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Revista náyades

Los fotógrafos murcianos que retrataron la muerte

13/03/2022 - 

MURCIA. "Se retratan cadáveres a domicilio a precios ajustados". Esto es lo que se podía leer en un anuncio de finales del siglo XIX -ilustrado con un féretro por arriba y una cámara fotográfica por abajo-, que da idea de la costumbre -y hasta moda- que existía de preservar la imagen y el recuerdo de los fallecidos a través de la fotografía; un invento que democratizó el retrato... también post-mortem. Este es uno de los temas que aborda Náyades -la Revista de costumbres, tradiciones e historias de la Región de Murcia- que presentará en breve su número 11, titulado El culto al más allá por tierras murcianas.

Así, los estudiosos Ricardo Montes Bermúdez y María Dulce Egea Martínez recogen en un capítulo dedicado, entre otras cuestiones, a los rituales y costumbres relacionados con la muerte, los nombres de los fotógrafos murcianos que se dedicaron en algún momento al conocido también como retrato conmemorativo o de luto. Ellos fueron contratados para que, a través de la fotografía, permaneciera en la memoria de sus familiares la imagen última de un ser querido. Recuerdan los autores que los primero retratados post-mortem fueron personajes públicos y famosos, llegando posteriormente 'la moda' a las clases populares. La fotografía de la muerte rescataba así, mediante la imagen, el recuerdo del difunto para sus familiares. Estos fueron los fotógrafos murcianos que dejaron este testimonio gráfico.

Salvador Baños Salinas (Jumilla, nacido en tono a 1864). En 1888 ya tenía una galería fotográfica en la Corredera de Jumilla, pasando más tarde a establecerse en la calle Explanada, Plaza del Rey Don Pedro, la calle Galán y, finalmente, en Cánovas del Castillo. También abrió una sucursal en Cieza. Fue presidente del Circulo Republicano de Jumilla y vicepresidente de Unión Republicana de Jumilla.

Foto realizada por Salvador Baños, en 1890.  Colección José M. Cutillas. AGRM.

José Gil Candel Gil, 'el Manco' (Mula, 1858) Ingresó en el ejército en 1879 y volvió a su tierra manco de la mano derecha, por lo que le concedieron un estanco en Mula. A finales del siglo XIX ya aparece como fotógrafo en la calle Monas. En su casa montaron un taller de fotografía, invirtiendo sus  beneficios en la minería.

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Fernando Navarro Ruiz (Totana 1867-1944). Inició su vida laboral como artesano de la madera, llegando a fabricar ataúdes, si bien acabó estudiando dibujo en Valencia. Navarro hizo coexistir vida y muerte con sus retratos familiares, rescatados del olvido por Juan Manuel Díaz Burgos y publicados por el CEHIFORM en 2002, según señalan en Náyades. Las fotografías de difuntos parecen circunscribirse al período 1900-1916.

José Rodrigo y Navarro-Casete, Don Pepe (Lorca 1837-1916). Aprendió fotografía en Barcelona y Valencia del fotógrafo francés Leopoldo Rovira, señala la revista. Sus primeras obras conocidas se remontan al período 1868-1873, con imágenes de Cartagena. Fotografió después minas y pueblos de la costa almeriense hasta que abrió taller propio en Lorca en 1884. De su ciudad fotografió las procesiones de Semana Santaby sus personajes, dejando buena constancia de las vestimentas. Realizó miles de retratos de lorquinos. 

Padre con su hija difunta. José Rodrigo. 1875.

José Casaú Abellán (Lorca, 1889- 1973). De este conocido fotógrafo dice Náyades: "Afincado en Cartagena, ejerció como fotógrafo,  fotoperiodista, editor e incluso vendedor ambulante de tarjetas postales. Realizó una obra ingente de fotografías, especialmente de Cartagena y paisajes costeros. Su primera tienda la instaló en  la actual calle Cañón, para pasar posteriormente a la calle Mayor. Aquí fotografiaría a miles de cartageneros, al tiempo que recorría todos los rincones de la ciudad para dejar testimonio gráfico de los mismos. También dejó constancia de las procesiones de californios y marrajos".

Foto de Casaú. AGRM

Los autores también han encontrado fotógrafos de difuntos en La Unión. Así, por ejemplo, a finales del siglo XIX ejerce como fotógrafo-pintor Pedro Mancebo Fernández, nacido en Vélez Rubio e instalado en la ciudad minera después de 1875.

También es el caso de Francisco Sánchez Lajarín, formado en la Real Sociedad Económica de Murcia en pintura. Hasta 1922 estuvo afincado en La Unión, en la calle P. Sánchez, también como pintor-fotógrafo.

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