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comandante de la aga, encargado del escuadrón 792

Hugo Astudillo: "Con el PC-21 vamos a enseñar a manejar mejor la información que transmite el avión" 

11/09/2022 - 

SAN JAVIER. Los Pilatus C-21 ya se encuentran en funcionamiento en la Academia General del Aire de San Javier. Un nuevo avión con el que los futuros pilotos de la AGA darán un salto cualitativo en su formación, acortando los plazos para dar el salto a los aviones de combate. De todo ello habla el comandante de la Academia General del Aire, Hugo Astudillo,  encargado del 792 Escuadrón o Escuela de Vuelo Básica. Este escuadrón tiene como misión impartir la formación aeronáutica a los alumnos de cuarto curso, que hayan superando la fase selectiva, y seleccionar a los alumnos por especialidades como caza y ataque, transporte, helicópteros o RPAS (drones),

¿Cómo es el día a día de los alumnos que tendrá a su cargo?

Básicamente van a tener que convivir con dos partes en su día a día. Por un lado, los estudios, dedicados a asignaturas de muchos espectros y luego aquí, en la fase de vuelo, dedicados a conocer el avión y hacerse conocedores de como manejarlo. Pero no solo como manejar este avión, sino como aplicarlo a su futuro próximo en función de las especialidades que adquieran como caza, transporte, helicópteros o RPAS (drones).

¿Este nuevo modelo de enseñanza genera más dificultades?

Creo que no va a tener más dificultades que las que teníamos hasta ahora. Son nuevas tecnologías, nuevos softwares, que en muchos casos ni los propios instructores estamos habituados, por lo que tenemos que probarlos antes de implementarlos para sacar todo el potencial que nos puede dar a lo largo del curso. Pero para ellos (los alumnos) no creo que suponga más dificultad. Ahora mismo son esponjas, páginas en blanco, que están preparados para absorbe información. Lo más difícil es como le transmitimos nosotros a ellos esa información. Y, además, que el sistema integrado que tenemos aquí nos permita que esa enseñanza sea gradual. Un sistema integrado de entrenamiento está formado por un segmento terrestre, consistente en diferentes elementos de aprendizaje y simulación en tierra, y el segmento aéreo, basado principalmente en la aeronave en sí. Un sistema integrado está diseñado para impartir una formación progresiva en todas las fases de aprendizaje.

Creo que ese es el mejor ejemplo para ver que va a ser una enseñanza gradual y que, poco a poco, el alumno va a ver como va cambiando su perfil.

      

Para vosotros los instructores, ¿qué dificultades han encontrado?

Un cambio de un sistema de armas para todo el mundo supone un reto. Un núcleo de 8 pilotos recibimos una instrucción en Suiza, por lo que ya éramos conocedores, con baja experiencia en la plataforma. El año pasado seguimos amasando experiencia de vuelo solo en nuestra formación para después poder transmitirla al resto de instructores que queríamos trasladar del C101 al Pilatus C-21. Es un sistema nuevo, con tecnología muy puntera, hay que entenderlo y saber que consideraciones tiene, pero no genera mayores dificultades.

Este nuevo sistema acorta los plazos de aprendizaje de cara a saltar a un avión de combate...

Ahora capeamos mejor el salto generacional de sistemas. El C101 manejaba la mayor parte de sistemas de forma analógica. Ahora saltamos a una cabina digitalizada totalmente. No solo cambia como se representan las cosas sino como funciona y la cantidad de información que transmite al piloto. En esa enseñanza gradual que comentaba les vamos a enseñar a manejar esa cantidad de información, a prestarle atención, en un momento concreto, a la información que sí les vale. El resto de información que pueda recibir en ese momento quizá no le sirva.

   

¿Qué suele suceder en aquellos alumnos que se presentan para ser pilotos y no pasan las pruebas?

Nada en realidad. Los pilotos necesitan unas competencias. Si un piloto en enseñanza da más de lo que se le pide perfecto. Nosotros somos los encargados de detectar a aquellos que no están dando el perfil, acometerlos porque son un bien muy valioso para volver a meterlos en el perfil que queremos y de ahí que sigan adelante. Llega un momento en el que tenemos que decir basta, hasta aquí. Porque una hora de vuelo es muy cara. No podemos dedicarle a todo el mundo un curso de vuelo extendiéndolo hasta el infinito. Dentro de la guía docente está contemplado en que momento se decide si alguien no vuela o no da el perfil a que especialidad pasa. Y cuantas veces más se le puede dar un vuelo o cuantas veces más puede hacer un examen.

   

¿Cuesta motivar a aquel alumno que no sigue su instrucción en vuelo?

Va a depender mucho de la actitud de esa persona. Nosotros, como instructores de vuelo y como tutores que somos de la mayoría, nuestra responsabilidad es monitorizarlos y en el caso de que no den el perfil, comunicárselo quien deba y nosotros tenemos que apoyarles. Tenemos también una unidad de psicología que puede intervenir. Es duro darles la noticia, porque hemos pasado por ahí y hemos tenido compañeros que no han podido seguir con la formación que tenemos. En cualquier caso, si se te acaba el vuelo no se termina la vida militar. Hay otras salidas posteriores. Se cierra una puerta, pero se pueden abrir muchas más.

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