el ejecutivo confía en agotar la legislatura con sus nuevos aliados

Miras sella su nueva mayoría en la Asamblea con Castillo de su lado y sin necesidad de recurrir a Vox

19/05/2021 - 

MURCIA. El pleno de este martes fue algo más que un mero trámite para avanzar en la carrera por aprobar una ley tan trascendental como es el Presupuesto de la Comunidad Autónoma. El debate dejó otra lectura política -no menos- importante: Fernando López Miras goza de estabilidad parlamentaria. El jefe del Ejecutivo estrenó su 'nueva mayoría absoluta' después del terremoto de la moción de censura, que dio un vuelco al panorama político murciano. El presidente puede dormir tranquilo: la oposición no le puede tumbar (de momento), pues tiene los apoyos suficientes para sacar sus principales proyectos en la Asamblea Regional

Esta realidad, muy comentada en los mentideros de la política, no se había evidenciado públicamente hasta este martes, en el debate de totalidad de los Presupuestos. El Gobierno llegaba al pleno con 22 votos amarrados, pero faltaba por conocerse el socio clave y decisivo para alcanzar los 23 escaños -la cifra de la mayoría absoluta-. Tras cuatro horas de debate, se abría el turno para la votación: 23 manos se alzaban para votar 'sí'. Eran los 16 diputados del PP, los tres del grupo parlamentario Ciudadanos, los tres del grupo Vox y... Alberto Castillo, el presidente de la Cámara. 

Hasta ahora, Castillo no había dado un respaldo explícito al Ejecutivo y se había mostrado neutro, sin querer tomar partido, pero su voto a favor deja a entrever que dará su apoyo al Gobierno en los asuntos legislativos más importantes, como son precisamente las cuentas de la Comunidad. Castillo había quedado tocado en el seno de Ciudadanos tras su abstención en la moción de censura contra el presidente López Miras. La líder regional del partido, Ana Martínez Vidal, respetó por entonces su decisión, pero días después anunciaba un expediente de expulsión al conocer que su compañero de bancada también se abstenía en la reunión que propició que los diputados expulsados (Isabel FrancoFrancisco Álvarez y Valle Miguélezse hicieran con el control del grupo parlamentario. Aquel movimiento significó la ruptura de Martínez Vidal con Castillo, quien fue el número cuatro de las listas de Ciudadanos.

Con Castillo de su lado, Miras tiene los apoyos necesarios para zanjar cualquier obstáculo en la Cámara: pues cuenta con los propios 16 del PP y los diputados de sus dos socios de Gobierno: el grupo Cs y el grupo Vox, cuyos integrantes están expulsados de sus respectivos partidos -los "tránsfugas", como así los llaman sus excompañeros-. Todos ellos conforman la mayoría de Miras, con la cual se aferra para agotar la legislatura, pues públicamente siempre ha descartado la convocatoria de elecciones anticipadas. El propio presidente ya ha dicho en más de una ocasión que se siente más tranquilo con sus actuales aliados: "Ahora tengo un Gobierno más estable", asegura.

Vox, el socio clave de la legislatura

Si se confirma esta tendencia, el Ejecutivo de Miras relegaría en un segundo plano a quien ha sido uno de sus apoyos fundamentales en el primer tramo de la legislatura: Vox. Precisamente su representante, Pascual Salvador, votaba 'no' en el debate de totalidad. Horas después, justificaba su postura aduciendo que "aumentan el gasto político en un momento en el que las familias, las pymes y los hosteleros se aprietan el cinturón". También esgrimió como razones de su rechazo "el hecho de incrementar las políticas ideológicas de género" y por "dedicar una gran cantidad de negocio de dinero para atender a los inmigrantes ilegales que pasen las cuarentenas en el Cenajo y a cambio se reduce la partida bucodental para los murcianos". Como Vox, también se opusieron el PSOE, Podemos y los dos representantes de Ciudadanos (todos ellos con otros argumentos distintos a Vox, lógicamente).

La formación que lidera Santiago Abascal había sido un socio prioritario, pues posibilitó la investidura del presidente -con una abstención- y posteriormente también propició que salieran adelante las primeras cuentas del Gobierno, las aprobadas en 2020 -en las que Vox también se abstuvo-. No obstante, en mayo de 2020 Vox daba a un giro a su situación, pues el grupo quedaba fragmentado con la expulsión de tres de sus miembros (su portavoz, Juan José Liarte; la hoy consejera de Educación, Mábel Campuzano, y el secretario primero de la Mesa de la Cámara, Francisco José Carrera). El Gobierno, entonces de 22 diputados (los seis del PP y los seis de Ciudadanos), tenía dos opciones para elegir: los ex de Vox o el único 'leal' de Vox.

Pero aún faltaba por aparecer el último tsunami político: la moción de censura. Ciudadanos y PSOE se aliaban para derrocar al presidente con un texto que reunía las 23 firmas necesarias para prosperar. Pero tres de los firmantes se desmarcaron (Franco, Miguélez y Álvarez), para alivio del PP, que vio el cielo abierto. Los tres fueron incluidos en el Gobierno murciano. No obstante, quedaba por concretar la postura de los tres ex de Vox, clave para desactivar por completo la moción de censura. Finalmente, el PP selló a un acuerdo con ellos, que se tradujo en la incorporación al Gobierno de Campuzano como consejera de Educación. Esta nueva alianza ya se observa en los plenos. Si a todos ellos se suma Alberto Castillo, López Miras tiene razones para estar tranquilo.

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