Las restricciones cortan la sangría: el apagón social reduce de 11 a 2 las posibles 'víctimas' de cada contagiado 

MURCIA. El mes de enero se ha caracterizado por padecer una frenética carrera por frenar la curva de contagios en la Región, que ya está empezando a dar sus frutos. Y es que las restricciones han llevado a la tasa de incidencia regional a bajar progresivamente. Sólo en los últimos 7 días ha bajado de 701 casos por cada 100.000 habitantes a 423, y la tasa de positividad cayó este domingo al 7,6%, aunque la espeluznante cifra de fallecimientos, 24, expone a las claras que no se puede bajar la guardia.

Pero hay un dato que suele pasar desapercibido y que es clave para saber si funcionan las medidas tomadas y es el de los contactos (o posibles víctimas de contagio) que tiene cada uno de los positivos detectados. Así, en Navidad los rastreadores (quienes hacen el listado de contactos) detectaban una media de 11 contactos por cada uno de los casos, ahora mismo, esta media ha descendido a dos por cada uno de ellos. 

"Esto es un dato muy positivo que confirma que hemos reducido de forma muy importante la interacción social y que vamos por buen camino", destacaba el portavoz del Comité Covid, Jaime Pérez, quien considera que es "fruto del cumplimiento por la sociedad de las medidas acordadas, que están dando resultado".

Los contagios han bajado un 40% en una semana y este domingo dejaron 175. Pero no hay que olvidar que el nivel de alerta regional sigue siendo "extremo dentro de un escenario de fase 2 en el que peligra la capacidad del sistema sanitario y en el que 40 de los 45 municipios de la comunidad presentan un nivel de alerta extremo". Los centros sanitarios siguen en situación crítica, con 5 ingresados más totales, con 1.045 y 167 en la UCI.

Los contagios han bajado un 40% en una semana y este domingo dejaron 175, además la tasa de incidencia regional acumulada en siete días ha caído de 701 casos por cada 100.000 habitantes a 423 en una semana

La tercera ola del coronavirus continúa azotando la Región y cebándose especialmente con el municipio de Murcia, que día a día está a la cabeza de contagios. En Cartagena, Quitapellejos, Alameda, Reina Victoria se convierten en otro gran foco de infección y superan a San Antón en incidencia acumulada en los últimos 14 días.

Todos los municipios mantienen las restricciones totales, a excepción de cinco que ya pueden abrir las terrazas: son Ulea, Ojós y Villanueva del Río Segura, que salen de riesgo extremo, como sucede en Aledo y Librilla.

Enero ha estado marcado por las continuas medidas para frenar la tercera ola. Así, las restricciones se endurecieron el 4 de enero, cuando el Gobierno regional decidía limitar la hostelería por Reyes y que los bares cerrasen a las seis de la tarde los días 5 y 6 de enero con el fin de evitar aglomeraciones.  

Esta era la primera de varias duras medidas, que, llevaba unos días después, el 7 de enero, a confinar los principales municipios y adelantar el toque de queda a las diez de la noche. Con los casos disparados, el lunes 11 de enero, el Comité Covid iba un paso más allá y confinaba prácticamente toda la Región, además de cerrar por completo la hostelería.

Pero la situación más dramática se produjo la semana del 18 al 24 de enero, cuando con los contagios disparados y para intentar frenar la pandemia, el Gobierno regional decretó el cierre de los comercios no esenciales a las ocho de la tarde. 

La semana pasada se decretaba el cierre a las seis de la tarde y los fines de semana de los comercios en municipios con una tasa de incidencia en 14 días superior a 2.000 casos por cada 100.000 habitantes. Algo que se mantiene en Yecla, Moratalla, Albudeite, Mula, Fortuna, Caravaca, Ricote y Jumilla. Supermercados, farmacias, gasolineras y establecimientos de comidas para llevar están excluidos de la medida, al ser considerados como esenciales.