MURCIA. La Nasa española, es decir, la Agencia Espacial Española incluida en la reforma de la Ley de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, en la Estrategia de Seguridad Nacional 2021 y en el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) Aeroespacial, es un bien preciado.
La dotación económica para su gestión supera los 500 millones de euros anuales. A su través participamos en programas espaciales internacionales científicos, tecnológicos e industriales, atendiendo a aspectos como las comunicaciones, la observación terrestre, la navegación, la seguridad, la adaptación al cambio climático o la monitorización de impactos. Con ella, el avance en la ciencia y la innovación es incuestionable.
Como en otros países europeos, se desea que esta extraordinaria Agencia aporte a la vertebración territorial y ofrezca oportunidades a todo el territorio español, por lo que ha recibido 19 propuestas de ubicación siguiendo unos criterios fijados. No voy a entrar en las razones de peso que tienen el resto de candidaturas pero sí diré que la acción positiva de lo global a lo local en el nuevo marco de crecimiento sostenible que se da en la candidatura de San Javier es única.
"en esta candidatura contamos con la oportunidad de sumar a la recuperación y cuidado del ecosistema Mar Menor y de sus poblaciones"
Precisamente, descentralizar las instituciones de la capital con la mirada puesta en la lucha contra la despoblación es una premisa que se cumple para esta zona impactada por el deterioro ambiental de su ecosistema y que se encuentra inmersa en un importante proceso de transformación socioeconómica que quiere ser un referente mundial. Por ello, en esta candidatura contamos con la oportunidad de sumar a la recuperación y cuidado del ecosistema Mar Menor y de sus poblaciones.
Por otra parte, desde el punto de vista social es inmejorable la larga y estrecha vinculación del municipio de San Javier con la aeronáutica desde que en 1914 Alfonso XIII eligiese este rincón el Mar Menor como lugar idóneo para iniciar la andadura aeronaval española. Es en 1917 cuando en Santiago de la Ribera se construye la base.
Desde entonces, la Academia General del Aire y la vida militar han hollado profundamente Santiago de la Ribera y San Javier en su desarrollo social y en su historia. No hay una sola exposición, archivo o evento con retrospectiva que no cuente de algún modo con la red entretejida de aeronáutica y vida cotidiana del municipio. El vínculo resiste siglos y se mantiene firme, con una ilusión intacta incluso en las nuevas generaciones.
Desde hace poquitos días una reclamada figura del cadete nos saluda en Santiago de la Ribera. Esta imagen es precisamente el conglomerado de recuerdos de un pueblo y sus habitantes que cada tarde veíamos desfilar por nuestras calles uniformes azules entre voces de alegría y animación. Los locales se llenaban de chavales que hacían el servicio militar y también de los estudiantes, cadetes y los propios oficiales.
Era una marea azul de personas que quedaba ligada a las costumbres y hábitos de la ciudadanía. El entonces único IES, el Ruiz de Alda, recibía a los estudiantes con una flota de autobuses que incluía los buses militares de color gris azulado entremezclados con los de transporte público. El servicio recíproco de la base a la población y a la inversa era y es, fluido.
"llevamos con orgullo el logo de la AGA sin tener familia en ella"
En este centro educativo convergíamos chicos y chicas de diferentes colegios y casi todos teníamos un amigo o amiga residente en la Ciudad del Aire. Del mismo modo, casi todos habíamos asistido a una entrega de despachos, una jura de bandera, una exhibición de paracaidismo o a otra de la Patrulla Águila. Aún hoy llevamos con orgullo el logo de la AGA sin tener familia en ella, simplemente por esos lazos que te hacen sentir formar parte del todo que construye a los pueblos.
Es cierto que en otros lugares con bases militares sucede algo similar, pero en este lugar cuya población estacional es más reducida se traduce en cercanía. Con esto quiero decir que la calidad de vida consecuente de una convivencia equilibrada y la capacidad de acoger familias es una tradición en este municipio. Estamos acostumbrados a acoger visitantes y turistas para hacerlos residentes. Por la bondad del clima y sus paisajes, pero también por la capacidad de ser ciudad sin dejar de ser un pueblo con calidad de vida.
En un plano más económico, las instalaciones del añorado aeropuerto de San Javier pueden volver a latir y no solo eso, sino que revitalizaría al cercanísimo aeropuerto de Corvera con nuevas conexiones y mayor afluencia de viajeros. Se trata de rentabilizar lo ya existente y mejorarlo con la experiencia de saber y deber controlar el espacio aéreo de la zona en aras a la seguridad.
La llegada de familias y de empleos especializados contando con centros tecnológicos y universidades cercanos son del mismo modo una inversión de presente dada la capacidad, además del compromiso público expresado, del tejido empresarial e institucional para ponerlas en marcha desde el mismo 2023. El apoyo unánime del tejido empresarial y productivo, de las instituciones y las fuentes de conocimiento se sustenta en la relación de proximidad que los une dentro de une. Es una especie de "todos a una".
Sin ir más lejos, en los países Bajos la Agencia Espacial se ubica en Noordwijk, municipio más pequeño que San Javier de origen pesquero pero que es un referente del turismo sostenible y que hoy día cuenta con una exhibición permanente sobre el espacio (Space Expo). Sería maravilloso que San Javier, y la Región de Murcia, contasen con la exhibición permanente del "Ciudad del Aire" y, no digo ya, con una sobre el espacio.
La posición estratégica frente al Mediterráneo y sus conexiones por tierra, mar y aire sitúan a San Javier como una apuesta sólida no solo por cumplir los criterios fijados, sino porque lleva implícita una acción positiva de reorientación del desarrollo hacia el conocimiento y la sostenibilidad.