MURCIA. ¿Murió Catalina la Grande fornicando con un caballo? ¿Era Hitler vegetariano?¿Creó Franco una bomba atómica? O, cómo no, la pregunta del millón: ¿Dónde está el pene perdido de Napoléon? Son algunas de las muchas cuestiones que los tres historiadores que integran Ad Absurdum abordan en su nuevo libro: El pene perdido de Napoleón y otras 333 preguntas de la Historia, que presentaron este martes en el Aula de Cultura de la Fundación Caja Mediterráneo (enfrente de los soportales de la Catedral, indican) con la periodista Azucena Marín como maestra de ceremonias.
La presentación del libro en Murcia es la primera de "una gira por tierras murcianas" que incluye Mula (27 de noviembre), Cartagena (30 de noviembre) o Bullas (27 de diciembre), entre otras localidades.
Ad Absurdum son David Omar Sáez, Juan Jesús Botí e Isaac Alcántara. Hablamos con éste último sobre esta nueva publicación, editado por La Esfera de los Libros, la misma que apostó por sus aplaudidos Historia absurda de España e Historia Absurda de Cataluña. “Se trata de una especie de anecdotario, de diccionario en el sentido de que cada uno puede entrar y buscar las dudas que tenga. Cuenta con un índice muy detallado de todas las preguntas, clasificadas en 14 secciones temática: guerras, sexo, comida, deportes, religión, economía,…”, cuenta. "Aspiramos a resolver muchos enigmas, entuertos y dudas que ha ofrecido la historia desde hace 13.700 millones de años (pero, sobre todo, desde que el ser humano existe, porque antes estaba todo hecho un solar), poniendo el foco en acontecimientos especialmente llamativos y graciosos, pero también algunos tan curiosos que te dejaran picueto”, han escrito los autores.
“Lo hemos llamado Diccionario Panhistórico de Dudas, en recuerdo al clásico Diccionario Panhispánico de Dudas. Una cosa muy graciosa es que el lomo del libro está marcado como al estilo de los diccionarios tradicionales y utilizamos terminología propia de los diccionarios como el típico: para más información véase…”, relata.
“Queremos que sea el libro de consultas históricas que todo hogar debería tener y si la gente se ríe, habremos logrado la mitad de nuestro propósito”, asegura. “Porque nuestro estilo es humorístico, nos gusta hacer bromicas y chistecicos de vez en cuando”, apostilla. “El humor es indispensable en nuestro día a día y en la Historia. Además, a nivel didáctico, los chavales jóvenes se pueden quedar más con una anécdota, que puede parecer una tontería pero sirve para profundizar y retener datos históricos”.
Ad Absurdum aborda un número curioso de cuestiones: 333. “Si algún día tenemos que sacar un segundo volumen, ya sumaríamos 666 preguntas, algo declaradamente satánico”, bromea Isaac, quien añade que “somos un poco sinvergüenzas a la hora de utilizar el lenguaje, de forma muy directa, con muchas referencias a la cultura popular”. Pero que nadie se confunda, porque el rigor no está reñido con “esa forma de hablar fresca, incluso a veces un poco chabacana, con la intención de aportar humor y transmitir la normalidad con la que la gente habla en la calle, en cualquier discusión con amigos”.
El lector de los libros de Ad Absurdum es “muy diverso y muy variado. En gran medida es joven y está interesado por la lectura de la historia, pero también tenemos lectores de más edad, que conocen bastante la Historia, pero tiene ganas de encontrar algo diferente y divertirse. Nos encontramos de todo, en cuanto a edad, ideología,… somo muy trasversales”, cuenta Isaac Alcátara, quien reconoce que hay figuras histórica que dan mucho juego, como es el caso de Napoleón, de Franco, Julio César o Catalina la Grande.
Sobre esta última, por ejemplo “se sabe que tenía una enorme afición a los placeres de la carne y, de hecho, se conservan fotografías y testimonios de una habitación del palacio que la zarina tenía reservada a dar rienda suelta a sus fantasías. En ella se encontraban muebles ornamentados con falos, vaginas y personajes en posturas sexuales, pero también libros y láminas de temática erótica. Entre esas láminas y relatos, se encontraban algunos considerados zoofílicos, pero también otros referentes a toda clase de fetiches e incluso algunos pederastas. Ríete tú del Grey ese...”, comentan en el libro.
“Momentos absurdos ha habido siempre, entre otras cosas porque el azar siempre ha estado presente y la estupidez es transversal a la historia. Así, azar y estupidez humana han generado mucho absurdo tanto en el siglo xx como cuando Espartaco le daba espadazos a las legiones de Craso”, aseguran los autores
Isaac Alcántara recuerda que los tres integrantes de Ad Absurdum terminaron la carrera de Historia en 2013. “Habíamos acumulado muchas anécdotas durante esos años, porque la historia tiene muchas cosas graciosas. Decidimos ponerlo en común con la gente en un blog, al principio como anecdotario, pero con el tiempo cogimos repercusión y empezamos a participar en medos de comunicación. Sin perder el tono de humor empezamos a hacer cosas más reflexivas”. Tanto es así, que “nos llaman de muchos sitios para charlas, de ayuntamientos, museos,... Hemos estado hasta en la cárcel, en una charla en Campos de Río que fue muy bien”, recuerda.
La portada de ‘El pene perdido de Napoleón y otras 333 preguntas de la Historia’, así como los dibujos del interior nacen de la mano de José David Morales. “Tiene 376 páginas y pesa 470 gramos según el aparato donde pesamos los macarrones”.
Y, por cierto, Isaac Alcántara reconoce que ellos tampoco han encontrado el pene perdido de Napoleón, pero “esa es una historia un poco larga, mejor que la lean”.