Viernes Santo de Salzillo en Murcia. Foto: JUANCHI LÓPEZMURCIA. La Semana Santa es una celebración que engrandece la historia artística y cultural de nuestras ciudades. Las delicadas y bellas imágenes abandonan por unos días la quietud de los altares para acercarse en nuestras calles y plazas a quienes, con inusitada expectación, contemplan con respeto y fervor las escenas de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo.
Es una época muy especial en la que la emoción, la devoción, la música, los sonidos y los olores se entremezclan para reconfigurar nuestras ciudades. Para los cristianos tiene una especial significación ya que es el momento de recordar los últimos días de la vida de Jesús desde su entrada en Jerusalén el domingo de Ramos hasta su resurrección el domingo de Pascua.
"Sonidos vacíos del silencio dejan petrificado al cielo bajo un gélido manto"
Además, es una manifestación pública de nuestra fe cristiana transmitida de padres a hijos, generación tras generación, que se ha incardinado en la vida cotidiana de gran parte de España. También cruzando el atlántico está arraigada en Hispanoamérica, cuyas semanas santas mantienen inalterado el legado religioso y cultural de España, llegando algunas a ser declaradas Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, como es el caso de la de la ciudad de Popayán en Colombia.
Junto a los Cristos y Vírgenes la fe se mueve por las calles y plazas de nuestros pueblos a través de los sonidos y olores característicos de estos días: marchas procesionales, música de tambores y cornetas suenan como angelicales melodías que acompañan el lento caminar de miles de penitentes transformados en una verdadera plegaria vivencial.
Sonidos vacíos del silencio dejan petrificado al cielo bajo un gélido manto. Música en forma de plegaria, crujir de varales, misereres, saetas, oraciones silenciosas que salen de labios cerrados….. sonidos únicos, reconocibles e irrepetibles que definen una forma muy especial los sentimientos de un pueblo orgulloso de su historia y tradiciones.
El olor de los jazmines, rosas, claveles y lirios que adornan los tronos se entremezclan con el azahar de la incipiente primavera y el incienso oloroso de nuestras procesiones aromatizando de una manera muy especial y única nuestras ciudades durante la Semana Santa.
"es tiempo de caridad, misericordia, esperanza, perdón y salvación; Es tiempo de vivir y sentir"
La Semana Santa es una seña de identidad de la Región de Murcia por la singularidad y belleza de su rica imaginería, el repujado de sus tronos, los bordados artesanales de estandartes y túnicas, la pasión que ponen nuestras gentes para vivir estos días y el impacto económico que supone. Nuestras tradiciones cristianas son capaces de atraer a miles de visitantes que comparten la admiración por la belleza de nuestros cortejos procesionales.
Murcia con su imaginería salzillesca y el reparto de caramelos; Cartagena con la marcialidad y grandiosidad de sus tronos; Lorca con sus desfiles bíblico-pasionales; Jumilla con el fervor austero; Cieza con sus centurias romanas o Mula con su impresionante tamborada de la noche de martes Santo, son una muestra de la amplia variedad de procesiones que ofrecen los distintos municipios de la Región, difícilmente igualable en otros puntos de España.
La extraordinaria vitalidad de las Cofradías y Hermandades de Semana Santa ha permitido conservar un impresionante patrimonio artístico religioso, así como intensificar la acción social para con los más desfavorecidos y nos ayuda a entender el significado de la fe cristiana.
Semana Santa es tiempo de caridad, misericordia, esperanza, perdón y salvación. Es tiempo de sentimiento, devoción, arte, cultura y Fe. Es tiempo de vivir y sentir.
Miguel Ángel Cámara Botía
