MURCIA. Cuando a principios de 2020, en aquellos tiempos prepandemia, Pedro Sánchez nombró a José Vélez como delegado del Gobierno, muchos pensaron que el PSOE ponía a un hueso duro para plantar cara a las políticas del PP en la Región de Murcia. La fama le precedía al entonces alcalde de Calasparra: era considerado un político vehemente y directo, sin pelos en la lengua, con habilidad para entrar al cuerpo a cuerpo si la dicha lo merecía. Aterrizaba un halcón contra López Miras. Sin embargo, el transcurso del tiempo -con los avatares de la covid incluidos- ha mostrado a un delegado no precisamente beligerante, que apenas ha elevado el tono y cuya andadura se ha desenvuelto más próxima a la apacibilidad que a la confrontación. Su labor se ha limitado a representar al Gobierno de España, con más discreción de lo que algunos esperaban y con escasos enfrentamientos más allá de críticas puntuales, como las que profirió a la exdirigente socialista Ana Belén Castejón, a quien le pidió "menos fotos y menos política barata" durante un episodio de crisis migratoria en Cartagena.
El delegado del Gobierno y líder del PSRM endurece el discurso contra el Ejecutivo de López Miras
Esta actitud de aparente contención se ha evaporado esta semana. Esta vez el delegado -y líder de los socialistas murcianos- endureció su discurso y sí arremetió contra sus contrincantes políticos. Y lo hizo precisamente contra su mayor rival, con el político que previsiblemente se enfrentará en las elecciones: Fernando López Miras, líder del PP y presidente de la Comunidad. ¿El motivo? El jefe del Ejecutivo regional había aprovechado la destitución de la directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) para lanzar un mensaje crítico en redes sociales: "No van a dejar ni una institución sin degradar". El delegado tardó muy poco en replicar, y lo hizo de una forma insólita en él hasta ahora, cargando sin contemplaciones: "Si tuvieras un poco de decencia te habrías ahorrado el tweet", escribía en Twitter. Y añadía, quemando las naves: "Has hundido la Región en la degradación. Pasarás a la historia por secuestrar nuestras instituciones con tránsfugas y por usarlas en tu beneficio". Y concluía: "Hasta algunos de tus compañeros han expresado su vergüenza".
Aquel obús fue su primer cara a cara con López Miras, a falta de un duelo en la Asamblea Regional que no se puede producir porque Vélez no es diputado (esa función, la de jefe de la oposición, la ejerce el portavoz parlamentario, Francisco Lucas). No hubo respuesta de Miras, pero sí salieron al paso dos pesos pesados del PP, como son la portavoz regional, Miriam Guardiola, y la portavoz municipal de Murcia, Rebeca Pérez: "Me parece que está usted poco centrado en lo importante", le espetó Guardiola, pidiéndole que peleara más por temas como el Trasvase o la financiación. "La falta de respeto le define", tuiteó por su parte Pérez, que le afeó el "sectarismo típico y rancio de la izquierda socialista". Tampoco contestó Vélez, pero sí fue arropado por sus compañeros más próximos, como el propio Lucas, habituado en las lides de golpear contra el PP: "Miras es la persona que más está degradando las instituciones en nuestro país. Se avergüenzan de él hasta en su propio partido. Que le pregunten a su compañera de Archena". El portavoz acompañaba sus palabras con un extracto de una entrevista en la que la posible candidata a presidir el PP regional, Patricia Fernández, reconocía que no le gusta la composición del Gobierno murciano: "Me atrevo a decir que no le gusta a nadie", decía, argumentando que estaba segura de que si la situación parlamentaria "fuera otra, muchos miembros del Gobierno actuales no estarían ahí".
¿La diatriba de Vélez fue una ofensiva aislada o hay un cambio de estrategia? El tiempo dictará sentencia. Por lo pronto su tuit lo ha colocado 'fijo' en su cuenta de Twitter, ajeno a la fugacidad de la red social. Todo aquel que busque a Vélez verá su duro mensaje contra López Miras: toda una declaración de intenciones. Pero su aguerrida posición no se ha quedado sólo en esa acción concreta. Durante los festejos del 178º aniversario de la Guardia Civil, un acto meramente institucional, el delegado recogió el guante de las preguntas de los periodistas para volver a lanzar un dardo al Gobierno regional. Lo hacía tirando de ironía, al comparar al Ejecutivo murciano con la revista satírica El Jueves, en la que, aseguró, "todo es cachondeo, bromas y risistas".El delegado también se puso serio para pedir a San Esteban que pusiera todo su empeño en evitar la llegada de los nitratos al Mar Menor, porque esa labor es "su competencia". Y agregaba que le parecía "ridícula" la acusación del consejero de Medio Ambiente de no hacer nada por evitar la paralización del bombeo de la Rambla del Albujón. "No me apetece hablar en un día tan grande de algo tan ridículo", declaraba, exigiendo a los políticos que sean "serios" y "no se rían" de la sociedad ni de la laguna.
La consigna es clara en el PSRM: ni una a su adversario, el PP. Los socialistas saben que el tiempo corre en su contra. Queda ya menos de un año para las elecciones y las encuestas no dibujan un panorama halagüeño para el PSOE (ni para la izquierda, en general). Vélez necesita remontar para tener opciones. Tiene como objetivo movilizar una bolsa de 50.000 electores desmotivados, y esa misión pasa primero por apuntalar la oposición -aunque sea fuera de la Asamblea- y segundo por remarcar los logros del Gobierno central. En eso último tampoco baja el pistón y este viernes no dudó en sacar pecho de los avances de la llegada del AVE a Murcia. Ahí sí obtuvo la crítica de López Miras, que afirmó que no podía estar satisfecho porque "llega tarde y mal". En este campo de batalla (el de la alta velocidad), a pesar de que el PSOE también cayó en el error de dar una fecha -el antecesor de Vélez, Diego Conesa, pronosticó que el AVE entraría en El Carmen en 2020-, los socialistas están convencidos de que cuentan con la baza ganadora: el soterramiento.