MURCIA. ¿Conocen realmente los murcianos a sus representantes públicos? La respuesta es compleja, pues aunque exista una cierta desafección por la política como 'asunto de primer orden' lo cierto es que hay rostros que, por su exposición mediática, se cuelan en el subconsciente de la ciudadanía. A esta pregunta suelen dedicar espacio los politólogos en los sondeos, inquiriendo a los encuestados si conocen a determinado líder político y recogiendo su opinión. Una buena nota y un buen grado de reconocimiento suelen ser decisivos a la hora de preparar la carrera electoral. Aunque la historia también demuestra que ser popular no es garantía de éxito: ahí están los casos de Adolfo Suárez en los ochenta -que no en los setenta- y Julio Anguita en los noventa; muy queridos ambos, pero no votados masivamente.
Francisco Javier López Carvajal, uno de los politólogos que ha trabajado en el barómetro del Observatorio Español de Estudios Demoscópicos (Obede) de la UCAM, opina que por lo general sí son conocidos los líderes de la Región de Murcia. Aunque detecta un fenómeno curioso: mientras que las formaciones tradicionales -PP y PSOE- tiran ahora más de sus líderes carismáticos que del propio partido en sí, en cambio las fuerzas políticas jóvenes -Ciudadanos, Podemos, Vox- beben mucho más de la marca nacional que del candidato regional.
"En el sistema tradicional del bipartidismo, el grado de conocimiento no era tan importante", reflexiona Carvajal, preguntado por Murcia Plaza. "Pero con el paso del tiempo se han devaluado, por los casos de corrupción y los ejemplos de mala gestión. Sus marcas están desgastadas". Sirva como ejemplo claro el caso de Isabel Díaz Ayuso en Madrid frente un perdedor Pablo Casado. O un pujante Alberto Núñez Feijóo, cuya llegada ha contado con la bendición de las encuestas. Ambos revalorizan al PP. Por el contrario, en los partidos 'nuevos' se prioriza la marca frente a las personas. "Ocurría con Ciudadanos, cuyos carteles tenían la cara de Albert Rivera, en vez del alcaldable, por ejemplo", expone. Los miembros de estos partidos tienen un grado de conocimiento "bajo" en la Comunidad, especialmente si se tiene en cuenta que es una Región uniprovincial".
Fernando López Miras (PP) es, de largo, el político más reconocido en la Región de Murcia. En su haber cuenta que ya acumula cinco años como presidente de la Comunidad; ha vivido además episodios de máxima presencia y visibilidad, como fue la primera parte de la pandemia -con todos confinados en casa, pegados al televisor- y posteriormente con las medidas que han adoptado las autonomías, en algunos casos con cerrojazos y decisiones drásticas. Por todo ello el barómetro de la UCAM le otorga un grado de conocimiento del 97,5%, es decir, prácticamente toda la población sabe quién es López Miras. Sin embargo, su calificación no llega al aprobado, un 4,9, aunque sí es la mejor nota de todos los líderes analizados.
La valoración oscila siempre en función de las circunstancias, considera Carvajal, que recuerda que López Miras tenía mejor puntuación el año pasado, "recién salidos de una de las olas de la covid". Ahora está influyendo la crisis del Mar Menor, que vuelve a revivir su peor pesadilla. "Como punto favorable de Miras, es el único que roza el aprobado. Mantiene una alta popularidad". Por el contrario, en el lado negativo, "hay cierta desconexión entre su valoración y las expectativas de votos del partido, pues el PP es el favorito para ganar las elecciones en 2023", señala el politólogo.
José Vélez (PSRM-PSOE) es "la gran sorpresa" de la encuesta. Ha mejorado mucho, pues ha pasado del 28% de conocimiento que le dio el barómetro del Cemop en invierno al 88% que calcula el último sondeo. "Las encuestas son una foto fija y las apreciaciones son coyunturales, dependen mucho del momento", razona. "Y Vélez lleva ya unos meses con más visibilidad en los medios de comunicación". El delegado del Gobierno -fue nombrado en enero de 2020- alcanzó el liderazgo del partido a finales de noviembre del año pasado. Antes fue alcalde de Calasparra durante seis años. "Su imagen no está desgastada, como sí lo está su partido a nivel nacional. Aun así, Vélez todavía es la incógnita. Necesita asentar su liderazgo y su presencia en la sociedad murciana". Su puntuación es un 4,6. "Tendremos que analizarlo en los próximos meses, porque tiene un hándicap: la marca PSOE está devaluada".
María José Ros Olivo (Ciudadanos), líder naranja desde hace menos de un año, ha irrumpido con el tercer puesto en popularidad, con un 61,8%. "Tiene mérito porque ella es la gran desconocida. Hasta la fecha había ocupado tareas internas". Además, "no se dedica a la gestión pública" desde su salida del Gobierno regional -era directora general en la Consejería de Empresa- por la truncada moción de censura. "En poco tiempo ha logrado que la conozca un porcentaje aceptable pese a no tener cargo público y a pesar también de encabezar un partido que está en clara fase de repliegue". Ese es precisamente su punto débil: Ros Olivo ha sido nombrada en el peor momento de la historia de Ciudadanos. "Eso le penalizará a la hora de valorar su labor". De momento la puntuación no ha sido buena: un 3,5.
José Ángel Antelo (Vox) no sale bien parado del barómetro de la UCAM. Tiene el peor grado de conocimiento, un 59,2%, el mismo que el líder regional de Podemos. Y está valorado con un 3,3. "No es un mal dato de popularidad, pero es insuficiente por el tiempo que lleva en el escenario público", analiza el politólogo. "En su contra le pesa que Vox es un partido nacional, con mayúsculas, centrado en lo nacional; el ámbito regional queda en un segundo plano", añade. De hecho, Vox "es claramente el partido de Abascal". No cree que el hecho de que haya sido jugador de baloncesto, toda una leyenda en el UCAM Murcia CB, influya en la percepción de la ciudadanía. "La sociedad es más madura de lo que creemos. Saben separar el papel de un deportista o de un artista que el de un político", aduce. A favor de Antelo, es el líder mejor valorado por sus fieles, con un 7,5. "Está muy bien visto por los suyos. Saca mejor nota que el resto de candidatos entre sus filas".
Javier Sánchez Serna (Podemos) también se lleva una mala nota, con un 3,3. No obstante, Carvajal destaca que goza de una popularidad aceptable (59,2%) "para tratarse de un político que hace su principal actividad en Madrid" [es diputado en el Congreso]. Aun no haciendo política regional, "lo conoce bastante gente". No obstante, que sea un líder que no esté en la Región puede perjudicarle a la hora de atraer votantes. Sánchez Serna es, además, uno de los políticos más veteranos (al menos, en comparación con el resto de líderes), pues obtuvo el escaño en 2015 y siempre ha sido uno de los rostros más conocidos de Podemos. "Al principio su figura estuvo tapada por la sombra de Óscar Urralburu, uno de los mejores parlamentarios de la Región [hoy milita en Más Región]. Ahora Podemos cuenta con otra buena oradora, María Marín, quien por momentos parece la auténtica líder la oposición. Cuando el PSOE se muestra más timorato, ella toma las riendas de la oposición", disecciona Carvajal, que opina que "ella debería ser la candidata morada" en 2023, "aun teniendo en cuenta la incógnita de cómo concurrirá a las urnas Podemos, si en coalición o con el proyecto de Yolanda Díaz".