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Imágenes sobre las distintas etapas del edificio

Viaje al pasado del Cine Central de Cartagena: una historia que vuelve a tener futuro

21/10/2020 - 

MURCIA. Los más jóvenes no guardan recuerdos del Cine Central de Cartagena, que cerró sus puertas en el año 2000 con una película que sí le sonará a algunos de ellos, Pokemon. Pero habrá otros, los más mayores, que no olvidan que allí vieron las películas que llegaban de Hollywood en Technicolor; y otros muchos, de mediana edad, que aún tienen en su memoria las largas colas que se formaban cuando se estrenaban títulos como Supermán... Pero, Pokemon, ¿en serio? Fue un final cinematográfico que, con todos los respetos a Pikachu, no estuvo a la altura de la historia de este edificio emblemático. "¿Por qué no pudo ser con Lo que el viento se llevó?", suspira Alfonso Santos, el cartagenero que se ha convertido en "el guardián" de los recuerdos de los Cines y teatros de Cartagena (nombre de su libro) y quien ha reunido una colección compuesta por 10.000 programas de mano y 50 aparatos de cine, entre otros muchos objetos del pasado cinematográfico de la ciudad. 

Entre tanto tesoro no podían faltar imágenes y carteles del Cine Central, el de antes -de cuando fue el Gran Salón Sport- y el de las distintas épocas tras las reformas que fue sufriendo para adaptarse a los nuevos tiempos. Unas imágenes que resultan de interés de cara a la nueva etapa a la que se enfrenta el inmueble, cuyo futuro es transformarse en un centro cultural. Para ello, la Comunidad Autónoma, que adquirió el edificio hace más de tres años, ha convocado un concurso de ideas sobre el uso de estas instalaciones que llevan veinte años cerradas. 

Una cosa aseguran, el cine volverá a latir en el corazón de este edificio histórico de Cartagena, como ya lo hizo en el año 1916. Repasamos con Alfonso Santos las transformaciones del Cine Central desde entonces, en un viaje al pasado de la mano de este guardián de recuerdos. 

El Salón Sport abre sus puertas en 1916

El Salón Sport abrió en 1916, funcionando como plaza de abastos por las mañanas y como cine por las tardes. Poco más de una década después, en 1927, se inauguró como Gran Salón Sport, aunque durante la Guerra Civil, concretamente en 1938, se le rebautizó como García Lorca en honor al poeta. Cuenta Alfonso Santos que cuando ganó el bando franquista "no hizo falta que nadie le dijera al empresario que cambiara el nombre". Como el régimen no aceptaba las denominaciones extranjeras, finamente, el cine terminó llamándose Central (al igual que el Hotel París de la ciudad pasó a llamarse Hotel España, por ejemplo).

Santos detalla que este singular edificio, situado entre las plazas de la Merced y de Risueño -cuyo interior es de estilo neo barroco y art decó- ocupa unos mil metros cuadrados y tiene una capacidad para 1.400 personas.  La planta baja, donde se encuentra la entrada general y las butacas de patio, contaba por entonces con cinco grandes puertas de salida a la plaza de Risueño y calle Don Roque; también disponía de elegantes aseos para hombres y mujeres. "Debajo de la pantalla se hallaba la concha para la orquesta, artístico detalle del salón", describe este cartagenro, al tiempo que señala que "al primer piso se subía por tres escaleras, una de ellas amplísima, de mármol blanco". En esta planta se hallaban los palcos y las butacas de preferencia; también los guardarropas, el salón de espera, los lavabos y el tocador de señoras, entre otros servicios... Al segundo piso, también de butacas de preferencia, se accedía por otras dos escaleras cortas y anchas. 

Igualmente, destaca que "el vestíbulo era elegantísimo, con suelo de mármol blanco y gris; zócalo y paredes con artísticos relieves, fondo azul y decorado interior a base de ornamentación y columnas estilo renacimiento italiano con grandes cuadros.  Una autentica joya que se nos fue".

La llegada del Cinemascope

Dando un salto en el tiempo, Alfonso Santos relata que "en 1943, la empresa Luis Martínez Sánchez efectuó una importante obra, pues la antigua general pasó a ser la de preferencia, instalando unas bonitas y confortables butacas, destinadas al público pudiente". Con esta decoración permaneció hasta octubre de 1955, cuando "se instaló el Cinemascope con sonido estereofónico magnético y una pantalla de grandes dimensiones". La primera película que se proyectó en ella fue La túnica sagrada.

"Este local que tanto ha significado para muchos cartageneros ganó en espectacularidad en cuanto a las proyecciones, pero perdió parte de su decoración", apunta este coleccionista de recuerdos.    

Acceso único por la plaza de la Merced 

En julio de 1975 finalizó la última reforma de "este entrañable local", apunta Santos, quien explica que se habilitó el acceso tanto a la grada de preferencia como a la general por la plaza de la Merced. La película con la que comenzó este nuevo periodo fue Clara es el precio, protagonizada por Amparo Muñoz. 

"Siempre el Central se ha adaptado desde sus inicios a todos los adelantos técnicos que en el cinematógrafo iban surgiendo", asegura este cartagenero que desde los 12 años ha trabajado en los cines y teatros de Cartagena, jubilándose como gerente del Nuevo Teatro Circo tras 52 años en la profesión.

"Tristemente, como tantos otros, este local cerró sus puertas el 1 de mayo del año 2000 con la cinta Pokémon. Como soñar no cuesta nada -dice- hubiera sido todo un detalle por parte de la empresa en ese día tan especial haber proyectado la película  Lo que el viento se llevó", no sólo por la gran película que es, sino también por todo lo que representa el título de la misma.

Uno de los ejes de la Plaza de la Cultura

Fotos: Ayuntamiento de Cartagena

La restauración del Cine Central y su transformación en centro cultural destinado al cine y a las artes escénicas tiene una importancia estratégica para la ciudad de Cartagena, ya que se enmarca en un proyecto aún mayor como es el de la Plaza de la Cultura, concebida en el corazón del centro histórico y en un entorno universitario. Este futuro polo cultural servirá, según la vicealcaldesa Noelia Arroyo, para impulsar la rehabilitación de la zona y para dotarla de una mayor oferta cultural.

Este verano cuarenta arquitectos, interesados en el concurso de ideas que ha convocado la Comunidad, visitaron el cine para conocer su estado y las posibilidades que ofrece el edificio dedicado a proyecciones cinematográficas más antiguo que se conserva en la Región. Posiblemente, a principios de año ya exista un proyecto ganador - el concurso de ideas está dotado de tres premios de 15.000, 10.000 y 5.000 euros-, que servirá de base para el proyecto básico y de ejecución de una obra cuyo coste está estimado en unos 3 millones de euros. 

Después de veinte años caído en el abandono, parece ser que Pokemon no puso el broche final a la historia de este singular edificio cartagenero, ya que al Cine Central le espera, por fin, una nueva vida que dejará nuevos recuerdos que coleccionar.

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