, los contactos con los vecinos y también con los ediles, las entrañas del poder y las cuitas entre concejales. Descubrir la verdadera política municipal, en definitiva.

Uno de sus principales lemas es la defensa de las pedanías, "las grandes olvidadas de Murcia". Está decidido a descentralizar la política murciana, que, en su opinión, siempre ha priorizado el centro antes que el extrarradio. Él lo sabe bien: vecino de Puente Tocinos, asegura que en su pueblo no se han cambiado las aceras en 26 años. Ahora está en su mano revertir la situación. "Hay que abandonar el maltrato a las pedanías", proclamaba en su discurso en la moción de censura.

En una visita reciente a la redacción de Murcia Plaza, Serrano comentaba que otra de sus prioridades era escudriñar los contratos municipales, precisamente uno de los caballos de batalla contra el PP y uno de los motivos que ha empujado a Mario Gómez (Ciudadanos) a aliarse con los socialistas para presentar una moción de censura. Otra de sus banderas políticas es la recuperación del transporte público. "Hay que conectar mucho más la ciudad, y conectarla significa tener el mejor transporte público", suele decir a menudo. Pero el tiempo de las promesas se acabó. Ahora es el momento de los hechos. La oportunidad por la que tanto suspiró el PSOE ya no es un anhelo, es real: el bastón de mando lo tiene Serrano.

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