MURCIA. La familia Vivancos Muñoz ya tiene todos los permisos necesarios para iniciar las inversiones a través del capital riesgo. Y es que el pasado 27 de enero Hispavima Capital Privado SCR SA obtuvo la pertinente autorización de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, con lo que la sociedad dirigida por los cuatro hermanos ya puede dar comienzo a las operaciones.
En concreto, la intención con la que nace esta firma es la de apostar por empresas con un gran "potencial de revalorización" y con un "riesgo limitado", aunque también se fijarán en otros aspectos de interés para valorar las inversiones, como la experiencia del equipo que se encuentre al frente de la compañía, su capacidad para generar beneficios o los mercados en los que opera. No obstante, las estrategias serán diferentes para cada ejercicio.
En un primer momento la sociedad de capital riesgo operará fundamentalmente en entidades de Europa y Estados Unidos, aunque no descarta ampliar sus horizontes si se produjeran oportunidades de interés. Asimismo, se especifica que mantendrá las inversiones hasta que se produzca la disolución y liquidación de dichas entidades.
En su caso, no se establecen límites máximos ni mínimos de ningún tipo, ni por sectores ni por número de entidades a participar, aunque la sociedad sí deberá respetar las condiciones de diversificación y la limitación de inversiones prevista por ley.
Hispavima Capital Privado SCR cuenta con Altamar Private Equity como sociedad gestora, mientras que BNP Paribas cumple la función de entidad depositaria. Para coordinar todos estos movimientos, Altamar constituirá un comité de inversión personalizado que estará compuesto por cuatro miembros y que será el encargado de dirigir el análisis y estudio de las inversiones y desinversiones.
Cabe recordar que por ley ninguna SCR puede invertir en empresas inmobiliarias ni financieras (como son los bancos). No en vano, su objetivo social -como sucede en todas las firmas de capital riesgo- es "la toma de participaciones temporales en el capital de empresas no financieras y de naturaleza no inmobiliaria que, en el momento de la toma de participación, no coticen en el primer mercado de Bolsa de Valores o en cualquier otro mercado regulado equivalente" de la Unión Europea (UE).
Esta compañía nació el 7 de octubre como una sociedad holding con 60.000 euros de capital social bajo la gestión de Hispavima SL, participada al 25% por los cuatros hermanos Vivancos Muñoz. Más tarde, el 22 de noviembre, realizaron una ampliación de capital de 4 millones de euros, superando así los 1,2 millones necesarios para la transformación en SCR, lo que se produjo oficialmente el 13 de diciembre, según consta en el Boletín Oficial del Registro Mercantil (BORME). En cualquier caso, no ha podido comenzar a operar hasta que no ha recibido el código ISIN y el visto bueno de la CNMV.
Este no es el primer movimiento que realiza esta familia de cara a la inversión en otras compañías, pues los cuatro hermanos crearon a principios de octubre cuatro sociedades holding destinadas precisamente a adquirir "valores mobiliarios nacionales y extranjeros".
De acuerdo con el ranking elaborado cada año por El Mundo, los herederos de Miguel Vivancos -fundador de Mivisa junto a su hermano Carlos- ostentan un patrimonio de 390 millones de euros, una cifra 20 millones superior a la cifra del 2021.
No es la primera familia (ni será la última) que se sume a la moda de las SCR. Tal y como ha contado este periódico, en marzo se subió a este barco la familia de Alcantarilla Beltrán, fundadora de Plasbel Plásticos, que en 2021 vendió una participación mayoritaria al fabricante finlandés Walki Group.
También otra venta, la de la murciana Probelte al fondo de inversión Magnum Capital, ha propiciado otra SCR en la Región, en este caso creada por el propietario de la compañía hasta entonces José Manuel Casanova. En aquel entonces la operación quedó valorada en 50 millones de euros.
¿A qué se debe esta tendencia? Un factor clave radica en la decadencia de las sicavs (las sociedades de inversión de capital variable) tras la entrada en vigor a principios de año de los nuevos requisitos. Este hecho ha propiciado que florezcan otros vehículos de inversión, como son las sociedades de capital riesgo, como así aventuraban los expertos.