CARTAGENA. La remodelación del Gobierno regional ha sido interpretada, en primer lugar, como un modo de mejorar todavía más las ya buenas perspectivas electorales del Partido Popular (PP) que pronostican las encuestas. El propio presidente Miras así lo ha indicado al hablar de un nuevo impulso, lema que, por cierto, la oposición le reprocha que coincida con el elegido para la campaña electoral. Al parecer, Miras aspira a, haciendo un Bonilla, obtener una mayoría absoluta, lo que le evitaría los siempre enojosos pactos de gobierno. Y, si no lo lograse, al menos, haciendo un Ayuso, lograr una mayoría tan amplia que Vox se viese obligado a votar con el PSOE y con Podemos si se empeñase en evitar que el PP gobernase en solitario.
Una segunda interpretación, señalada por el Aparecido desde el primer momento, es que la remodelación también anticipa la configuración del nuevo Gobierno que saldrá de las urnas. Ahora el Aparecido añade dos elementos más a tener en cuenta: las diferentes situaciones de los tres nuevos consejeros y el cambio de orientación política que el nuevo organigrama gubernamental supone.
En vez de analizar la tríada de recién nombrados consejeros como si fuese un bloque, se impone analizar las diferencias que los singularizan. El consejero de Medio Ambiente y Universidades, Juan María Vázquez, era senador en el momento de su nombramiento. Resulta patente, pues, que no habría aceptado abandonar el Senado para ocupar una Consejería solo durante los pocos meses que faltan para las elecciones. Cabe concluir, por tanto, que seguirá de consejero en la siguiente legislatura. Se ha convertido en un fijo de plantilla.
"dos CONSEJEROS tienen garantizada su continuidad, AUNQUE no está tan clara en el caso del tercero"
Pero es que, además, el hecho de que aparezcan juntas las competencias en materia ambiental, con mención expresa al Mar Menor, y las universidades e investigación refleja un cambio radical en el enfoque política de esas materias. En vez de adjuntarlo a Agricultura, a Industria o separarlo de todo lo demás, el presidente ha juntado el Medio Ambiente con la Ciencia, por simplificar. Es la primera vez que se hace así y probablemente refleja la pretensión de Miras de actualizar completamente el abordaje del cambio climático y la contaminación, problemas hacia los que el PP regional había mostrado tradicionalmente escasa sensibilidad. Estamos, pues, no solo ante un cambio de consejero, sino ante un genuino cambio de política. De acuerdo con los nuevos tiempos, el PP regional se tiñe de verde.
Distinta es la situación de la consejera de Política Social, la periodista Ruiz Caballero, a la que todos llaman Conchita. Afiliada al PP desde antiguo, se inició a la política pública como concejala del equipo del alcalde Ballesta, quien había coincido con su padre, Ruiz Abellán, en algunos de los gobiernos de Valcárcel. Igual que Vázquez conoce bien el mundo universitario, Conchita está familiarizada con la problemática de las políticas sociales. No obstante, se diferencia de Vázquez en que ella ejercía de directora general en la Consejería que ahora va a presidir. En consecuencia, lo suyo no es un cambio de destino, sino una promoción interna. Además, tampoco implica su nombramiento un enfoque distinto de la materia a gestionar; más bien se busca una mayor agilidad, dada la reconocida eficacia de la nueva consejera. En cualquier caso, es muy probable que también Conchita permanezca en el futuro Gobierno, pues así lo avala su enraizamiento en el PP y su solvente trayectoria de gestión. Con su nombramiento, el PP regional intensifica su anterior tono violeta.
En tercer lugar, hay que comentar la situación del flamante consejero de Educación, Víctor Marín. A semejanza de Conchita, ejercía de director general en su Consejería y conoce bien la problemática de la Educación en su doble faceta de gestor de recursos humanos y profesor de enseñanza secundaria. No obstante, en su nombramiento ha pesado bastante el deseo del presidente de Miras de destituir a la anterior consejera, Mabel Campuzano. Aunque ella siempre ha permanecido fiel a su presidente, lo cierto es que se había distanciado tanto de la dirección oficial de su partido, Vox, como de los expulsados de ese partido. Convertida en palomica suelta, carecía ya de valor de cambio en el mercado político, pues solo podía garantizar su propio voto. Por lo demás, su valor de uso, es decir su capacidad de dirigir la Consejería, estaba en entredicho, por lo que su demostrada lealtad a Miras no ha sido suficiente motivo para mantenerla en el gobierno. Corolario: es difícil evaluar hasta que punto el nombramiento de Marín obedece a la voluntad de ponerlo al frente de Educación de forma estable o estamos ante una solución provisional para facilitar los posibles pactos tras las próximas elecciones. Lo que sí es probable es que Marín refuerce el diálogo con los agentes sociales implicados en la Educación. Mientras que ANPE y SIDI lo han acogido con agrado, STERM lo ha descalificado, pero esas reacciones sindicales apenas nos dan ninguna pista, pues es bien conocida la cercanía de los dos primeros sindicatos a algunas políticas del PP y la ubicación en la izquierda radical del tercero. El blanco de la tiza vuelve a colorear la política educativa del PP regional, pero nadie sabe si será borrada por el cepillo postelectoral.
En resumen, de los tres nuevos consejeros, dos tienen garantizada su continuidad, que no está tan clara en el caso del tercero. Por otra parte, uno de ellos llega vinculado a un cambio radical de la política sectorial y de los otros dos se espera que hagan lo tradicional, pero más ágilmente y mejor. En los tres casos, se detecta suficiente bagaje en los tres consejeros para afirmar que el gobierno ha mejorado con estos nombramientos. Habrá quien diga que eso no era difícil, pero la experiencia muestra que, aunque parezca imposible, todo es susceptible de empeorar. Afortunadamente, no es este el caso con la remodelación. Otros dirán que los nuevos consejeros no tendrán tiempo de hacer mucho antes de las elecciones. Aunque así fuese, dos y medio de ellos seguirán después de las elecciones, así que tiempo tendrán de ofrecer los resultados que los esforzados votantes se merecen.
JR Medina Precioso