Hace unos meses decíamos que todo empezó en la Región de Murcia, ahora Castilla y León, pero no: es Madrid quien marcará el futuro. Sin recuperarse de lo ocurrido en Castilla y León, resulta que el PP madrileño entra en fase de involución y autodestrucción, al más clásico estilo del fuego amigo. Espionaje, detectives, relaciones familiares, adjudicaciones, comisiones o sospechas de todo eso. E Isabel Díaz Ayuso que rompe con Pablo Casado. Solo puede quedar uno o a lo mejor ninguno.
Los políticos no escarmientan. Estamos en plena pandemia, por si alguien no se da cuenta. Los frenesís dialécticos y enfrentamientos en las cámaras o ayuntamientos son ganas de ocupar un espacio innecesario. Da la sensación de que seguimos en período electoral por la fruición con la que se enfrentan unos y otros
El riesgo clave es que los gobiernos regionales de Madrid y Cataluña obstruyan la elaboración de políticas, según explica el analista
Desde que la política española sufriera hace unos días la revolución de las mociones, lo único en claro tras los diversos gatillazos es que habrá elecciones en la Comunidad de Madrid y se han convertido en una especie de elecciones generales
Los españoles nos la jugamos el 4 de mayo. Si Madrid cae en manos del Gobierno atroz, el que nos tiene secuestradas las libertades desde hace más de un año, el país lo pagará caro. De democracia sólo tendrá el nombre. Pero Madrid volverá a levantarse contra un poder despótico. La esperanza de España está puesta en los madrileños