CARTAGENA. Fernando López Miras le encomendó años atrás a Noelia Arroyo el trabajo de recuperar en Cartagena la credibilidad que su partido, el PP, había perdido tras el desgaste y las denuncias que había experimentado Pilar Barreiro después de tanto tiempo ocupando el bastón de mando. El deterioro de su poder se manifestó en una caída de credibilidad de los populares, que habían gobernado más de dos decenios a golpe de mayorías absolutas.
En abril de 2018, cuando ocupaba una Consejería bajo el amparo del actual presidente de la CARM -Consejera de Cultura y Portavoz del Gobierno Regional- , aterrizó en Cartagena para tratar de reordenar el confuso tráfico que circulaba dentro de su partido en la ciudad portuaria.
Tras dos años ocupando la Alcaldía en la anterior legislatura, las elecciones de este año eran su verdadera prueba de fuego. Necesitó una pirueta en 2019 para que su partido pudiera gobernar, en un pacto tripartito que, de paso, eliminó de la carrera municipal al PSOE. Esa jugada maestra también le valió para estar los dos últimos años, antes de las elecciones, ocupando el bastón de mando, con lo que a visibilidad y planificación supone para un candidato con posibilidades de ganar.
A pesar de contar solo con un margen de dos años, Arroyo aprovechó de forma sagaz este tiempo en las dos vertientes posibles para ganar peso dentro y fuera de la ciudad. Asumió -además de Vicealcaldía, primero y Alcaldía, después-, la concejalía de Servicios Sociales, que al fin y a la postre se convirtió en una de las imprescindibles de la anterior legislatura, debido a la pandemia y sus graves consecuencias socio-económicas. Coordinó el dispositivo de emergencia social y la red de intervención comunitaria y tuvo un contacto directo con asociaciones de mayores, colectivos y entidades sociales: un buen 'trabajo de campo' que le valió para pasar de ser una desconocida a 'seducir' y 'convencer' en el trato directo con personas y colectivos.
Por otro lado, ganó peso en su partido al ser representante en la Federación Española de Municipios en su Junta de Gobierno y también ha formado parte del equipo de campaña de Núñez Feijóo en el programa marco para las elecciones Municipales. Recientemente, además, ha sido designada para presidir dos de los órganos de la Federación Española de Municipios y Provincias: la Comisión de Violencia de Género y de la Sección de Municipios con planta de ciclo combinado.
En el PP regional se ha convertido en una lideresa relevante, respaldada y reconocida por sus afiliados y compañeros, quienes le reconocen una gran capacidad de trabajo en equipo. Además, y eso parece muy importante, no ha dejado 'cadáveres políticos' por el camino, al menos de momento. Ha actuado con habilidad para que la gente de su alrededor destaque, buscando el lugar para cada uno sin prescindir de nadie.
Por otro lado, ha conseguido convertirse en la única cabeza visible de su partido en Cartagena, quitando todos los obstáculos que encontró a su llegada, con sutileza y consenso. Ahora ha convocado un Congreso Local en las primeras semanas del 2024 para la elección de presidente, junta directiva y comité ejecutivo y para establecer las líneas estratégicas de la actividad política del partido en los próximos años. Dará, de esta manera, carpetazo a aquella bicefalia que se producía en su partido, para convertirse en la única y gran protagonista del PP de Cartagena.
Los pasos dados le han salido bien, porque su victoria en las Municipales revertía la caída experimentada por el Partido Popular, y, de paso, frenaba el emergente entusiasmo con el que MC Cartagena había sobreestimulado a los votantes cartageneros. No entró al enfrentamiento o acusaciones mutuas en precampaña y trató de convencer a los electores de que aspectos como su Plan de Movilidad, el Plan Estratégico de Turismo o la Agenda Urbana eran el futuro de una ciudad que, lejos de estar comparándose con Murcia día tras día, debía pensar a lo grande: "la gran capital del Mediterráneo", como ella ha afirmado, mirando de reojo el trabajo de Málaga.
Arroyo ha logrado en este 2023 ganar las elecciones y mantener la Alcaldía con su partido, eso sí, en minoría y pactando con Vox, pero, a la vez, concediendo a la oposición, en este caso al PSOE, la posibilidad de estar en el consejo de administración de la Alta Velocidad de Cartagena.
Los 31.972 votos recaudados, un 8.8% más que en las elecciones de 2019 y sus diez concejales -tres más que cuatro años atrás- le han mostrado el camino para recuperar el tiempo perdido y gobernar en las siguientes legislaturas sin necesidad de pactos, acuerdos y socios que no siempre le han sido tan fieles como esperaba. Tiene claro que para 2027 no hay otro camino que la mayoría absoluta.
